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-¡Pero ese maldito me ha a escuchar! ¿Cómo se le ocurre amenazar a mi bebé?.

Aquella pareja masculina se abrazaba de su hijo dándole varios besos en el rostro como si este fuera aún un bebé de cuna.
Pues normalmente ellos por solamente tener un hijo eran demasiado cariñosos con este, todo le daban y era muy mimado.

-¿Entonces, dices que su mente era DongMin?.-Habló aquel oficial de policía quien dejó al adolescente a su hogar.

-Si, pero cuando estaba amenazándome su brazo estaba tembloroso, no entendí porque pero temblaba tenía miedo él.

-Entonces no era un Lee.

-¿Lee? ¿Aquellos bandidos que busca desde años atrás la ley?.-Uno de los padres de el sujeto aterrorizado se encontraba en pánico pues si bien se sabía aquel grupo era profesional y por eso jamás ha Sido encontrados, solamente unos cuantos secuaces pero estos decían que no conocían al jefe, solo seguían órdenes.

-Esta a salvó su hijo, ahora me iré pero tenga un ojo en la mira cuidando le.

Dicho aquello el oficial se alejó volviendo a su patrulla y comenzar a irse lo más posible, dejando a la familia.

Aquellos simplemente se abrazaron agradeciendo que todo lo terrible ya había sucedido.

-Mañana no irás a trabajar, ve presentando tu renuncia.

-¿Qué? Pero, pero ¡No! No puedo dejar el trabajo, ya me faltaba poco para recaudar el dinero para mí universidad. Pronto será mi ceremonia de graduación y necesito comenzar a hacer mis trámites universitarios.

-SanHa hijo, es por tu bien, tu padre y yo te ayudaremos a pagar.

-Pero...-Aquel rubio no sabía cómo expresarse, pues su principal motivo para ir al trabajo es ver a aquel sujeto de cabellera brillante y negra con una bella sonrisa.-Appa DoWoon.

-¿Si cariño?.

Encontré el chico que amo y es perfecto, solo necesito ir en aquel autobús a la misma hora para verlo de nuevo.
Hablaron por él sus pensamientos, sin embargo no articuló ninguna palabra para quedarse callado y preferir ir a su habitación tumbando se en la cama.

Estaba agotado, realmente cansado de misma forma sentía que su familia jamás entendería que al fin se había enamorado.
¿Se puede enamorar con una simple vista?.
Se preguntó decidiendo se busca en internet, pues si no estaba enamorado de aquella persona entonces...¿Qué eran aquellos sentimientos?.

Realmente estaba exhausto y confundido pero aún así prefirió quedarse hasta tarde y leer artículos en internet.

Por otro lado se encontraba un sujeto gimiendo de dolor mientras sentía como sus cabellos eran jaloneados de un lado a otro.

-¡Auch! ¡Ya basta! App...a.

-¡Estúpido! Llevé tantos años preparándote para el éxito y lo único que consigues es un disparo al suelo ¿Acaso querías matar a una testigo hormiga?.

-Appa yo... Lo siento, no sé qué ocurrió.-En el momento que su padre soltó de sus cabellos negros, aquel chico le miraba un poco asustado de recibir tales tratos.

-Dong. Esto lo vas a pagar, por poco y nos descubren así que estarás castigado no saldrás de la recámara hasta que yo lo diga. Tú tienes que obedecer mis mandatos no estar de cobarde cómo está noche.

El sujeto asintió y caminó a su recámara no podía hacer nada en contra de su padre el gran más buscado por la ley en el mundo y Corea del sur.

DongMin odiaba estar allí encerrado, no tenía ni un foco prendido y solo había una cama junto a su ropero, a pesar de tener una enorme casa, su habitación era lo único vacío.
Soltó un suspiro profundo decidiendo escapar por la ventana, sabía que había cámaras de seguridad, pero prefería salir ya no le importaba nada.

Al poner un pie fuera realmente le había costado pues podía aparentar no tener miedo de encontrarse un guardia de seguridad o algo por el estilo, así que decidió huir discretamente entre unos árboles escalando en ellos para lograr cruzar la barda de la casa.

Al salir de aquella zona caminó por los barrios millonarios tomando asiento en el césped de un parque noble en otro tipo de avenida.

-Omma, ¿Por qué moriste? Debí de morir yo, no tú.

Y allí recordó el momento en que su madre murió sacrificándose por su hijo, pues el padre de DongMin se encontraba en su oficina en aquella compañía de negocios.
Recordaba como el pequeño DongMin tomaba la mano de su madre decidiendo se entrar a la oficina donde el padre de este se encontraba no tardaron segundos en aparecer hombres con un arma queriendo obtener el dinero de toda la compañía, sin embargo este se aferraba pues era demasiado avaricioso, así que tomaron al menor por el cuello.

-si no nos das el dinero, se muere tu criatura.

Dichas palabras del terrorista la mujer corrió a salvar a su hijo siendo ella quien recibió el disparo.

-omma, omma.-El menor corrió a donde su madre tirada en el suelo con un enorme charco de sangre se encontraba llorando por ella.

Aquel día los asesinos huyeron dejando un poco de dinero y a la triste familia quiénes estarían de luto.
El marido de la mujer muerta observó aquella bala que el doctor sacó de ella encontrando un nombre escrito PARK realmente no comprendió así que se dedicó a la tarea de investigar más a fondo logrando armar las piezas del rompecabezas descubriendo que  park era el apellido de los asesinos.

Aquel momento el adulto sintió odio por aquello buscando la venganza contra su enemigo PARK. Convirtiéndose así en una persona más buscada por los oficiales de policía.

-Yo solo quiero una vida normal, como cualquier adolescentes .-Lamentándose  se encontraba aquel sujeto tirado en el césped.

-DongMin.-Escuchó su nombre por lo que decidió levantarse rápidamente al ver a su padre allí.-No quiero perderte, ya perdí a tu madre no dejaré que te mueras. Por eso te entrené tan duro para que te defiendas.

Escuchando las palabras de su padre solamente bajó la cabeza sin querer verlo, no podía creer lo bipolar que era con él.

-Te ví salir por las cámaras de seguridad, y si...quieres ser una persona normal te ayudaré a llevar una doble vida, como la mía ¿Qué te parece ir a la universidad?.

-¿De verdad? Omma estaría muy orgullosa.-Dijo aquel sujeto estando contento de poder aparentar se una persona normal y común.

El padre de este solo estiró sus labios como si fuera a sonreír a pesar de que en realidad no lo quería hacer.
Ambos caminaron de vuelta a casa, pero el castigo del adolescente seguía en pie.

Dentro de pocos días iniciaría con su trámite escolar lo cual le hacía muy feliz. Al fin podría ser una persona normal y común para la sociedad.

C'EST MA FAUTE (EUNSAN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora