TRECE||Sultana

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22 de diciembre, 1635

Decían que llegar arriba es fácil, lo difícil era mantenerse y no se equivocaban.

Los días habían transcurrido al igual que la celebración por el matrimonio del Sultan y su Haseki. Todo el imperio estaba feliz ya que a parte de ganar otra guerra, tenían una Haseki después de mucho tiempo.

La celebración duró cinco largos días donde todo el harem disfrutó de la enorme fiesta.

Mihriban le dio joyas y vestidos a las odaliscas debido a que ellas eran las que menos recibían algo cuando se trataba de una fiesta. Esas mujeres quedaron encantadas con sus Sultanas.

Por otro lado, la Valide Sultan permanecía furiosa.

—Dime, Şahihuban ¿Cómo es posible que me haya desobedecido?

—Valide Sultan, no quiero decirle esto, pero le dije que lo cuidara para que no cometiera una locura.

— ¡Lo sé! Debí escucharte. Ahora estoy pagando las consecuencias.

—Aún hay una gran fiesta en el harem.

—Sigue yendo al harem para celebrar esta estupidez porque de lo contrario, Cihangir se enojará.

— ¿Él no la ha venido a ver?

—No —respondió —. Sólo mandó a un agâ para avisar de la fiesta y que no me atreviera a interrumpirla.

— ¡Ja! ¿Cómo se atreve a hablarle de esa manera?

—Lo mismo digo —dijo tocando su sien —. Y eso no es lo único.

— ¿Qué más ocurrió?

—Mihriban pidió verme y claro que me negué.

—Esa no debería ni mencionar su nombre.

—Déjala volar —sonrió —. Cuando tú seas Valide la harás humillarse más.

—Claro que así sucederá. Por suerte no la he visto para hacerle reverencia.

—Tienes que hacerle reverencia porque si no le dirá al Sultan y lo que él hará es impartirte un castigo donde puede ser justificado ante tu hermano.

—Lo sé, sin embargo, ella nunca podrá ser una digna Sultana.

Nurbanu asintió.

—Ve al harem —ordenó.

—Sí, Valide Sultan.




✦ • ° *.

—Şehzade Ahmed —le sonrió Beyhan, haciéndole reverencia.

Tú llegarás al trono, Cihan no lo logrará con una madre así.

—Hatun ¿Dónde está Bayaceto?

—Está con su hermana en mis aposentos.

— ¡Ah! —exclamó con tristeza.

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