IMPERIO

NUEVE||España

1 de abril, 1629

— ¿Qué ocurre, Valide Sultan? —le preguntó Rabia Hatun mientras veía como muchas criadas cargaban con tres cofres.

— ¿Nos mandó a llamar? —preguntó Beyhan haciéndole reverencia en lo que las demás se formaban a sus lados e imitaban la acción.

—El Sultan me acaba de informar de algo que no les agradará.

— ¿Él está bien? —le preguntó Mihriban.

—Lo está —respondió.

De entre las criadas una mujer de cabello obscuro y ojos verdes se acercó a la Valide Sultan haciéndole reverencia.

—Ella es Helena —la presentó a las demás —, o al menos ese era su nombre. Ahora ella es Rumeysa.

—Hatun's —les sonrió, mirándolas.

— ¿Por qué nos la está presentando? —le preguntó Yllka.

Antes de que ella pudiera hablar, unas criadas aparecieron, cargando a dos bebés.

Las demás comprendieron la situación. Ella había estado con el Sultan.

—Ellos son la Sultana Mahienver y el şehzade Cihangir.

Mihriban, Beyhan, Şahihuban y Rabia temieron por eso. El Sultan no le pondría ese nombre a cualquiera.

—Perdón por no venir antes, Valide Sultan —se disculpó la Hatun —, pero mi embarazo era de alto riesgo.

—No te preocupes, comprendo la situación.

—Gracias, Sultana —la miró —. Quisiera pedirle algo a las demás.

— ¿Qué cosa, Hatun? —preguntó de mala gana Beyhan.

—Mi hijo nació con una joroba —dijo con dolor por su amado hijo. —Él no es apto al trono por lo que les pido no hacerle daño.

Las Hatun's sonrieron. Ella no contaba como rival.

—Me encargaré de que no le pongan una mano encima —aseguró Şahihuban.

—Gracias —les sonrió.

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—Valide Sultan —le hizo reverencia Raziye en cuanto entró a los aposentos de Nurbanu.

— ¿Qué quieres Hatun?