24||Adiós

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14 de marzo, 1637

Habían pasado mucho tiempo desde que el Sultan había anunciado su nueva regla y a pesar de eso una Hatun sentía que podía hacerlo cambiar de opinión.

La Kadin del imperio era arreglada por su odalisca Mih mientras sonreí ante su plan.

— ¿Quién irá hoy a los aposentos del Sultan? —preguntó mirándose al espejo.

—Mihriban —respondió.

Rabia rió.

Ya veremos cuánto dura su promesa.

— ¿Nadie se ha atrevido a ir a los aposentos de nuestra majestad?

—Nadie.

— ¿Ni las demás Hatun's?

—No.

Rabia sonrió.

—Prepara todo, hoy iré a los aposentos del Sultan.

—Pero K....

—Nada, ya dije.

Él será mío.




✦ • ° *.

Los niños ya no eran niños, cada día crecían más y consigo su mentalidad y esperanzas.

Los şehzadesi Cihan, Ahmed y Bayaceto caminaban por primer patio con tranquilidad. Cada uno sumergido en sus propios pensamientos.

—Hay que hacer una promesa —propuso Ahmed.

— ¿Cuál promesa? —preguntó Bayaceto.

—Si alguno de nosotros llega al trono no matará a los demás.

—De acuerdo —dijo Cihan sin dudar.

—Sí —concordó Bayaceto.

—Bien hermanos, así debe ser. Nada de guerras entre nosotros.

—Nunca les pondría una mano encima —dijo Bayaceto.

—Primero muerto antes que hacerlo —dijo Cihan.





✦ • ° *.

Algunas personas decían que debes estudiar el pasado si quieres definir el futuro, pero Cihangir aún no tenía nada claro respecto a sus hijos.

El Sultan se encontraba mirando Estambul desde su balcón a lado de su hermosa esposa aún pensando en las provincias que les tocaría a sus şehzadesi.

— ¿En qué piensas? —le preguntó Mihriban.

—En el futuro.

— ¿En el futuro?

—Sí, aún no sé a quién mandar a Manisa.

—Mmm...

— ¿Qué? ¿Crees que es muy pronto?

—No, sólo que no creo conveniente hacer eso.

— ¿A qué te refieres?

—Todos saben que si un şehzade es gobernador de esa provincia es debido a que es el sucesor del Sultan lo que provocaría rivalidades desde temprana edad.

— ¿Qué crees que debería hacer?

—Usted puede hacer lo que desee, pero en mi opinión no mande a ninguno de sus şehzadesi a Manisa, distribúyalos en diferentes lugares y cerca unos de otros para evitar los chismes sobre que uno está más cerca de la capital y otro no.

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