Capítulo 41

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Pov Valentina

_Debiste decirme que comprarías una casa_ mi madre estaba de pie, detrás de mi. Echándome una cantaleta_ te hubiese ayudado, ¿Ya la pagaste?_

_Ya no soy una niña, necesito independizarme. Además de que pronto me casaré con Juliana y mi abogado se encargó de la casa, hace un rato hablé con él_ dije cerrando la última maleta.

_Eso es otro asunto, ni siquiera pediste su mano. Como una pareja normal_

_Stop, ella y yo hace tiempo que no somos una pareja normal y no creo en esa babosería de estar pidiendo mano y todas esas cosas absurdas_

_Son costumbres que han vivido por años en nuestra familia_

Suspiré resignada, con Lauren Jáuregui no se podía discutir_ Está bien madre, cuando vayan el sábado. Les pediré su mano o el cuerpo_ susurré eso último. Me parecía una pérdida de tiempo y una estupidez.

Salí de la habitación, con Lauren peleándome_ Ni pensabas invitarme_

_Lo acabo de hacer_

_¿A quién saliste tan grosera?_ pero que le pasaba hoy a mi madre... por Dios.

Cuando llegué a la sala de estar, Juliana estaba sentada en un mueble, con la pierna subida en una pequeña mesa, Camila estaba a su lado. Estaban viendo fotos en un álbum que conocía a la perfección.

_Mira que hermosa era Val, owwwws muero de amor. Mira sus cachetes rosados, y sus ojos y sus manitas y

_Ya entendimos mija, respira_ soltó Camila con una gran sonrisa.

Yo no sabía donde esconder mi rostro, estaba muriendo de la vergüenza.
_Camila ¿Me puedes ayudar con mi madre? No deja de pelearme_

Camila levantó la mirada del álbum y miró a Lauren con una ceja levantada_Lauren Michelle, ¿Qué hablamos esta mañana?_

_Pero es mi pequeña_ Mila se levantó y se llevó a mi madre tomándola del brazo, reí bajito. La gobernada le dicen, era bastante raro tener a la madre de mi novia en la casa y que ella misma sea la novia de mi mamá, era todo un lío, pero estábamos tratando de llevar la fiesta en paz.

_Cariño ven a ver, aquí estás preciosa_

Me acerqué a mirar, me senté a su lado y miré la foto que me estaba mostrando. En donde estaba competente desnuda, con el rostro lleno de chocolate, tenía unos cuatro años y a mi lado estaba mi madre Lucy. Sonreí con tristeza, la extrañaba demasiado, se que le había causado mucho daño el separarse de mi madre y no estuve ahí para darle ánimos. Pero ¿Cómo? Ella siempre estaba fuera del país, o en alguna firma de libros y ahora con lo que pasó, sentía que trataba de estar alejada de Lauren y de algún modo la entendía. No ha de ser fácil ver al amor de tu vida con el amor de su vida.

_Tienes razón, es una foto muy hermosa_

_Tú eres hermosa_ dijo besando mi mejilla_ y te amo_ volvió a darme muchos besos en la mejilla, logrando hacerme reír_Yupiii!!! Por fin, te ves más hermosa cuando sonríes_ 

_Estás muy loca_ ella me pegó en el hombro, siempre lo hacía. Algún día iba a dejarme sin brazos_ te amo_

_ Así está mejor amor_ vi como se fue acercando, hice lo mismo. Sentí sus labios, sin cansarme de ellos. Jamás lo iba a hacer, besarla era una de las cosas que más me gustaban._¿Te he dicho que amo tus labios?_

_Muchas veces_ sonreí contra su boca, Juliana entre abrió sus labios, sacó su lengua y la chupé lentamente ganándome un suspiro alargado por parte de ella.

_Chicas_ dijo mi madre, logrando llamar nuestra atención. Me aleje de Juls, me había olvidado de donde estaba. La miré y su rostro era un poema, estaba rojo; aún así se veía hermosa_¿Se quedarán a cenar?_preguntó más calmada, había funcionado la regañada de Camila. Lo tendría presente para otros eventos.

_No lo sé, sólo quiero ir a descansar. ¿Tú qué opinas amor?_ en la tarde sólo había dormido un poco y aún estaba cansada y un poco avergonzada por lo que había pasado con Juliana, le había cortado el royo. Pero se que ella me entendía.

_Vamos a quedarnos mi vida_

Tal vez a mi también me gobernaban_como quieras amor_

_Si siguen mirándose así, me harán vomitar_

_¡Mamá!_

_Está bien, está bien. Le diré a Camila que ponga más platos, puedes ir ayudando a Juliana_

_¿Y qué ha cocinado?_ le pregunté cuando vi que se había dado la vuelta para irse. Se que mi madre no cocinaba, y algo me decía que Camila se estaba quedando en la casa. No me sentía incómoda con eso, pero sentía que era un poco pronto. Las revistas no dejaban de opinar sobre nuestras vidas y llega a un punto en el que si te afecta lo que dicen los demás.

_¡Mariscos!_ dijo perdiéndose en la cocina, se me revolvió el estómago de sólo pensarlo. No había comido nada desde la mañana y moría de hambre.

_Vamos cariño_ la ayudé a levantarse y a caminar hasta el comedor. Cuando llegamos, la cena ya estaba servida. Mi madre estaba terminando de poner los platos. _Dale rápido Ma, tengo hambre_

_Amooor_ me reprimió Juliana.

Camila venía entrando con los mariscos, ya sentía el sabor en mis labios. Últimamente me estaba dando mucha hambre y todo el tiempo tenía sueño.

_Deja que Valentina se sirva primero, parece que le dará un ataque_ dijo Lauren, reí bajito. Tenía toda la razón.

_Si claro_ cuando Camila destapó la bandeja, todo me dió vueltas. El olor me asqueó, era un olor asqueroso. Los mariscos nunca habían olido así.

_¿Qué mierda es eso?_ dije tapándome la nariz.

_¡Val!_

_Valentina... _mi madre me iba a dar la real cantaleta, pero no la dejé hablar.

_Perdón_ dije fingiendo una sonrisa, agarré una espátula y eché un poco de marisco en mi plato. Con temor agarré la cuchara, iba a dar el primer bocado. Pero no pude ni acercarlo a la boca, el olor asqueroso empeoró. Así que tuve que levantarme lo más rápido posible, no quería vomitar en la mesa.

_¡Valentina!_ escuché como me llamaba Juliana.

Debo olvidarte pero no (Juliantina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora