Capítulo 68

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Pov Juliana

_¿Cuanto tiempo llevo aquí?_

_Un mes cariño_ dijo la enfermera, con un español un poco machacado_ te golpeaste la cabeza duro y tú perder memoria _

Riteré el brazo, después de que me tomara la presión_ ¿Y el doctor? Él que siempre viene a verme_ especifiqué.

_¿Contreras?_ asentí_El trabajar aquí, el mismo día que llegaste_ entrecerré los ojos, tratando de entender lo que estaba diciendo.

_¿Cómo está la chica más guapa de aquí?_ miré hacia la puerta, Marcos venía entrando. Con una bata blanca y algo escondido detrás. Sonreí ampliamente, durante todo el mes me traía algo, cada día. Algo diferente, y aunque me siento feliz, aún sigo sintiendo que me falta algo y no se que es_ Mira lo que te he traído hoy_

_¡¿Qué es?!_ le pregunté ilusionada.

_Gracias Lupe, puede retirarse. Yo me encargo de Bárbara_ la enfermera asintió y salió de la habitación_ Te he traído un Sundae_ dijo, colocándolo en mis manos_ Es de caramelo_

_Me gusta el caramelo_ Marcos se sentó en la esquina de la cama, observandome de reojo mientras comía el Sundae de caramelo, el cual está bastante rico y muy frío a decir verdad_ ¿Cuándo saldré de este lugar?_ le pregunté, pasando el dedo por el vaso de plástico, para retirar restos de caramelo.

_¿Tan mal te hemos tratado?_

_No no no, ustedes me han tratado bien. Pero no sé, quiero descubrir quien soy; saber si alguien ahí afuera me está buscando, no se porque siento que me están buscando_

_Si, pero no puedo_ carraspeó, rascándose detrás de la cabeza. Siempre hace eso y más cuando le digo que quiero saber quien soy_ no podemos dejarte ir, no recuerdas nada y eso es muy peligroso_

Dejé el vaso en la mesita_ No entiendo nada, no se que hago aquí. ¿Por qué no hablo su idioma? Si fuera de aquí, hablaría igual que ellos_ levanté la vista, esperando a que Marcos me dijera algo. Era la primera persona que había visto al despertar, y la única con la que podía hablar en mi idioma. O el que creía que era el mío_ Dime algo, no te quedes callado_

_No puedo darte esas respuestas Barbie, no las tengo_

_Al menos déjame salir fuera de esta habitación_ le dije, esperanzada. Jugando con las puntas de mis dedos. Un paseo, por los pasillos_

_¿No cambiarás de idea?_ negué, mirándolo divertida. Se que estaba por decirme que si_ Te hará bien hacer un poco de ejercicio_ comentó, levantándose de la cama_ Vamos, no tengo todo el día niña_Quité la sábana que me cubría, y me bajé de la cama, no entiendo porque sigo en el hospital: si no tengo nada... bueno, aparte de lo de mi memoria. Pero nada más, aún sigo cuestionandome lo de mi accidente. ¿Por qué no tengo más golpes? ¿Qué hago en un país que claramente no es el mío?_ Te estoy esperando niña_

Levanté una ceja, por su forma de llamarme_ No me digas niña_ me coloqué mis sandalias, torcí los labios. Viendo la ropa que traía puesta, la misma de siempre. Un pantalón de tela y una camiseta rosa, otras veces también utilizaba una bata de hospital. Pero con lo incómoda que es, se entra en partes donde no pensé que se entraría...

_Niña_

_Ya voy, ya voy_

_Te voy a enseñar el mejor lugar que tiene este aburrido hospital_ dijo abriendo la puerta, para que cruzara.

_¿Cuál es?_ no había tenido la oportunidad de conocer el hospital, sólo estaba en la habitación o iba a hacerme estudios en el cerebro. Pero nada más_ Ya dime_ caminábamos por los pasillos, miré a todos lados. Grabando todo, si no tengo recuerdos... haré nuevos, aunque sean pocos.

_Eres demasiado impaciente niña_

_Vale, vale, perdón_ llegamos al final del pasillo, presionó un botón y el ascensor se abrió.

_Bra dag_ dijo cuando entramos, ya que habían dos chicos. Ellos respondieron al unísono, y salieron del ascensor. Y yo sin saber que es van da; o como sea que se llame.

_¿Qué es van da?_ le susurré.

_Es Bra dag, así se dice buen día en Sueco_

_¿Crees que sepa hablar Sueco?_

Él se encogió de hombros, presionando el último piso _ No lo sé, puede ser que si. Existe un mundo de posibilidades_ tal vez si soy de Suecia, tal mi familia está aquí. ¿Pero por qué hablo español y no Sueco?, masajeé mi frente, cada vez que comenzaba a hacerme preguntas; siempre terminaba con un horrible dolor de cabeza_ Sólo respira, no te agobies con tantas preguntas_ el ascensor se abrió, llegando al último piso. En cuanto salí, me crucé de brazos. Un fuerte viento chocó contra mi cuerpo, pero seguí caminando hacia el frente. Totalmente impresionada con la vista.

Me acerqué más y miré hacia abajo, las calles repletas de autos, y personas correteando apresuradamente. Personas con familia, con alguien que le espera en casa. Personas que sabe quienes son, que no sienten un vacío enorme en el corazón.

_¿Por qué lloras?_ miré a Marcos, quien estaba mirando hacia el cielo. Ni me había dado cuenta de que estaba llorando.

Sequé mis lágrimas con las palmas de mis manos_ No se porque estoy llorando_ dije riendo, y es verdad. No se porque lo hago, pero no puedo retenerlas.

Se dió la vuelta, sentándose en el suelo_ Toma asiento_Después de pensarlo por dos segundos, me senté.

_¿Esto lo haces con todas tus pacientes?_

Me miró, llevando una mano hacia su corazón y haciéndose el ofendido_ ¿Cómo crees? Sólo lo hago con las chicas guapas que pierden la memoria_

Solté una carcajada, en verdad estaba hablando en serio_ Como que conozco esa historia_

_No, pero hablando en serio. Lo hago porque estás sola, no conoces a nadie; no hablas el idioma y porque se lo que se siente estar solo. No te voy a negar que me encanta la soledad, pero hay algunas veces; donde quiero sentarme a conversar con alguien, pasar horas y horas. Hablando de lo mismo sin aburrirme_

_¿Cómo lo que hacemos ahora?_ él sólo ladeó la cabeza_ ¿De dónde eres tú? ¿Qué haces aquí?_

_¿Esto es un interrogatorio?_

_¡No! Perdón, ya no haré más preguntas_ cubrí mi rostro, totalmente avergonzada.

_Soy de México_ comentó después de un largo silencio_ y estoy aquí, porque quería probar cosas nuevas, aprender más de la medicina_

_¿Y lo has logrado?_

_De alguna forma si, pero aún falta mucho por aprender_ se levantó, sacudiendo su pantalón_ de hecho, debo irme_

_¿Me puedo quedar un poco más?_

_No creo que sea buena idea que estés sola aquí arriba_

_Sólo serán cinco minutos, por favor_

_Cinco minutos niña, ni más ni menos_

_¡Deja de decirme así!_ le grité cuando se cerró el ascensor. Me quedé un rato, "pensando". Tratando de recordar. Pero nada, nada llegaba.

Miré resignada mi mano izquierda, donde tengo un anillo. Había intentado quitarlo varias veces, pero no salía. Tal vez el anillo tiene algún significado para mí, ¿Y si estoy casada? ¿Y si tengo hijos?... Suspiré, dejando un beso inconscientemente sobre el anillo. Necesito respuestas...

Debo olvidarte pero no (Juliantina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora