Capítulo 25

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21 de mayo de 2017

KYUNGSOO

¿Ahora qué? Era la pregunta indicada. Si me permiten decirlo, y creo que ya lo saben, no estaba en mis planes decir a Chanyeol que lo amaba. Quizá me le hubiese declarado en otra ocasión, como antes de morir, por ejemplo.

Recuerdo que le dije algo muy cruel hace un tiempo. Le dije que jamás podría fijarme en él, cuando es lo único que no puedo dejar de hacer.

Qué bueno que no se quedó en la recámara. Me dio oportunidad de disfrutar el olor de su cama. De haberme visto, cualquier persona en sus cinco sentidos podría calificarme como un completo psicópata. Por lo menos ya estoy yendo al psicólogo.

No lo esperé. Por supuesto que no.
Lo último que quería era darle más molestias, así que en cuanto me vi listo para partir, quité el seguro a la puerta y salí por la ventana. No fue muy bueno el aterrizaje. Tuve que apresurarme porque había alguien muy cerca del patio, era demasiado probable que no tuviese tanta suerte como anoche y fuese su madre o padrastro, en vez de su hermana. Me denunciarán por invasión a la propiedad ajena y mi madre me encerraría para siempre en casa por haberle mentido, como a Rapunzel.

Caminando por la vereda en dirección a mí casa, hice dos cosas. La primera, llamar a Jongdae, él debía llegar conmigo al mismo tiempo para no levantar sospechas. Y la segunda... pero más importante, pensaba en lo sucedido.

Lo había besado. No una, dos veces. Y estaba terriblemente acomplejado. No podría verlo a los ojos, no después de anoche... Y curiosamente, es lo que añoro más, volver a verlo a los ojos, a esos dulces orbes, que se mantenían escondidos tras unos rizos que caían suavemente sobre sí.

Era mi perdición. Malditamente mi perdición. Quería más y me reprochaba a sí mismo ser tan débil por no soportar el silencio durante más tiempo. Habría sido mejor si primero encontraba a quién jugaba sus mejores trucos para poder separarnos, antes de confesarle mi amor a Chanyeol.

Ahí estaba otro punto clave. El hilo que nos unía... parecía ser más fuerte que las patrañas o las infamias de cualquier tercero. Y esto me volvía coloradas las mejillas de sólo pensar... Chanyeol me amaba. Yo lo amaba. Y no podía borrar una sonrisa de la cara aunque lo intentara, quería gritarlo a los cuatro vientos.

Quería decirle al cartero que ayer había besado a Chanyeol. A ese niño quería gritarle que nunca había sido tan feliz. Al gato, al gato sólo quería acariciarlo, pero igual era reflejo del increíble estado de ánimo que estaba experimentando ¡Le diré a Michelle! Y de seguro aplaudiría, pero después me diría que lo analizara bien, bla bla blá.

Recuerdo la primera vez que le hablé de Chanyeol y me preguntó si habíamos sido novios.

No ㅡrespondí algo confundido. ¿Estaba en terapia o en uno de esos programas de televisión penosos que se tratan de formar parejas?ㅡ. Ni siquiera nos hemos besado.

¿No? ㅡpreguntó atónita. Michelle no lo entendía del todoㅡ. ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que estés hasta el cuello de amor... y ni siquiera se hayan dado un piquito?

Comencé a reír. Parecía nuestro fan número uno después de eso. Yo tampoco lo sabía. Supongo que a veces las cosas que no se planean, las menos inesperadas, son las que terminan poniendo tu mundo de cabeza y tu corazón al mil por hora.

[...]

Kyungsoo dejó de tener la imagen mental de Chanyeol en cuanto divisó a Jongdae a punto de entrar a su casa. Corrió lo más veloz que puede ser y por poco lo tacklea.

Why We Can Not Be Together? [ChanSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora