Era una noche muy hermosa y tranquila.
En las sombras se veía la silueta de una pequeña persona caminado. Como ya era muy noche no se topó con nadie cuando salió de su cuarto. Ya que la mayoría dormía.
Ya estaba cansada de no hacer nada, esas dos semanas solo eran de dormir de más por culpa de los calmantes que le daban. Ya se sentía como nueva, el reposo si le había servido. Pero ya se sentía casada de ese encierro.
Llegó al jardín sin hacer ningún ruido, se sentó en una banca y se dispuso a contemplar la hermosa noche, teniendo como única compañía a la luna.
Se sentía ansiosa, nerviosa y cansada desde que lo vio. Ya había notado también que la observaba cuando entrenaba con los estudiantes pero prefería ignorar ese hecho.
Ella aún tenía un leve sentimiento, pero la desconfianza que él le demostró hace años le había dolido demasiado, su actitud, sus palabras, sus ojos llenos de resentimiento.
Ella también se sentía culpable, nunca deseo eso, siempre se imaginó un futuro con él y tenía la fe de que él estuviera apoyándola y que la comprendiera.
Pero fue todo lo contrario, el le hecho la culpa, pensó que lo había traicionado.
Prefirió creerle a otra persona y no a ella, ni siquiera quiso que le explicara diciendo que de seguro serían mentiras.
Por una parte se sintió aliviada el de no dar ella la reunión a los tenientes, pero tampoco quería dejar que la perturbara tanto.
Eso le molestaba, que aún se sintiera intranquila con su presencia. Pensó que después de tanto tiempo ya lo había superado e incluso olvidado pero no era así. El aún ocupaba una parte de su corazón.
Permaneció un buen rato en el patio meditando como sería a su regreso.
******************************
Ya era muy noche cuando llegó el líder de los Kuchiki a la mansión, solo lo esperaban despierto el líder de la servidumbre y la ama de llaves.
Le ofrecieron una merienda pero la rechazó. Preguntó por la salud de su hermana y estos le dijeron que estaba mejor, ya se le notaba mejor color y la señorita Isane les había dicho que su hombro ya estaba sano. Eso tranquilizo al líder del clan, solo asintió y se dirigió a su habitación, pero noto que alguien estaba sentado afuera. Se empezó a acercar cuando por fin distinguió a la persona.
- Rukia.- se acercó a su hermana. La cual se veía muy pensativa
- Nii-sama.- se sorprendió la menor, no esperaba toparse con él
- No deberías estar aquí a esta hora.- le recriminó pero sin quitar la seriedad de su rostro
- lo siento Nii-sama es solo que ya me canse de dormir.- le dijo agachando la mirada
El mayor se le quedo observando y se sentó a un lado de ella. Se quedaron en silencio. Observando las hermosas flores que adornaban el jardín.
- tengo entendido que ya mañana regresas a la academia.- le dijo sin verla
- si, ya descanse lo suficiente y ya tengo energías para continuar con mis deberes.- contestó tranquila volteando a verlo.
- te piensas quedar allá verdad.- fue más una afirmación que una pregunta
- Si nii-sama, se me hace más fácil que estar viniendo y yendo.- contestó con serenidad
El mayor solo suspiro, no le agradaba la idea de dejarla irse, una por qué no se cuidaba debidamente y por qué de cierta forma estaría cerca a esa persona.- Rukia...- apenas iba a hablar cuando la menor lo interrumpió

ESTÁS LEYENDO
Mi camino... serás tú?
Fiksi PenggemarShinigamis y humanos con ciertos poderes unen sus fuerzas para derrotar a un mismo enemigo. Por esta guerra dos personas se conocen, ambos con un pasado doloroso que desean aminorar, ambos con ganas de cumplir con sus propósitos y para eso necesitar...