-UN GOLPE DE FE-

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Ha pasado un mes, estoy deshecha, no he salido de mi cabaña por días, y creo que después de todo lodo lo que me pasó siempre estuvo en mi cabeza, tal vez jamás salí de aquí, tal vez ese maldito libro vino nunca existió y tal vez fue por mi estúpid...

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Ha pasado un mes, estoy deshecha, no he salido de mi cabaña por días, y creo que después de todo lodo lo que me pasó siempre estuvo en mi cabeza, tal vez jamás salí de aquí, tal vez ese maldito libro vino nunca existió y tal vez fue por mi estúpido delirio de piratas. Para lo único que vivo es para leer acostada en mi sofá, despeinada y con los ojos hinchados de tanto llorar, ¿Cómo negarme a mí misma lo que viví cuando aún puedo sentir el último beso de Antwan? Lo peor de todo es que recuerdo toda mi vida como pirata, mi infancia, a mi madre, a mi padre, yo jugando con Erick y Antwan, y sobre todo nuestra última travesía en la tribu de Oneida, ¡Toda esta confusión me está matando! Cansada cierro mi libro y me tapo la cara con mi cobertor, pareciera que tiene poderes para ocultarme de la humanidad, la oscuridad que me produce no me sienta bien pero... me reconforta, combina con mi dolor. Para cuando cierro los ojos para dormir por décima vez en el día, suena mi celular, me siento de un brinco ya que la única que me llama más de diez veces al día es Sol, suspiro sin ver la pantalla y contesto sin gana alguna.

—Sol, ya te dije que estoy bien... —pero la voz del otro lado de hace ponerme de pie.

— ¿Cómo está mi Luna?— pregunta la voz de mi padre y yo comienzo a llorar, su voz suena tan feliz y tranquila que me da esperanza.

— ¿Papá? ¿Papá eres tú? Dime donde estas por favor, te necesito. —le suplico desesperada.

—Luna tranquila, tranquila, oye mi voz relájate, respira Lunita ¿Qué es lo que pasa?

—Papá... no sé cómo decírtelo sin que me tomes a loca.

—Cariño tú no estás loca, ¿Antwan está contigo? —me pregunta y me sorprendo.

—espera... ¿recuerdas a Antwan? ¿Erick?

—Pues claro, ¿Por qué no los recordaría? La última vez Erick me dijo que te llevaría a la Isla donde estas para que estuvieras segura, por eso yo te pedía que te quedaras ahí, pero luego Antwan me dijo que su hermano estaba de tras de todo y le dije dónde estabas.

—Escucha papá estoy asustada, lo que dices es cierto... Antwan vino aquí y me llevó con él, hay una hechicera que fingió ser tu por llamada, ella me decía que él era peligroso pero no lo es, sé lo de mi don, sé todo y Antwan y yo nos acabábamos de comprometer, pero esa Bruja... ella me regresó a la Isla, y ahora nadie me recuerda, todos dicen que estoy loca, no sé dónde está Antwan y tampoco Erick, en verdad te necesito.

—Mi Luna, iré para allá, quiero que guardes la calma, si eso que dices es cierto esa hechicera debe estar cerca de ti para molestarte, intenta concentrarte y ocupa tu don, puedes ver lo que quieras, solo inténtalo, llegaré lo más rápido posible... —de repente colgó y no dijo más, quería preguntarle cómo llegaría pero bueno, mi papá siempre hallaba una solución.

Un poco más relajada por saber que no estaba loca intento respirar, él tiene razón, esa maldita bruja debe pensar que ganó, miro a mi alrededor y observo el desastre que tengo, envolturas de frituras, latas de refresco, ropa sucia por todos lados y yo... bueno yo soy la mujer más deshecha del mundo, ¡hasta tenía palomitas de maíz en el cabello! Me quito la manta que me cubre y comienzo a desnudarme dejando la pijama tirada, corro hasta el baño y con agua fría comienzo a ducharme para despertar, uso después de mucho tiempo mi Shampoo de cerezas con mango, y mientras me enjuago el excedente recuerdo las palabras de Antwan.

Todo es real: DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora