-GRACE O'MALLEY-

223 54 5
                                    

Durante la mayoría del viaje rumbo a la Isla Lipari Antwan y yo no hablamos, él sabe que cometió un gran error al pensar cosas estúpidas de mí, y yo sé que no son tan fácil de hacer perdonar, así que a pesar de estar enfadada de vez en cuando nues...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Durante la mayoría del viaje rumbo a la Isla Lipari Antwan y yo no hablamos, él sabe que cometió un gran error al pensar cosas estúpidas de mí, y yo sé que no son tan fácil de hacer perdonar, así que a pesar de estar enfadada de vez en cuando nuestras miradas se encuentran, pero siempre con ansias de matarnos.

Cuando Antwan baja del barco y va por los diarios de navegación yo respiro, mantener una postura con el hombre que amo me resulta sumamente difícil, así que mejor me encierro en la cabina de mi madre e intento meditar justo como Anastasia Deveró me enseñó, me siento en una posición cómoda y hago ejercicios de respiración, además la meditación me ayuda a no tomarme tan enserio y a liberar los problemas con Antwan. Y aunque esta vez no tengo ningún viaje astral logro sentirme de maravilla, más relajada y con más energía, escucho ciertos cuchicheos en el exterior de la cabina y me pongo de pie, saco mi espada y cuando salgo alguien me ataca con otra espada, al levantar la mirada y bloquear un movimiento que me hubiera costado la muerte me tranquilizo.

- ¡Tú me prometiste que serías mi mejor amiga! ¡¿Crees que es de mejores amigas abandonarse en Islas para ir en busca de aventuras?!-Me grita Sol ya vestida de pirata, mis ojos se llenan de lágrimas al verla de nuevo, ¿y lo mejor? Recordándome, o por lo menos eso creo.

-tu... ¿me recuerdas?

-Claro que te recuerdo, no soy como tú, debiste buscarme en esa Isla y hacerme recordar todo, pero no; mejor me encontré con Erick y Oneida caminando sin rumbo y ellos me explicaron todo, me hicieron recordar.

-Perdóname, pensé que tú ya no querías hablar conmigo desde que dejé tu casa, no es normal entrar diciendo incoherencias o por lo menos era como tú les llamabas, ahora sabes que todo era cierto, ¿Cómo llegaste aquí?

-Pues yo era la única de los tres que sabía dónde estaba tu cabaña en el bosque, llevé a Erick y Oneida y tu madre nos explicó todo, ocupé mi magia, abrí un portal y llegamos hasta aquí, tu padre dijo que Antwan haría una escala. -se detiene y baja la mirada.

- ¿Y Gerard?

-Lo busqué, pero su yo de esa realidad está casado con una hermosa mujer, y además tienen tres hijos, no pude explicarle por qué me sentía culpable de separarlos, después de todo... será más feliz con ella, y estará a salvo.

-Sol, esa realidad es falsa, es cierto que puedes llegar a encariñarte con ciertas cosas pero nada sustituye a tu vida original, buscaremos la forma de hacer que te recuerde, te lo prometo. - Y aunque son parecía molesta yo la abrazo y deja que lo haga, entonces a varios metros frente a mí observo a Erick quien me saluda con su mano, sonríe y yo también lo hago.

- ¡Erick!- corro como niña hasta él y lo abrazo, tal vez ya no tengamos esas ganas de casarnos, pero sin duda seguimos teniéndonos ese cariño por haber crecido juntos. Él me gira varias veces y después me baja feliz. -Maldito bibliotecario, no tienes una idea de cuánto nos hacías falta.

Todo es real: DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora