-ELEVEN ANCLA-

251 56 9
                                    

Ahora que mi Jeep estaba en el fondo del océano, Antwan y yo caminamos de regreso a la cabaña, él sigue sin hablarme y yo camino intentando alcanzarlo ya que él da zancadas, cuando nos adentramos en el principio del bosque él por fin se digna a ha...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ahora que mi Jeep estaba en el fondo del océano, Antwan y yo caminamos de regreso a la cabaña, él sigue sin hablarme y yo camino intentando alcanzarlo ya que él da zancadas, cuando nos adentramos en el principio del bosque él por fin se digna a hablar.

— ¿Qué fue lo que te dijo Anastasia? —pregunta mientras sigue caminando sin verme.

—Que había encontrado "al hechicero maestro" no sé quién es pero al parecer resulta ser poderoso... le dijo que sabía cómo potencializar mis dones y que necesita que vaya donde está ella ahora...—Intento respirara al mismo tiempo que camino pero me canso y me encorvo tomando mis rodillas. —espera... ¡Tiempo! Dame... solo dame unos minutos para respirar. —Antwan se detiene y se gira sin mostrar ningún signo de cansancio, él sigue fresco como lechuga y sin una gota de sudor.

— ¿Y cómo se supone que llegarás a donde ella está si no hay forma de salir de esta realidad?

—Si la hay... si la hay... —repito cansada y me dejo caer sentándome en un lugar con pasto. —Anastasia llegó a esta realidad con mis padres creando un portal mágico que está atrás de mi cabaña, ahora... me dijo que tú podrías compartirme los diarios de navegación de tu padre, para llegar al bosque donde tu padre encontró a esos "protectores de la realidad".

—No lo sé, estoy cansado y por poco te pierdo... ¿debo arriesgarte ahora con este viaje?

—Pero no me perdiste, ¡Antwan ya te pedí perdón diez veces esta mañana! No debí conducir así pero esto fue accidental, todo en esta vida es un riesgo, mi don es un riesgo, ¡nuestra vida como piratas lo es también! Solo... solo quiero que todo esto acabe para olvidarme de mi don, y poder llegar un día a cenar contigo en nuestra casa o en un barco o en una isla, no sé, ¡eso quiero! Así que perdóname... por onceava vez. —él se gira y mira la altura de los árboles, después baja la mirada y se acerca.

—No tengo nada que perdonarte, porque yo te dejé conducir, si pudiera hacerte sentir el miedo que pasé al ver que no despertabas lo haría, fue exactamente el mismo miedo que tuve cuando sabía que mi madre moriría y que no podía hacer nada, escucha... no soy un dios, tampoco un "hechicero maestro", solo soy un pirata que está enamorado de ti, no tengo el poder de traerte de la muerte, solo quiero que seas prudente en tus decisiones a partir de ahora, tu y yo somos uno mismo desde esa noche en el campamento, en el momento que te puse este anillo reafirmé un compromiso contigo, con tus padres y hasta conmigo mismo.—me dice con tal sinceridad y con tristeza en su mirada, sus ojos lucen apagados demostrando lo afligido que estaba y ahora le entiendo, lo abrazo y él respira en mi hombro, después me devuelve el abrazo más fuerte y siento como su respiración se calma.

—Sé que no quieres perderme y sé que si pudieras me mantendrías en una burbuja de cristal para que nadie me tocara, te prometo que seré prudente, pero también debes entender que es real el riesgo que corremos, tenemos una misión que cumplir, de nosotros dependen muchas vidas inocentes...— él se separa ligeramente sin soltarme por completo y asiente.—Lo que sí sé es que a partir de ahora... tu y yo estaremos en el mar juntos, ya no existe Luna Black sin un Antwan Lodwood, cuidaremos uno del otro y afrontaremos esto, y cuando nos deshagamos de esa bruja planearemos una hermosa boda.

Todo es real: DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora