태 05. Hostilidad 국

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Llegaba el día de vuelta

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Llegaba el día de vuelta. Taehyung vivirá con mi madre y conmigo. Sí, ella me dio mil excusas y razones por las cuales había tomado esa maldita decisión. "Taehyung tiene notas muy prometedoras y quiero que tenga la misma oportunidad que tú de ir a una buena universidad". En realidad, no fueron muchas razones, pero tampoco me dejó opción de quejarme. Estaría obligado a conocer a alguien que ya me puso la cruz desde el primer día, y no me gustaba nada la simple idea de tener que verle la cara todos los días. Me habría alegrado si nuestra situación fuera diferente, si no le diera asco, si no me ignorara, si no fuera homofóbico como su madre, si yo no fuera homosexual.

Me he planteado miles de veces que "ser como soy" no me ha ayudado en la vida; me ha restado posibilidades, escuelas e incluso universidades dentro de esta sociedad conservadora. Sin embargo, ser como soy me ha dejado ser libre, y es lo mejor que puedo hacer por mí. Ser yo mismo me ha enseñado que las personas pueden quedarse solo si te aman, que las que se van es porque nunca te quisieron lo suficiente, y que llorar por ellos no te llevará a ningún lado. Pero no me advirtió que dolería tanto. Porque duele. Duele la incomprensión, duele la desigualdad, duelen los insultos, pero duele más cuando no intentan conocerte y te tratan de "anormal", como dijo mi tía, como confirmó Taehyung. Porque su voz, diciendo que no era normal, ha dolido mucho más que cualquier otra cosa. Su voz, confirmando lo que yo ya sabía que pensaba, me había hecho pedazos.
Son las cinco y cuarto de la mañana y me encuentro solo en estas cuatro paredes ajenas a mí. No hay ruido en el exterior y mucho menos en el interior de la casa; el sol empieza a salir entre los árboles. Es justo cuando amanece que odio comenzar el día, porque sé que será como el anterior. Totalmente resignado, decidí que tomar un buen café iba a curar mi malestar. Como cada mañana en casa, un café mientras veo el amanecer puede parecer cliché y hasta tonto, pero el aroma llegando a cada parte de mi cuerpo es relajante y cálido, y la mañana también lo era.

Dos de café y dos de azúcar.

—No creí que despertarías tan temprano. Yo también vine por un café.

Se paró a mi lado y preparó una taza para él, pero creí que lo mejor sería regresar a mi habitación; no quería molestarlo, tampoco quería volver a ser herido por alguien que no comprendería.

—Jungkook... lo siento. —Volteé a verlo. Su cabello desordenado y sus ojos hinchados le restaban la poca seriedad que trataba de transmitir— Siento que hayas escuchado esas palabras de mi madre; ella a veces es un poco... bueno, ya lo has visto. Yo no creo que si te gusta un chico seas anormal, pero no quería desatar una guerra en la mesa. Cuando discutís con ella, suele ser peor que responder lo que quiere escuchar.

Se estaba disculpando y, aunque hablaba muy rápido, cada palabra llegaba a mis oídos. Estaba atento a no perder ninguna, o mejor dicho, a que se equivocara en alguna parte para tener la excusa de no volver a hablarle.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora