태 26. Nostalgia 국

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Las paredes eran frías, y el silencio del lugar se sentía incómodo, casi opresivo

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Las paredes eran frías, y el silencio del lugar se sentía incómodo, casi opresivo. Dejé mi mochila sobre el sillón y subí las escaleras hacia mi habitación, pero me detuve frente a la puerta de Taehyung, esperando que estuviera allí.

—¿Tae? ¿Estás ahí? —pregunté sin recibir respuesta alguna—. Tenemos que hablar, el profesor de filosofía nos asignó un proyecto en dúo y, adivina, ¡nos tocó juntos! Así que, sal rápido, quiero terminarlo para mañana —esperé, pero nada. Ni un ruido—. ¿Kim Taehyung?

Ya habían pasado seis horas desde que llegué. Miré dos películas, una romántica que me pareció tontísima y otra de zombis. No lograba descifrar si me estaba ignorando o si realmente no estaba en casa, aunque sus llaves seguían en la mesa. Me preocupaba que no saliera ni siquiera para almorzar o merendar. Ya era la hora de la cena y seguía encerrado. Me senté frente a su puerta y empecé a golpear suavemente, esperando alguna señal. Solo el mismo silencio. Desde que llegamos a Seúl, nos habíamos vuelto más unidos; compartíamos todas las materias, hacíamos las tareas juntos… cuando lograba que saliera de su habitación. Pero en los últimos días lo había sentido tan distante, como si algo lo apartara de mí.

—No sé qué es lo que te pasa o qué hice mal para que te alejes así… —suspiré, dejando que el peso de mis pensamientos fluyera—. Cuando fui a Daegu estaba destrozado, y cuando volví, seguía igual o peor. No tenía a nadie más que a Yugyeom y a Lisa… parecía que el mundo se me venía encima. Pero aun así, estaba feliz de no haber regresado solo.

Hubo un silencio, y después, continué, como si finalmente pudiera decirle lo que llevaba tanto tiempo dentro.

—¿Sabes por qué? Porque alguien que apenas conocía se volvió muy importante para mí. Me diste fuerzas para levantarme aunque no quisiera. Me cocinaste todas las noches, me ayudaste con las materias, soportaste la peor versión de mí sin pedirme nada a cambio… y nunca me lo reprochaste.

Hasta ese momento, no me había puesto a pensar en profundidad sobre estos meses. Todo el mundo se había ido, consciente o inconscientemente. Hasta mi madre, de algún modo. Pero hubo una persona que no se movió de la puerta de mi habitación, ni de día ni de noche.

—Taehyung, cuando te dije aquella noche que te quería, no mentía. Te quiero. Desde que mi padre falleció, siempre me he sentido solo… como si siempre me faltara algo para estar realmente bien. Y quizás eras tú… creo que siempre fuiste tú.

Fue difícil aceptar esto en voz alta. No soy alguien que exprese sus sentimientos a la ligera, pero el miedo a que se fuera, a que me abandonaran una vez más, era demasiado. Quizás ese vacío constante en mi pecho, que había ido creciendo con los años, estaba ahí por su ausencia. En las sesiones de psicología hablábamos de cómo la ausencia de personas importantes marca nuestra vida. Mi madre, cada vez que me llamaba, me repetía que intentara llevarme bien con Taehyung, porque de niños habíamos sido muy unidos, y notaba que él se sentía incómodo cuando lo trataba como a un extraño.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora