Después de aquel caos, Taehyung tardó unos minutos en subir al auto, minutos que me llenaban de preocupación. No quería que terminaran más lastimados de lo que ya estaban. Intenté llamarlo, pero mi voz era un susurro, así que solo lo observé a través de la ventanilla. Yugyeom estaba recostado sobre un auto, llorando y cubriendo sus ojos con las manos. Taehyung se encontraba frente a él, hablándole en voz baja, aunque no podía escuchar sus palabras. Sabía que eran pocas, porque no tardó mucho en acercarse.
—No volverá a molestarte —fue lo único que pronunció antes de cerrar la puerta y desaparecer de la cafetería.
No habían pasado más de seis cuadras y mis manos temblaban sobre mis rodillas, aunque intentaba mantenerme firme, observando las bellas casas del vecindario.
—¿Qué fue eso? —la voz de Taehyung sonó fuerte y ronca.
—¿Y mamá?
—La tía se quedó en casa y me mandó a buscarte. ¿Qué fue lo que sucedió?
—Ya veo. Manejaste bien.
No estaba de ánimos para hablar.
—Jungkook, no sé por qué estás haciendo esto, pero ya basta de torturarte.
—Tenía que hacerlo.
El rostro de Taehyung se suavizó en el primer semáforo que nos detuvo. Estaba enojado; lo entendía, pero no quería responder a todas sus preguntas, no quería mostrarme débil frente a alguien que apenas conocía.
—No importa lo que intentabas hacer. Lo único que quiero saber es si estás bien.
Asentí, mirando por la ventanilla, dándole la espalda.
—Jungkook, mírame. Necesito saber si estás bien.
Volteé y sus ojos miel estaban fijos en mí, decaídos y preocupados. En ese instante, comencé a llorar. Me ahogaba; sentía mi pecho contraerse, y se volvía insoportable tratar de respirar. Hundí la cabeza entre mis rodillas, sobre el asiento del copiloto, intentando no gritar. Tenía ganas de hacerlo, de desaparecer durante años, de retroceder el tiempo y volver al día en que conocí a Yugyeom, de revivir todo lo hermoso que pasamos, de volver a estar bien. Mi cuerpo temblaba y no podía ver por las lágrimas. Solo escuché el sonido del cinturón desabrochándose y, de repente, unos brazos me rodearon, llevándome hacia su cuerpo, acomodándome sobre sus piernas de costado. Me dejé recostar en él, sintiendo sus manos acariciar mi espalda. Taehyung era cálido, y su presencia aliviaba mi dolor.
—No estás solo. Llora todo lo que necesites. Siempre estaré para ti, Jungkook. No importa lo que suceda.
Hice caso a sus palabras hasta que logré calmarme. Permanecí en su pecho unos minutos, sintiendo que eso podría sanarme, y realmente necesitaba esa conexión con urgencia. Tranquilicé mi respiración y cerré los ojos, tratando de alejar todo lo que me perturbaba, pero manteniendo a Taehyung cerca. No fueron más de diez minutos en los que me aferré a él como si mi vida dependiera de ello; y en parte, era cierto. Mi vida dependía de que alguien me consolara sin necesidad de palabras, dejándome un lugar a su lado. Taehyung era calor, comprensión, vida, esperanza y felicidad, todo lo que me faltaba en ese momento.
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𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤
Fanfiction¿Qué pasaría si la persona más importante en tu vida te olvida? ¿Si los momentos a los que te aferras nunca existieron? Solo quedarías perdido en el tiempo. Jungkook es mucho más que solo alguien a quien Taehyung ama, es por quien lucharía incluso e...