태 11. Entusiasmo 국

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Llegamos a la dirección, y al bajar del taxi me quedé atónito

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Llegamos a la dirección, y al bajar del taxi me quedé atónito. En la terraza de la casa, varias personas bebían alcohol directamente de la botella; algunos estaban borrachos y vomitaban en el jardín delantero, mientras otros reían solos, sentados en las escaleras de la entrada. Todo era un completo descontrol. Entramos esquivando a quienes se cruzaban en nuestro camino. Las luces de colores cegaban mi vista por momentos, parpadeando al ritmo de la música. Jungkook caminaba delante de mí, sin soltar mi mano, que apreté con fuerza para no perderlo entre la multitud.

—¿Qué quieres tomar? —preguntó cuando llegamos a la cocina, donde muchos chicos reían y bebían en pequeños grupos.

—Agua.

—¿Agua? Si nunca has tomado alcohol, empecemos por algo suave —dijo, acercándome un vaso. Lo bebí de un solo trago, como hacía con todo, pero el sabor amargo me hizo detenerme. Era asqueroso.

—Por tu cara veo que no te gusta la cerveza. ¿Vodka con jugo? Es suave, combina con tu ternura —dijo, tocando la punta de mi nariz con su dedo. Le di un sorbo al segundo vaso. Era excelente.

—Este sí me gusta —respondí.

—No soy tierno —le repliqué, molesto.

—Tu risita es tan tierna como tú, Taehyung. No puedes negarlo.

La idea de que algo o alguien arruinara este momento me volvía loco. Mi paranoia siempre se activaba cuando se trataba de Jungkook. Todas las veces que había predicho que algo nos separaría, que lo perdería, que dejaría de saber quién era yo... todas se habían hecho realidad. Y algo en mí me decía que esta noche no sería como la había imaginado. Necesitaba que fuera especial, que fuera nuestra. Un momento íntimo pero público, capaz de acercarnos aunque fuera unos centímetros más de esa distancia que aún nos separaba.

La primera vez que me llamó tierno fue en mi cumpleaños número catorce. Le gustaba molestarme con eso porque, mientras el resto de sus amigos ya empezaban a notar los cambios de la adolescencia —sus rostros se definían más, las mandíbulas se marcaban y sus voces se hacían más graves—, yo todavía no había pasado por esas transformaciones.

—Mis amigos tienen una linda voz.

—Mi voz es linda —respondí, molesto.

—A mí me gusta la voz fuerte, grave, me parece agradable de escuchar. Y tu voz…

—¿Mi voz qué? ¡Yo tengo la voz profunda!

—Tu voz es de niña, TaeTae.

—¡No tengo voz de niña! —me crucé de brazos, dándole la espalda al chico de trece años que estaba a mi lado.

𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 || 𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora