Atrapadas.-

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Pov Poché.-

Desperté desorientada, en un lugar que desconocía, no sabía que había pasado, hasta que vi la silueta de Vale, junto a mi, me suspendí de inmediato y me percate de que estaba dormida.

-Vale- susurre mientras movía su cuerpo, ella suspiro y en cuanto abrió los ojos se lanzó a abrazarme.

- Sabia que vendrías por mi- su alegría de que yo estuviera allí se notaba muchísimo, sin ella saber de que estaba aquí de la misma manera que ella, y no precisamente para sacarla de aquí.

- Te han hecho algo?- esperanzada a que no, la espera de su respuesta me dejaba sin aire.

- Solo se que estoy aquí- levanto sus hombros como restando importancia.
Miré hacia los lados, era un cuarto pequeño sin nada más que una silla de madera y un balde, que suponía era para nuestras necesidades, por mi mente solo pasaba una sola cosa, sacar a Valentina a salvó de aquí a toda costa, ese sería mi único objetivo.

Me levanté del piso, buscando una forma de salir, pero el cuarto solo tenía unos pequeños ductos de ventilación y estaban demasiado altos para nosotras, que éramos diminutas, me acerqué a la puerta, notando que está solo se podía abrir por afuera, alborote mi cabello en forma de desesperacion, pero tenía que controlarme, no podía tener un ataque de pánico, no en este momento.

-Saldremos de esta- susurré para mí misma.

Volví a sentarme con Vale quien recargo su cabeza sobre mi hombro, las dos estábamos en silencio, hasta que la puerta se abrió de golpe, dejándonos ver a un tipo alto, fuerte, con una barba larga, cara de pocos amigos y grandes ojos oscuros, el traía una bandeja, con agua y comida, mientras en la otra mano sostenía un arma. Sin dejar de apuntarnos se agachó poniendo la comida en el piso.
El comenzó a retroceder sin dejar de mirarnos.

-Quiero hablar con tu jefe- dije de manera sería.

-el jefe no puede venir en estos momentos- me respondió.

-Entonces llévame con el- me levanté y di unos pasos hacia el tipo.

-Tengo instrucciones de no dejarlas salir - dijo el apuntando me con su arma -Yo le puedo dar tu recado.

-Cual es tu nombre- pregunté.

-Martin- me acerqué un poco a Martin.

-Deja de avanzar- alzó un poco su tono de voz.

-Veras Martín, yo necesito hablar con el el jefe de todo ésto, no con uno de sus gatos- la mandíbula de Martin se tenso ante lo que dije y el se apresuró a mi alzando uno de sus puños, pero otro tipo apareció.

-Detente Martín- gritó antes de que Martín me diera un puñetazo en la cara -Tocale un pelo a esa chica y el jefe te mata- yo miraba a Martin seriamente, el bajo las manos junto a su arma, así que le heche un vistazo rápido a Vale, ella tenía un semblante un poco serio, las dos estábamos muy bien entrenadas para este tipo de situaciones y un tipo como Martín no nos intimidaba.

Martín retrocedió hasta salir de la habitación, mientras que el otro tipo nos inspeccionó a Vale y a mi para después irse.
Después de unos segundos vale me tomó de la mano para que me sentará junto a ella.

-Come tú, yo no tengo apetito- le dije a Vale y ella negó, extendiendome un plato de comida.

-Necesitamos estar bien, si queremos salir de aquí, así que come- ya no dije nada, solo comencé a comer.

Pov Calle

No podía creer que el estuviera frente a mi, su semblante era serio y su sola presencia te intimidaba, no emitía expresión alguna, solo parecía inspeccionarme y eso me estaba poniendo nerviosa.

-Calle siéntate por favor- me pidió Sebas, mientras el señor Garzón acomodaba su chaqueta sentándose, yo miré a Sebas negando.

-Calle- habló alguien, yo me giré encontrándome con Arango, quien venía entrando a la casa -Sientate por favor.

Me sentía demasiado confundida ahora, que estaba pasando aquí, no estaba entendiendo nada, pero el saber que Arango estaba aqui, me tranquilizó un poco, ya que él tiene la entera confianza de Poché.
Me senté frente al señor Garzón, pero también miraba hacia los lados, a los tipos altos y armados que tenía a los costados.

Narrador omnisciente

El ambiente en aquella sala era tenso, Calle podía sentir la mirada del señor Garzón sobre ella, pero no era capaz de mirarlo, aún con la presencia de Arango y sus amigos se sentía incómoda en ese lugar, no sabía que estaba pasando en ese lugar.

—Calle, el señor Garzón necesita hablar contigo— habló Sebas.

—Conmigo para que— respondió Calle un poco a la defensiva.

—Por que ni Valentina ni Poché aparecen — habló Juan Carlos llamando la atención de todos, Calle siento su corazón latía con fuerza al escuchar aquella noticia, como podía ser eso sí ella había hablado con Poché hace unas pocas horas —Y necesito tu ayuda para encontrarlas.

—Makis y Laura, se supone que ellas estaban con Poché— dijo Calle a Juana.

—Laura tuvo un inconveniente y salió de viaje, mientras que Makis tuvo que salir a resolver algo— respondió Arango, Calle demasiado confundida miró a Juan Carlos.

—Pero... Era usted el que estaba buscando a Poché— articuló Calle en lo que fue un susurro, Juan Carlos se inclinó hacia el frente viendo fijamente a Calle.

—Se lo que piensas y lo que Poché te contó, pero hay una parte de la historia que Poché no conocé.

—A que se refiere— preguntó Calle.

—Hace ya mucho tiempo dejé de buscar a Poché para que volviera a casa, ya había entendido que ella no regresaría, pero unos meses atrás comencé a recibir mensajes anónimos, en estos me informaban que no solo yo estaba detrás del rastro de Poché— Calle miraba con detenimiento a Juan Carlos mientras le contaba — Así uno tras otro fueron llegando, empecé a sospechar de todos mis hombres y de quien estaba siendo el mensajero de estos, pero todo empeoró cuando me llegó otro de los mensajes, me decían que ya sabían donde estaba Poché, por suerte solo estuvo pocos días en ese lugar.

—El viaje a las Maldivas— susurro Calle.

—Exacto, pero aún así dieron con ella, la siguieron y dieron con ella aquí en Miami, por suerte Poché logró escapar, movilice a toda mi gente para dar con el tipo que estaba detrás de todo, enviando a mis confiables hombres para investigar, pero todo se complicó aún más cuando Valentina escapó, por suerte al llegar otro anónimo me di cuenta que aquellos tipos aún no sabían lo de Valentina, pero tenía que actuar rápido, intenté hablar con Arango, yo sabía que él estaba enterado del paradero de Poché y si no me equivocaba Valentina iba directo a ella, así que intente que me dijera donde estaba, el no cedía, no hasta que le dije mis razones, pero ese mismo día recibió una llamada para después decirme que sabía dónde estaba Valentina pero que él se encargaría de todo por el momento, como yo le tengo una gran confianza a Arango dejé que el se hiciera cargo, pero envié a unos de mis hombres con el. Dos días después Arango seguía sin darme respuestas, pero a mí me llegó un mensaje, tenían información sobre quién era la persona de los anónimos, contacte a Arango y el me dijo que no me preocupara, que ellas estaban bien y a salvo, pero aún así no podía quedarme tranquilo, tenía un mal presentimiento, decidí enviar a alguien que Poché conocía bastante bien, para que él le advirtiera, pero como era de esperarse, Poché no quiso escuchar.

Calle seguía escuchando con atención todo, algunas cosas comenzaban a tener sentido pero otras seguían sin respuesta y eso era algo que solo Poché podía aclarar.

Disculpen los errores, Buenos Días, Buenas Tardes, Buenas Noches.
::: Miletcrnl-KMisterio:::

TODO POR TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora