TODO POR TÍ

Pasado.-

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Pov Poché.-

—Que mujer— le contaba a Arango quien se encontraba a mi lado cargando su pistola.

—Me lo has contado cincocientas veces poché— decía Arango sin mirarme.

—Es que...

—A ver a ver— me interrumpió Arango —Estas así por una chica a la que conociste en un antro la otra noche y con la que solo has intercambiado algunos mensajes— Dijo Arango y yo solo me encongí de hombros —Sabes que...

—Si si tengo que tener cuidado, ella no debe enterarse de que soy hija de Juan Carlos Garzón, ya se Arango no soy tonta— el solo negó.

—Mejor levanté, tienes que practicar— con pesadez me levanté tomando el arma para comenzar a disparar hacía los blancos.

...

—Vamos Poché apúrate— me susurraba Makis mientras nos escabulliamos al auto que teníamos escondido.

Nos subimos al auto para encaminarnos a un antro de Bogotá poco conocido.

—Ya quiero llegar— dije impaciente.

—No creo que ella esté ahí está noche— decía Makis con las manos en el volante.

—Yo se que sí— respondí segura.

—Como estás tan segura— preguntó Makis mirándome de reojo.

—Porque ella me lo dijo— contesté con una gran sonrisa.

Un rato después habíamos llegado al antro, la música resonaba con fuerza en el lugar, Makis y yo intentabamos atravesar el mar de gente para ir hacia la barra, hasta que por fin llegamos.

Nos sentamos y pedimos dos tragos, mientras nos los entregaban, me dediqué a buscar a la pelinegra por la que había venido esta noche, pero con tanta gente no veía mucho, me giré de nuevo hacia la barra, me entregaron mi trago el cual bebí con rapidez para pedir otro, miré hacia mi amiga, la cual ya había encontrado alguien con quien hablar, suspiré aburrida jugando con el vaso que tenía en mis manos cuando alguien se posó atrás mío.

—Dos margaritas, una para la señorita y otra para mi— esa voz, me giré sobre el banco encontrándome con la morena que tanto había estado buscando, ella esbozo una sonrisa.

—Que bueno es volverte a ver, Sara— decía ella dejando un beso en mi mejilla, aún se sentía raro que me llamará por ese nombre falso, pero era por seguridad.

—Lo mismo digo Melissa, lo mismo digo— contesté viendo cómo se sentaba a mi lado.

...

—La poché enamorada me agrada— decía Makis para luego meter un pedazo de sandía en su boca.

—Sigo sin entender cómo puedes estar así por una completa desconocida— dijo Arango el cual estaba de pie con los brazos cruzados.

—Poco a poco la voy conociendo más— me defendí levantando mis gafas.

—Solo has hablado pocas veces con esa chica y bien podría estar mintiendote.

—Ella no...

—No me digas que ella no es así, no sabes todo sobre ella Poché.
Ya no respondí me quedé en silencio al ver quién se acercaba hacia nosotros.

—Vamos Poché, es hora de entrenar— refunfuñando me levanté del pasto.

—Es su hora de descanso Johan— dijo Arango sujetando mi brazo para que ya no avanzará.