VI: Ecuánimes

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Tenía que ser una estúpida broma, o quizá me quedé dormida en el mostrador y no lo había notado hasta ese punto.

—¿Eh? –Fue todo lo que mi boca pudo gesticular junto a mis cuerdas vocales. Me sentía una completa estúpida.

Hyesuk nos miraba sin entender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo, y me hubiera reído de su expresión porque sinceramente era muy chistosa. Pero no tenía tiempo para eso.

—Dije que si querías sentarte con nosotros. –Repitió el pelinegro, esta vez con algo de hastío por mi lentitud.

Sí, sí había oído perfectamente. Lo que no entendía era por qué Lee Yoonsuk estaba invitándome a sentar junto a ellos si nosotros no éramos cercanos, y era extraño ya que él jamás se sentaba con otros que no fueran Hyesuk o algún compañero del equipo de basketball. Tal vez estaba dándole tantas vueltas al asunto y él solo quería hablar del proyecto, y mi cabeza creando argumentos o teorías tontas.

—Estoy trabajando. –Solté no de forma brusca, sino como una verdad corta y precisa.

Pero, luego me fijé de que ellos eran los únicos comensales en el restaurante, así que mi respuesta no era válida.

—Hyung, ¿la conoces? –Finalmente, el castaño dijo algo durante todos esos incómodos minutos.

—Es la chica que te dije que haría conmigo el proyecto de la canción social.

Fue entonces que Go me miró con los ojos bien abiertos y una perfecta «o» formando su boca, acto que me hizo sonreír levemente con nerviosismo. Detestaba en sobremanera ser el punto de atención, prefería mil veces mi vida desapercibida.

—¡Aigo, mucho gusto! –Sonrió de manera brillante y extendió su mano hacia mí.– un saludo occidental para que sea más cómodo~.

Este chico… ¿en serio era así de chistoso todo el tiempo? Me sorprendía que alguien tan brillante como él estuviera con Yoonsuk. Conocía bien el humor de perros que el pelinegro poseía, y no era algo bonito.

Estreché su mano con la mía, agitándolas levemente en gesto de saludo.— Igualmente, soy Kaya.

—Kaya-sshi, yo soy Go Hyesuk pero puedes decirme Hyesuk o Suk. Como prefieras. –Expresó sonriente, sinceramente me preguntaba el cómo podía mantener una radiante sonrisa a cada rato.

—Claro… –Murmuré toqueteando la libreta de pedido con el bolígrafo de tinta negra que cargaba.

Miré de reojo a Yoonsuk, quien me observaba en un pacífico silencio, con sus ojos felinos y fastidiados clavados en mí. Era su típica expresión de «me importan todos un @#$%»

Ya saben a qué me refiero.

Soltando un suspiro, me senté en la otra punta de la mesa teniendo en el lateral izquierdo a Hyesuk y en el restante a Yoonsuk. El incómodo silencio hizo acto de presencia otra vez, veía a los chicos comer tranquilos hasta que el chico de la especialidad de danza volvió a hablar.

—Entonces, Kaya-sshi, ¿de dónde eres? –Preguntó tras haber tragado el bocado de su boca.– sé que eres extranjera, lo digo por tus rasgos.

Lee soltó un chasquido fastidiado, cruzando sus brazos sobre su pecho.— Suk, eso ha sido lo más jodidamente brillante que has dicho en toda tu vida. Pensé que Kaya era hindú o filipina.

Y eso fue todo.

No pude evitar soltar una risa, leve, pero al fin y al cabo una risa y pude jurar que el pelinegro se quedó viéndome un instante. Por otro lado, escuché las quejas divertidas de Hyesuk a mi lado.

𝖘𝖙𝖔𝖓𝖊 𝖍𝖊𝖆𝖗𝖙 💙 novela cristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora