XXIII: Stone Heart? No more

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Y desde esa noche en la iglesia, donde vi a Lee Yoonsuk aceptar a Cristo con silenciados sollozos, no volví a saber de él tampoco y solo lo veía en clases o los pasillos, pero nunca llegamos a interactuar o algo semejante durante un mes.

Mes donde nos acercábamos a la graduación de la universidad, y Haeri estaba al borde del colapso buscando un vestido para su boda y un vestido para la graduación; obviamente le dije que era culpable, porque ella decidió efectuar la boda días después de que nos graduáramos.

Ahora, estaba experimentando estrés doble por eso.

—¡Yah! ¡No te rías de mí, Kaya! –Chilló ella entre pucheros, mientras que yo solo me destarlaba de la risa en el sofá de cuero de los vestidores de la boutique.

—Eso te pasa por querer juntar todo, sabes que Dios es un Dios de orden. –Le respondí con tono divertido, tratando de aguantar la próxima risa.

Ella infló sus mofletes, luciendo como una ardilla enojada y sonrojada, me pareció graciosamente adorable esa expresión.

—Ya tenemos todo planificado, solo falta el vestido y además, ¡no deberías estar tan relajada, sabiendo que debes buscar tu vestido de dama de honor! –Me señaló con reproche, a lo que yo alcé una ceja con diversión.

—Lo tengo desde hace unos días, y ya decidí también el vestido de graduación, pabo. –Señalé el saco protector del vestido atrás mío, totalmente relajada.

Haeri tenía un tic en el ojo, y siguió refunfuñando mientras veía los vestidos de novia y los de gala al mismo tiempo, provocando más risas en mi ser ante tal actitud infantil. A veces no creía que tuviéramos la misma edad, no con sus actitudes.

Luego, ella me miró con una expresión indescifrable.

—Kaya, ¿por qué no te acercas a Yoonsuk? Es decir... según oppa, él ha visto a Yoonsuk crecer espiritualmente, está enfocado en Jesús y ha creado incluso canciones y raps para él. –Comentó mi amiga sin dejar de mirarme.

Ante la mención de Yoonsuk, mordí mi labio inferior de manera nerviosa, como un tic impropio de mí.— No lo sé... sé que lo quiero muchísimo, aunque le he pedido a Dios que me quite estos sentimientos si no provienen de Él... siguen creciendo más que antes.

—Entonces, ¿qué haces que no vas a buscarlo, eh? Tal vez él anda pensando lo mismo y no se acerca porque cree que no es lo correcto. Están destinados, así que dejen el orgullo y el miedo y vayan a ser felices con Dios. –Espetó con una sonrisa, balanceando su cuerpo sobre sus pies.

Reí levemente por sus palabras, tal vez... sí debía hacerlo.

—Seokjung dijo que estarían en la playa, ¿no? Con Hyesuk... –Murmuré, desviando la mirada.

Haeri asintió vehemente, sonriendo con amplitud.— ¡Anda ya por tu príncipe pálido, Kaya!

Y volví a reír, levantándome del sofá y despidiéndome de ella para correr por las calles, con el corazón latiendo con más fuerza dentro mío.

Yoonsuk...

Yoonsuk

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Lo vi.

Admiraba el inmenso mar con sus manos dentro de los bolsillos de la gabardina invernal, suponía que se había quedado más tiempo desde que Seokjung y Hyesuk se habían ido, así que respiré profundo antes de caminar despacio hasta su lugar detrás de él.

—Kaya Benson.

Su voz ronca y varonil, tal como recordaba, se había colado en mis oídos apenas me había detenido detrás suyo. El silencio me pareció eterno, hasta que carraspeé un poco.

—¿Cómo supiste que era yo? –Murmuré quedamente, mirando la blanca arena bajo la suela de mis zapatos.

Lo sentí girarse hacia mí, y su oscura mirada seguía siendo tan intensa como siempre, causando estragos en todas mis terminaciones nerviosas; cuando alcé la mirada, me encontré con una llena de ternura que jamás creí que vería en alguien como él.

Él se había distinto, pude detallar mejor los orificios de sus orejas sin los aretes y sus tersos labios rosados, contrastando a la perfección con su pálida piel. Siempre pensé que él era irreal, por esa belleza tan etérea propia de él.

—Sabía que vendrías, lo sentí mi espíritu, que ya era hora. –Susurró con suavidad, alzando mi mentón entre sus gruesos dedos níveos y rosados en las puntas por el frío.– valió la espera.

Pronto, sentí las lágrimas acumularse en mis ojos, y me lancé a sus brazos en un sollozo silenciado contra su pecho, porque había anhelado tanto estar de nuevo con él, esta vez bien los dos y con Dios siendo nuestro guía con Su Santo Espíritu. Sus manos acariciaron mi espalda, para darme consuelo mientras intentaba calmar los sollozos ahogados.

—Tonto, gran tonto... te amo demasiado. –Musité dando leves golpes en su pecho, sintiéndolo vibrar ante las risas que escapaban de sus labios.

—Latosa, también te amo, y ahora... formalicemos esto de una vez, ¿te parece? –Me dijo al alzar mi rostro de nuevo, sonriéndome de medio lado con dulzura.

Reí con suavidad, asintiendo con la cabeza.— ¿No más corazón de piedra?

Él negó, divertido.

—No más corazón de piedra.

Y me besó con extremo cuidado y cariño, acariciando mi mejilla con sus dedos gruesos y cálidos, haciéndome sentir plena.

Sí, nuestros corazones de piedra desaparecieron, por unos de carne hechos por nuestro Señor.

Libres al fin.

Chan chan! 🤭 Stone Heart oficialmente

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Chan chan! 🤭 Stone Heart oficialmente...

¡HA ACABADO! 😱😭❤️🎊🎉











¡Dios les bendiga!

𝖘𝖙𝖔𝖓𝖊 𝖍𝖊𝖆𝖗𝖙 💙 novela cristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora