Eso era lo más incómodo que podía ocurrirme en toda mi vida.
Sentarme en un comedor, que no era el perteneciente a mi residencia, con dos chicos que se hallaban al mismo nivel de incomodidad era algo súbitamente inquietante; el silencio podrías cortarlo con un abre cartas, o con una simple hoja de papel.
Así era, no estaba exagerando.
—Uh... bueno, debemos apresurarnos para llegar a la universidad. –Soltó Hyesuk con una tensa sonrisa, siendo el único de nosotros en formular una oración en toda la mañana.
Yoonsuk y yo solo asentimos, sin objetar o agregar algo más, comimos el improvisado desayuno hecho por Go y a gran rapidez, y decidimos prepararnos para partir. Lamentablemente, tenía que pasar por la residencia para poder tomar mis pertenencias estudiantiles.
Pero, de seguro Pierce no estaría allí dentro, o eso esperaba.
—Vamos. –Avisó el pelinegro, tomando su mochila para dirigirnos a la puerta.
Y en todo el trayecto desde el ascensor, hasta salir del edificio y caminar al estacionamiento fue en completo silencio. Hyesuk encendió su camioneta y todos nos subimos en ella sin extender el tiempo que nos quedaba.
—Necesito ir por mis cosas... ¿habrá tiempo suficiente? –Pregunté con la mirada perdida en la ventanilla del auto.
El prodigio de la danza me sonrió desde el espejo retrovisor.— Claro, no hay problema.
—Bajaré e iré contigo. –Soltó Yoonsuk sin dirigirme la mirada en ningún instante.
No me lo esperaba en lo absoluto, ¿temía que mi progenitor estuviera allí y me hiciese algo? Me era difícil meterme en la jodida cabeza de que él estuviera preocupado por mí, pero con decir aquello era en lo único que podía pensar.
—De acuerdo. –Fue lo que alcancé a responder, viendo que ya habíamos llegado a las residencias donde yo vivía.
Nos bajamos el azabache y yo, para dirigirnos al interior del edificio y subir por el ascensor de manera veloz, presioné algo temblorosa el botón del piso correspondiente, y el cubículo metálico comenzó a ascender.
Justo cuando pusimos un pie fuera, la puerta de mi residencia se abrió, y sentí el pánico embargar mi ser por completo. Y debido a eso, Yoonsuk lo notó.
—No hables, y deja que yo me encargue. –Susurró con la mandíbula tensa.
No entendí a lo que se refería, pero casi grito de la impresión cuando sentí su mano tomar mi muñeca y acorralarme en la pared del pasillo; su altura era más que la mía, por lo que podía esconderme a la perfección de los ojos ajenos.
Inclinó su cabeza, clavando su oscura mirada sobre la mía mientras que con su otra mano, me indicaba que me callara con el dedo índice. Mi corazón palpitaba tan fuerte que sentía que iba a salirse de mi caja toráxica, y entonces oí los pasos pesados de Pierce junto a nosotros.
Por lo que me encogí aún más para que no me viese.
—Tsk, jodidos críos hormonales. –Masculló tras pasar junto a nosotros, en dirección al ascensor.
Y cuando lo vimos desaparecer dentro de este, fue que pude respirar aliviada aunque la cercanía del mayor me estuviera agobiando.
Se separó de mí, como si yo fuese lava ardiente que podía incinerarlo al instante, y su mirada impasible e inexpresiva volvió a mi rostro.
—Apresúrate.
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𝖘𝖙𝖔𝖓𝖊 𝖍𝖊𝖆𝖗𝖙 💙 novela cristiana
SpiritualY les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne. -Ezequiel 11:19 Kaya es como una piedra con flores, pero dichas flores tenían dolorosas espina...