FINAL

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*ANAHÍ*

Cuando las piezas rotas, de a poco a poco, a su ritmo, forma y manera, vuelven a encajare en su lugar, todo tu ser parece que se siente en paz, tranquilo y seguro.

O al menos así me siento, en paz, tranquila, y segura. Y tuve que pasar por mucho para lograrlo, incluso, hasta creí que jamás me iba a pasar.

Cuando tus emociones están en el suelo, a veces te encuentras con alguien que te dice que todo va a estar bien, que ya va a pasar. Y tú, desde tu roto lugar, sientes que no, que se equivoca, que nada va a estar bien, y que nada va a pasar.

Con mi visión distorsionada, jamás creí en las palabras de Dulce, en las de Maite, o en las del grupo de apoyo. Su "todo va a estar bien" para mí significaba que todo iba a seguir siempre igual, mal, horrible.

Pero para que dejara de ver todo oscuro, me tuve que aferrar al amor, al cariño, la amistad y compañerismo. Y tuve la suerte de encontrarlo en personas geniales, que valen oro, y hasta mucho más, si es eso posible.

A mi me salvó el amor, y es por eso que no comprendo cuando dicen que el amor duele. No, el amor no tiene que doler. A mi entender, si duele, no es amor.

Y al hablar de amor, uno no sólo se basa en una pareja, no. Hay muchas, millones de cosas que se pueden catalogar como amor.

Hoy, desde mi sano lugar, amor es el abrazo de Hillary cada vez que me ve. Son los secretos que me cuenta Maite en confianza como si fuéramos chicas de universidad todavía. Amor es Marcela compartiendo un té conmigo, haciéndome sentir cómoda, a gusto y en familia.

Amor son las risas que Dan y Austin me provocan, son sus abrazos, y su incondicional amistad.

Amor son los besos de Dulce, únicos y deliciosos. Son sus caricias, es su sonrisa, su mirada al verme. Ella en sí es amor.

Y por último, y no menos importante, amor es la aceptación que tengo hoy conmigo. Es la sensación de que soy mi amiga, y no mi enemiga. Amor es la sonrisa que veo en el espejo al darme una devolución.

¿Como es posible que digan que el amor duele? ¡por favor que quiten eso del mundo que bastante mal está como para que digan semejante atrocidad!.

El amor no duele. El amor sana, reencuentra, te hace sonreír, reír, te eriza la piel, te colorea las mejillas, te hace sentir cosquillas en la panza te trae paz.

Puede que no siempre sea algo que está lleno de color, eso es cierto, pero no por eso debe doler. Se acepta un momento gris, sepia o hasta negro, sólo un momento. Pero si ese momento se extiende, y duele más de lo esperado, y te hace llorar, maldecir, y sufrir, entonces, ya dejó de ser amor.

Gracias al amor, de las mil formas en que lo encontré, dejé la bebida. Fue mi impulso, mi fuerza de valor, y hoy llevo ya casi dos años sin beber.

Me siento orgullosa de mi logro. Siento que si pude contra el demonio del alcohol, que tanto dejé que me ataque, voy a poder con todo,  con mucho más.

Me siento llena de fuerzas, de valor. Y eso es algo que nunca tuve en mi vida, al menos no con esta misma intensidad.

Muchas fueron las veces que tuve ganas de saltar al vació para luego perderme en el impacto, desaparecer y ya no tener nuevo mañana.

Pero hoy tengo alas para volar. Hoy me animo a todo. Hoy tengo personas que me acompañan en el vuelo, o me reciben con los brazos abiertos.

Dulce es una de las personas que vuela conmigo, cuando de ella se trata no tengo miedo, ni siento inseguridades.

Y lo más hermoso de todo, y lo que mucho  me ayuda, es que me hace sentir valorada con ella fuera de juego, y pensando solo en mi.

La amo, pero la amo mucho, demasiado. Y pensar en lo mucho que la amo, o decirlo, parece que nunca es suficiente, nunca alcanza.

Algún DíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora