Seducción vampírica (One Piece x OC)

Capítulo 1. El comienzo

Hace mucho tiempo, en la edad media, reinaba la paz en las tierras lejanas de aquel lugar desértico y también en los bosques. Nobles, caballeros y esclavos no sentían miedo hacia la muerte. Lo aceptaban como algo natural. No obstante, todo cambió en una noche apaciguada donde los hombres celebraban su victoria con cerveza y mujeres. La esposa de uno de los reyes fue raptada por un ser desconocido. A la noche siguiente, la encontraron, pero con una marca de colmillos en su cuello y mató con sangre y saña aquella sala e incluso a su propio esposo porque no le daba el placer suficiente que ella deseaba.

Vampiros. Así llamaron los religiosos. Quién se convierta en esas bestias ya no volverían a ser humanos, si no esclavos del enemigo de Dios. Criaturas que solo se alimentan de sangre cuando es la hora del festín y que buscan el placer más grandioso de las tierras. E incluso violan a hombres y a mujeres para cumplir ese propósito. Y si un vampiro se aferra a un humano porque lo veo interesante como juguete o debe vivir por más tiempo, no dudará en transformarlo en uno de ellos.

A lo largo de los años, el clan de los vampiros ha evolucionado de tal manera que tuvieron descendientes. Descendientes que se han dividido en varias casas. El más antiguo lleva más de mil años viviendo en esas tierras. Nadie podía matarlo. Sin embargo, hubo un cura que investigó con profundidad aquellas bestias e hizo todo lo posible para matarlas. Ajo, agua bendita, una estaca en el corazón, la luz del sol... Hasta que dio con uno. Un collar con una joya incrustada. Leyendas cuentan que era un objeto de María, madre de Jesús, que ahuyentaba a los espíritus malignos de los cristianos. El obispo lo utilizó contra el conde de los vampiros hasta matarlo completamente. Ningún vampiro se ha atrevido a salir de sus madrigueras después de aquel masacre.

De las profundidades de aquella oscuridad, surgió un nuevo rey que mató con sus propias manos al obispo, ya viejo, clavando su cabeza en la cruz de la iglesia. Los cristianos gritaron aterrorizados por esa masacre que huyeron, pero fue una trampa. Todos y cada uno murieron ante los seguidores del nuevo Rey de los vampiros. Volvían a gobernar las tierras vírgenes del planeta. Hasta que un día, el rey se enamoró de una mera mortal. Hija de un noble y su belleza era inigualable. La deseaba, quería hacerla suya y así lo hizo. No la transformó en vampiro por miedo a que ella perdiera esa personalidad que le encantaba. Y cuando su padre descubrió que su hija se acostaba con el diablo, ordenó en asesinarla por estar maldita.

Pero el rey se interpuso, protegiendo a su amada. Se dejó capturar por los meros mortales solo porque la ama. Un súbdito del obispo trajo consigo el collar de María y lo asesinó con ella, matando al último rey de la estirpe de los vampiros. Su amada, al ver con horror la muerte de su amante, huyó lejos con el collar y lo escondió para que nadie lo encontrase. Ella tiene esperanzas en que vampiros y humanos vivan en armonía. Ese es su más preciado tesoro hasta morir en la vigésima-cuarta luna llena.

El clan de los vampiros ha seguido su curso escondiéndose entre las sombras y a la luz del sol se esconden entre los humanos, como si fueran uno de ellos. En la actualidad, nadie sabe que esas criaturas tan diabólicos aún siguen entre ellos.

Hasta ahora.

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Despierta exaltada desde su cama. La respiración se vuelve entrecortada y su corazón no para de latir. Qué sueño tan extraño ha tenido. Últimamente esta teniendo unos sueños un tanto extraños. Una sombra que la persigue hasta que la atrapa con sus manos y unos colmillos se aferran a su cuello. Con solo pensar en ello, se toca la zona del yugular. La chica suspira relajando todos sus músculos y no pensar en ello más. Se sobresalta cuando alguien toca la puerta asustándola completamente. Debe calmar a su palpitado corazón.

—Len arriba. Vamos a llegar tarde a la universidad.

—Ya voy, Menku.

La chica de cabellos castaños se levanta de su cama algo sudada por lo acontecido de antes. Debería de darse una ducha antes de salir de su cuarto. Camina en dirección al baño, despojándose del pijama y se da un buen baño para así estar limpia cuando vaya a la universidad. Tiene un mal presagio ante esos sueños que está teniendo últimamente. Es una figura bastante grande, mucho mayor que ella y que la llamaba de vez en cuando para atraerla. Un escalofrío recorre por todo su cuerpo recordando esa dichosa escena. Apoya las manos en la pared dejando que el agua recorra por todo su cuerpo, apagando las ansias de lo más profundo de su ser.