Capítulo 9. Duobus: Pareja de un vampiro.

1K 71 45
                                    

Smoker está nervioso. No puede hacer nada al respecto, estar sentado no ayuda nada a estar calmado. Un pie se mueve por los nerviosismos que recorren por su cuerpo. Quiere entrar en la habitación para ver si Rose se encuentra bien, que no se haya transformado del todo en una vampira. No le gustaría que ella perdiese algo de humanidad, no se lo perdonaría; aunque él no fue el culpable, pero se culpa por no llegar antes. Él es un caza-vampiros y debió de notarlo; debió de vigilarla en ese mismo instante. Ya desconoce cuantos puros ha consumido, esto lo está matando por dentro, literalmente. El clic de la puerta fue suficiente para que él se levante de su sitio y vea al doctor salir de la habitación con un semblante serio.

—Puedes respirar, llegué justo a tiempo para detener la transición.

—Eso me alivia. —Relaja todos sus músculos.

—Pero te aconsejo que se quede hoy a dormir en tu casa, Smoker-ya. Está débil y si sale los vampiros irán a por ella de nuevo, ya que la herida aún es reciente y olerán la sangre en kilómetros —informa Law guardando de su caja la jeringuilla que contiene el antídoto.

—No puedo tenerla aquí —aclara él recibiendo una mirada curiosa del médico.

—¿Por qué? Te he dejado unos cuantos viales por si la sed de sangre te consume.

—No me refería a eso.

Law analiza las palabras nuevamente de Smoker, como si estuvieran encriptadas para su oído; sin embargo, una sonrisa ladina surca en sus labios entendiendo la situación—. Tu duobus, ¿eh?

—Aún no es del todo mi pareja —le corrige.

—Pero el olor que destaca es diferente al de otras mujeres mortales y lo sabes muy bien, Smoker-ya. —Su sonrisa se amplía más al ver que su amigo frunce más el ceño—. Quién iba a decir que el caza-vampiros caería bajo los brazos de una humana que huele a rosas y a rosquillas.

—¿No la habrás…?

—Oh no, soy médico; pero tampoco un aprovechado. Es tuya y solo tuya, ya tengo a la mía. —Se retira los guantes como profesional que es—. Smoker-ya, mi consejo es que no aguantes esas ganas de poseerla porque, créeme, lo pasas muy mal.

—No quiero hacerla daño —se sincera él retirando los puros—. Es pequeña en comparación a mí.

—Pero tú eres un dominante y ella una humana, y no una cualquiera. Está hecha para ti, para aguantar esas hormonas de vampiro que tienes. ¿Cuántos siglos llevas sin follar?

Los ojos de Smoker ruedan para empezar a pensar ante la pregunta que le hizo el médico. Solo escuchó una leve risa por su parte, entendiendo.

—Veo que mucho tiempo —afirma Law.

—Ya te digo que no puede quedarse en mi casa.

—Smoker-ya, está débil. No tienes otra opción; pero te recomiendo que si tienes ganas, no lo aguantes. Lo sé por experiencia propia.

Chasquea la lengua molesto ante esta conversación; sin embargo, Law tiene razón. Ella está vulnerable y no es buena idea que se marche así sin más. Tendrá que comunicárselo a una de sus amigas para que sepan que ella está bien. Camina en dirección al sillón para rebuscar en el bolso de Rose el móvil mientras escucha como Law va abriendo la puerta, a modo de retirarse de la casa.

—Por cierto —pero antes debe decir algo—, no sé cómo está sobreviviendo. —Esto captó la atención a Smoker que lo mira por un momento—. Tiene el hierro muy bajo y no está tomando suficientes vitaminas. Analicé su sangre y por lo visto está tomándose pastillas.

Seducción vampírica (One Piece x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora