Seducción vampírica (One Piece x OC)

Capítulo 12. El despertar de la bruja

Un poco de base en la cara. Maquillaje en los ojos y en las mejillas. Pintalabios color negro. Golzy se está preparando para ir a la universidad con las chicas teniendo cuidado de no pasarse. Una gótica debe mostrar que lo es realmente, sin importar lo que otros opinan. Ella está tan feliz de tener un novio vampiro, o eso piensa lo que es. En una de sus conversaciones con Lucci, el muchacho le comentó que ella estaba destinada a ser su pareja, su duobus. Una palabra latina que no ha escuchado en mucho tiempo. Ella se iba a convertir en una vampira, pensó; pero Lucci no estuvo conforme que dijera que la convierta en uno de ellos. No está en sus planes.

Lo intentó por lo menos. Le recuerda un poco sobre una historia que leyó sobre el Omegaverse que está dividido en tres clanes: Beta, Omega y Alfa. Los Betas se le consideran gente normal; a los Omegas se le consideran gente especial que sueltan feromonas cuando están en celo, y los Alfas son los que reproducen a los Omegas debido a las feromonas. En otra palabras, Lucci es un vampiro; por tanto, un Alfa que se vuelve loco por el aroma que desprende Golzy. Y ella es una Omega, pero que no se pone cada seis meses en época de celo. Curioso, ¿no? Ahora que lo piensa, ¿cómo les habrá ido a Len y Amélie con esos dos?

No le agrada la idea de que sus amigas estén con vampiros que pueden hacerlas daño; no obstante, Lucci le comentó que no se preocupase por ello. Ellas son sus duobus y no podrían hacerlo, aunque quisieran en el fondo. Ya está lista, solo le falta peinarse y ya podrá marcharse a la universidad. De repente, con el movimiento de su mano una de las velas aromáticas se enciende. Golzy se detuvo en seco al notar eso. ¿Cómo es posible? Pasa la mano nuevamente y la llama que aviva la vela se apaga. Hace el mismo movimiento y se vuelve a encender. La morena se levanta con rapidez, asustada de lo que acaba de presenciar. Su abuela le comentó en una ocasión que su familia pertenece a una dinastía de brujas que ha ido desapareciendo a lo largo de los siglos. Y un día dijo: «Tú eres el principio de todo, querida nieta». ¿Qué quiso decir con eso?

No puede ser que la joven haya despertado sus poderes. La sangre de bruja recorre por sus venas. Y todo su cuerpo sucumbe al miedo al fuego. Una pequeña llama que puede ser el mismísimo infierno para Golzy. Puede notar como recorre por todas sus venas quemándola por dentro. El peor enemigo de una bruja es el fuego. Lo siente. Lo percibe. Y de un momento a otro, todos sus pensamientos se disipan cuando escucha a alguien tocar la puerta.

—Vamos, Golzy. El autobús va a pasar en cuestión de segundos.

—Ya voy, tsundere.

«Cálmate, no creo que esto sea posible», piensa para sí misma mientras toma un libro que le regaló su abuela cuando era una niña. Un libro de hechizos de sus antepasadas. Quiere descubrir por sí misma si esto es real. Y antes de marcharse, decide apagar la llama con el mismo movimiento de mano y se va de la habitación.

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Un vampiro solitario miraba al techo, buscando algún punto interesante. Hoy era su día de descanso, lo necesitaba después de lo sucedido del sábado. No podía creer que se hubiera escapado la oportunidad de tenerla en sus brazos. Paulie se maldecía una y otra vez en no proseguir en aquel beso, pero Yumel le interrumpió. Creo que iba demasiado deprisa como para intentarlo. Esa chica de melena rubia ceniza le estaba volviendo loco. Ese aroma, esas feromonas lo estaban consumiendo. En los siglos que lleva viviendo nunca le ha pasado nada igual. Esa mujer tenía un atractivo un tanto embriagador para los ojos de Paulie y eso que es muy tímido cuando se trata de mujeres.

Da una bocanada de aire liberando el humo de su puro para relajar sus hormonas un tanto sueltas. No quería imaginar el momento en que la tuviera en sus brazos y le pidiese que la hiciera suya. Pensar en sus gemidos, en sus caricias, en sus mordidas, en sus uñas clavadas en su espalda… Ahora tiene una leve emergencia en los pantalones. Le apretaban demasiado que hasta sus mejillas están sonrojadas por la vergüenza. ¿Cuánto hace que no ha tenido sexo? Está en las mismas condiciones que Smoker. Él antes era un humano corriente que trabajaba de carpintero en sus años de juventud. Y todo eso cambió cuando cayó en las garras de una vampira que lo convirtió en uno de ellos. Él estaba cegado, sediento de sangre que no paró en matar a sus seres queridos hasta quedarse satisfecho.