Capítulo 4. La fiesta II

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La fiesta de Sir Crocodile aún sigue en pie. Los invitados disfrutan de la gran velada bailando o tomando alguna que otra vida. La noche aún es joven y quieren disfrutarlo al máximo, lo saben muy bien. Y los vampiros aprovecharán el momento para cazar a sus presas o tal vez saciar sus deseos más carnales. Y ocho de ellos están disfrutando el momento, se diría que es su gran noche.

Menku aún sigue danzando con el hombre de ojos azules y cicatriz en su barbilla pronunciada. El chico tiene algo que le llama mucho la atención no sabe el qué, pero tiene un aura entre dominante y sumiso. Dijo que él se pone nerviosa ante la presencia de mujeres, pero con ella es todo lo contrario. Un chico tímido en realidad. Sus ojos azules como el mar son hermosos a simple vista, diría que mejores que el suyo. Muy pocas personas tienen ese color tan cautivador. Dan ganas de verlo todos los días. En cambio, el muchacho llamado Drake controla sus ansias más oscuras con ella. Es raro, la joven desprende un aroma tan peculiar que no lo nota cualquier vampiro. Y realmente no desea morderla para saciar su sed, si no poseerla y marcarla como suyo.

En la vida que lleva entre el mundo de los mortales, es la primera vez en mucho tiempo, que algo capta su atención y que la quiere con vida. Puede controlarla a su merced y decirle de ir a un lugar lejos de aquí; sin embargo, lo aguanta. Y curioso porque ningún camarada suyo ha presenciado ese aroma. ¿Será por algo que desconoce? No está muy seguro de ello. Está embriagado por sus cabellos salvajes de color rojo como la sangre. Corto, pero bello. Piensa que ella era una vampira reencarnada. Ese color de cabello solo lo ha visto en pocas ocasiones y en pocas personas, o más bien en vampiros. Pero su mayor atención son sus ojos. Color gris-violeta únicos y exclusivos. Son como joyas que brillan a cada ilusión que se le antoja.

«Quiero poseerla», se mentaliza una y otra vez el vampiro mientras mueve sus labios con cautela, manteniendo esas ansias. Lo que nota son los mortales que lo miran con mala cara, como deseando que acabara ya con la joven Menku. Y no es broma, llevan como media hora bailando y ya la chica se está cansando.

—Creo que será mejor parar —dice Menku ya parando sus pies.

—¿Te duelen los pies? —pregunta con la mirada clavada al suelo, observando como ella mueve esas partes con algo de incomodidad.

—No estoy acostumbrada a caminar con tacones. Los detesto demasiado.

—Siempre me he preguntado porque las mujeres tenéis que llevar ese tipo de zapatos. Me pongo en la piel de una y debe ser doloroso.

—Para vernos bonitas —se sincera la pelirroja llevando la mano a su cabello—. Yo paso, prefiero estar cómoda vistiéndome ropa de hombre que de mujer.

Él, con disimulo, la mira de abajo a arriba contemplando la silueta de la chica. «Y le sienta de escándalo», no quiere imaginarse cuando se ponga una de sus camisas, le quedará mejor que a él. ¿Y por qué debería estar pensando en ello?

—Me supongo que querrás sentarte para descansar.

—Y lo agradecería mucho.

—He visto unos asientos libres —dice el muchacho ofreciendo su mano—. Vamos, antes de que nos la quiten.

Menku no duda en cogerla, ya que le salvó de un buen apuro de los acosadores que hay a su alrededor. Al ser una chica deportista, hay demasiadas desventajas. Todos los hombres van detrás tuya por tener mejor culo que otras chicas. «Machistas», es lo único en mente que pasa por su cabeza. Drake la guía hacia la zona, teniendo cuidado que Menku no se tropezara por el camino.

Len ve de lejos a Menku marcharse con el muchacho para buscar un sitio. Y al otro lado, observa a Amélie entretenida escuchando la música relajante con Cracker. Y ella bailando con el hermano de éste. Esa máscara quita la gracia, aunque ella también tiene uno, pero al menos se visualiza algo. El de él no. Todo cubierto como si quiere ocultar su identidad. Lo único que destaca de él son esos cabellos granates y ojos del mismo color. ¿Qué chico u hombre de este mundo tiente esa pigmentación? Es como el mismo vino, el burdeos. No lo ha probado nunca, pero Golzy le comentó que tiene un sabor bastante dulce en comparación con otros vinos. Ya con la palabra "dulce" se le vino boca agua al tener los ojos clavados en la fuente de chocolate.

Seducción vampírica (One Piece x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora