Capítulo 10. Quedadas

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Rose abre los ojos lentamente sintiendo pesadez en su cuerpo. Ha dormido muchas horas y lo primero que ve es un techo diferente a la suya. ¿Dónde se encuentra? Es la primera pregunta que se le viene a la cabeza y un leve pinchazo resurge en su cerebro. Se acomoda en la cama sentándose y echa un vistazo leve a su alrededor, sin hacer el mayor esfuerzo. Parece un piso agradable para sus ojos. ¿Y si la han secuestrado? Un miedo atroz aparece en su cuerpo que empieza a tiritar; no obstante, siente un leve punzón en la zona de su cuello. Lleva la mano hacia esa zona notando una gasa ahí.

—Es mejor que no te lo quites. —Se sobresalta al escuchar una voz reconocida para ella. Sus pómulos se tornan de color rojo al verle entrar—. ¿Cómo te encuentras? —pregunta mientras coge una silla para sentarse a su lado.

—Mareada —confiesa mientras vuelve a acostarse gracias a la ayuda de Smoker—. ¿Dónde estoy?

—Estás en mi apartamento. Tuviste un pequeño encuentro con unos ladrones que te querían robar.

—¿Ladrones? No recuerdo nada.

—Es normal, te desmayaste en el acto. Además te has tomado un medicamento bastante fuerte y aún estás con esos síntomas. —Él no desaprovecha la ocasión de acariciar sus cabellos. «Sedoso», piensa viendo como sus dedos no se enredan—. Es mejor que sigas descansando.

—¿Qué hora es?

—Son las seis de la mañana.

—Yo debo…

—Ya avisé a tu amiga que estabas conmigo. —Se adelanta al leer su pensamiento.

Rose cierra nuevamente sus ojos mientras deja a Smoker acariciar de esa manera. No podía creer que él estuviese ahí cuidándola; si no hubiera aparecido antes tal vez ya estaría acabada. ¿Y la heridas que tiene en la zona yugular? Le escuece un poco y desearía hacerle tantas preguntas al hombre. Él está disfrutando este momento un poco íntima entre ellos dos. El olor que desprende es tan apetecible que le dan ganas de besarla y tomarla ahí. Y no le importaría, le encanta su físico por todos los medios. Cómo quisiera descender un poco y que sus dedos rocen con sutileza esas curvas tan proporcionados y dar un azote bien fuerte en uno de sus muslos. Gruñe por lo bajo, conteniéndose.

—Smoker —susurra Rose llamándolo—, ¿de verdad fueron unos ladrones que me atacaron?

Traga en seco. Desea con todas sus fuerzas contarle la verdad a la joven; pero si lo hace, ella no se atreverá a acercarse más. La perdería para siempre y no es plan.

—Ya te lo contaré luego —susurra él, calmado—. Ahora sigue durmiendo, Rose —pronunciar su nombre es exquisito para su paladar.

Vuelve a asentir la cabeza y cierra los párpados mientras que Smoker sigue rozando sus dedos en sus cabellos. «Dulce y atractiva», sonríe con suavidad al oír leves suspiros de Rose. Ya está dormida. Los efectos del medicamento la dejan k.o. al parecer.

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Los rayos del sol hacen acto de aparición en la gran habitación, alumbrando la zona. Los pájaros cantar sin cesar queriendo despertar a los dormilones. Bibianne se remueve un poco de la cama abriendo los ojos lentamente. No siente frío por las sábanas un tanto arrugadas. Se da cuenta que no tiene las gafas puestas; normalmente, se queda dormida con ellas puestas porque suele ser despistada cuando estudia o trabaja con algún artilugio. Los va buscando con la mirada y al girar la cabeza hacia la izquierda, todo su rostro se torna de color rojo como el tomate. Rica verdura que contiene muchas vitaminas que ayudan al metabolismo. Sí la ve ahora mismo Crocodile, no dudaría en devorarla. Él está dormido plácidamente y ella está con la boca abierta no creyendo lo que ha pasado anoche. Se acostó con él. Su órgano más vital empieza a bombear sangre con fuerza.

Seducción vampírica (One Piece x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora