Capítulo 17. Noche movidita

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Un escalofrío se cierne en el cuerpo de Amélie que abrió sus ojos encontrándose a Cracker en la cama. Lo recuerda todo. Lo que sucedió y porqué estaban muy apegados. La joven ni siquiera dudó en separarse de él. Sentir el calor que desprendía el vampiro es agradable para su gusto, aunque tenga la piel fría. Escuchar su leve respiración da una sensación agradable que te dan ganas de seguir durmiendo. Aún está débil por lo ocurrido y la mejor idea es quedarse ahí. Los maullidos de Mr. Pickles la alertan viendo que el gato se subió a la cama para saludar a su dueña. Sonríe y no duda en acariciar la cabeza del gato.

Movimientos siente a su lado. Cracker realiza un sonido ronco que casi pone los pelos de punta a cualquiera. Abre sus pesados párpados para encontrarse a Amélie. Al sonreír, su cicatriz se hace más arrugada que nunca. Él no podía creer que haya dormido con su duobus. No han dicho nada, ni siquiera hacía falta porque ya la mirada lo decía todo. Guía sus dedos hacia el rostro de la chica deteniéndose por el camino preguntándose si es buena idea tocarla. Amélie cierra los ojos, una forma de decirle que hiciera tal acto. Y sintió esas yemas tocar sus pómulos sin ningún impedimento. Es verdad que ella se tensó, pero poco a poco se relaja con la idea de que no le haría daño.

De un momento a otro, escucharon la puerta abrirse y ambos miraron para ver quién era. Son ni nada menos que Len con Katakuri, éste último lleva consigo una bandeja llena de comida para los dos tortolitos.

—Os hemos traído algo de comer, seguro que teníais hambre —dijo Len, sentándose en la cama.

—¿Qué hora es? —pregunta Cracker estirando todo su cuerpo.

—Las diez de la mañana.

—¡¿Cuántas horas dormí?!

—Unas doce horas —responde Katakuri viendo como su hermano no se lo creía.

—Amélie durmió mucho. —Y ella también lo estaba.

—Sí, siempre tiene que haber una primera vez. —Len ríe. Los dos se ven adorables con esas caras de sorprendidos.

El hermano mayor deja la bandeja en la cama cuando ellos se incorporan para comer. Un plato lleno de galletas de toda clase acompañado de dos vasos con leche. Amélie aún está débil por lo que el joven vampiro no duda en entregarle unas cuantas galletas y de vez en cuando el vaso de leche. Pero una duda surge en su cabeza a todo esto que mira a su hermano.

—Un momento, si hemos dormido doce horas, ¿tú dormiste en esta casa?

—Y no fui el único.

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—¡¿Qué vais a qué?!

—Vamos a dormir aquí todos juntos.

Las chicas no se creían de lo que sus oídos habían escuchado. Los vampiros habían propuesto de dormir en la casa de las jóvenes por si ocurriese algún imprevisto. O tal vez querían aprovechar este día con ellas.

—Bueno, no es mala idea; al fin y al cabo, todos vinieron porque se han preocupado —comentó Yumel con un gran sonrisa en sus labios—. Creo que tenemos unas cuantas colchonetas para que ellos puedan dormir en el salón.

—Yo más bien pensaba en dormir con Bibianne —habló Crocodile. La joven de cabellos azules se sonrojó brutalmente al escuchar ese comentario.

—Mi cama… es pequeña.

—¡Todas las camas son pequeñas! —gritó Len con las manos apoyadas en las caderas—. ¡¿Es que no os dais cuenta cuánto medís?! ¡No son camas matrimoniales!

—Oh, pero es una gran oportunidad de estar con todas ustedes. —Lucci se acercó peligrosamente a Golzy, tomando su barbilla con cuidado—. Y puede que no solo vayamos a dormir.

Seducción vampírica (One Piece x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora