Libros de lengua castellana y literatura que debe coger para su futuro proyecto final. Ninguna la convence demasiado; no obstante, no está demasiada concentrada, todavía tiene esa espina clavada en su alma queriendo recordar lo sucedido en la fiesta. Ese hombre imponía mucho en Tais y no recuerda si el hombre intentó violarla o que. Seguro que la vio como presa fácil y se aprovechó de ella. Tais no mira a ningún chico temiendo que sea alguno de ellos. ¿Quién se fijará en una cuatro ojos y una sonrisa de acerco como ella? Le dan ganas de llorar, quitarse toda esa angustia que hay en su ser, cerrar los ojos y desaparecer en este mundo tan cruel. O morir ahogándose en una bañera y que nadie la echará de menos.
Un largo suspiro sale de sus labios con ese pensamiento tan remoto y sus pupilas se quedan quietas, observando un libro que llamó su atención; pero, está demasiado alto. Extiende su brazo poniéndose de puntillas para llegar, sus dedos no consiguen rozarlo. Medir 1'60 no es nada favorable para Tais. Ya estaría rindiéndose porque no encuentra una escalera que pueda subir con facilidad. Hace un último esfuerzo en llegar hasta él, casi tocando la solapa. De pronto, alguien se adelanta cogiendo el libro y se lo entrega a la joven; ella se quedó quieta en su sitio analizando lo que ha ocurrido. Lo toma con cuidado y duda si girarse o no; pero le ayudó, debe hacerlo. Tais suspira nuevamente comenzando a voltearse para encararlo.
Su respiración se corta en cuestión de segundos al ver a la persona menos esperada de la universidad. Su mente le pide que huya cuanto antes porque será la siguiente víctima, por lo que ha comentado Golzy. ¿De todas las personas que hay porque tuvo que aparecer él? Además, está muy cerca de Tais, no le gusta para nada. Quiere que la tierra la trague de inmediato por sentirse vulnerable ante él.
—Me supongo que no me darás un gracias después de todo. —La voz de Spandam es como la muerte misma.
—Lo siento —se disculpa ella agachando la mirada—. Gracias, Spandam-san.
El silencio se cierne sobre ellos habiendo algún tipo de incomodidad para Tais. Se gira para ignorar al hombre, centrándose en la pequeña lectura que está teniendo en estos instantes. Sí, es perfecta para su futuro proyecto que debe presentar para terminar la carrera. Y todo su cuerpo se tensa al sentir la respiración de Spandam cerca de su nunca, como si deseara echar un vistazo al libro. Se está poniendo nerviosa y él lo sabe, lo nota en sus carnes.
—¿Sabes? Me gustaría volver a repetir ese momento de la fiesta —menciona él susurrando cerca de su oído.
El corazón de Tais arrecia con fuerza al oír esa palabras de la boca de Spandam. ¿Era él? No se mueve de su sitio, temiendo a que él le hiciera algo o incluso peor.
—Que callada te has vuelto, Tais —ríe bajito muy divertido de ver su reacción—. ¿O acaso no te esperabas que fuera yo?
—Su voz... es idéntica...
—Intenté todo lo posible para que no descubriese que era yo y la verdad que funcionó. —Mira por todos lados por si alguien se aproximara—. No desaproveché la oportunidad.
—¿Lo hizo para burlarse de mí? —dijo con voz temblorosa no deseando verle la cara.
—Para nada. Si tú supieras las ganas que te tengo, no me creerías. —Con algo de disimulo, su mano recorre el muslo de la chica llegando a su trasero y hace el mismo proceso.
—Por favor, Spandam-san.
Él la ignora completamente y hace que gire chocando un poco contra la estantería, y que sus manos sigan recorriendo el cuerpo de ella. Tais no puede hacer nada, se siente indefensa e inútil ante ese hombre. Spandam está controlando todas sus ansias de no querer devorarla e hincar los dientes en su cuello. Nota como Tais tiembla con los ojos cerrados queriendo morir de la vergüenza y dejar que él haga lo que quiera. Su inseguridad se lo transmite a través de ese olor que desprende. Una lastima que se aleja un poco de ella, dándole algo de espacio, sin dejar de mirarla.
ESTÁS LEYENDO
Seducción vampírica (One Piece x OC)
FanfictionNadie puede escapar ante las garras de los vampiros. Criaturas con un gran poder y casi inmortales. Enemigos del hombre por naturaleza. No se sacian con beber sangre de una persona sino de muchas víctimas. Sin embargo, hay una adicción que no pueden...