Muchos creen que saben la historia, pero no es así. Hay partes que criaturas mitológicas y humanos han escondido por siglos. Antepasados que ocultan la verdad. ¿Será por miedo? ¿O será porque tenían intenciones que no eran buenas? Como dijo Crocodile, yo soy un superviviente que ha visto todo a lo largo de su vida. Es la ventaja de ser un fénix, pero también es una maldición porque no hayamos la muerte menos mis antiguos compañeros. Yo os contaré la verdadera historia.
El ser humano siempre había existido en este mundo. Hijos de Dios, creían. Pero ellos evolucionaron a partir de los simios. ¿Cómo lo sé? Porque mis antepasados renacieron de un dinosaurio a causa del meteorito que cayó en la Tierra. Nosotros fuimos quién les habíamos enseñado el fuego, la caza… Nunca nos habían venerado como superiores. Hasta que llegaron los egipcios con sus jeroglíficos. Nos llamaban Bennu, criaturas de la resurrección y del Sol. La tecnología se desarrollaba espléndidamente, aunque no nos gustaba para nada que utilizasen a otros humanos para esclavizarlos. La esclavitud proviene de que los pobres eran inferiores, al igual que la discriminación.
El cristianismo y otras religiones se enfrentaban entre sí porque unos creían un único Dios y otros a varios. A partir de la Antigua Grecia, ahí los humanos decidieron llamarnos como Fénix. Creaban cerámicas o pintaban murallas con forma de pájaro de fuego. Y era lo que éramos. Pero la evolución avanzaba y nuestro poder mágico fluía metamorfoseando perfectamente en ellos. Nos ocultábamos entre ellos para que nadie sospechase nuestra presencia. Y pensábamos que éramos las únicas criaturas mágicas en este mundo. Llegaron las sirenas, las ninfas, los elfos y entre otras. Yo pensaba que eran malignas, pero realmente solo deseaban vivir como nosotros.
Paz y armonía hubo entre nosotros, aunque las guerras entre los humanos no faltaba. Conquistar otras tierras era su mayor propósito u obtener mujeres esclavas para concebir hijos. A mí me daba asco, pero había otra gente amable que nunca daño a su propia especie. A esas personas les ayudábamos para que tengan prosperidad y con una gran determinación. Los siglos pasaron hasta que llegó ese mal que todos temíamos. Los vampiros. Los cristianos lo relacionaron con los hijos del diablo. Y no eran los únicos. Los licántropos eran criaturas enemigas de los chupasangre. Y no supe cómo las brujas obtuvieron poderes oscuros, aunque habían brujas blancas.
Pero los vampiros era el peor mal que pudiera existir. No tuvimos opción que crear el collar que tiene en las manos Ace. Esa joya está hecha por nuestras lágrimas curativas. Esa gema estaba preparada para acabar al mal que creó todo esto. Y sólo a un vampiro. Sí, ese collar mataba a las criaturas nocturnas, pero era una arma lista asesinar al gobernador de los vampiros. Es un título mucho mayor que el rey. Ese gobernador contrató a una bruja para encerrar a nuestros antepasados y convertirlos en piedras, sin que tengan la oportunidad de renacer. Sin la luz del sol, ellos morían. Yo escapé junto con Rose. Sí, Rose es una fénix.
El collar lo llevábamos consigo porque estábamos buscando la manera de derrotar al gobernador. Muchos años habían pasado, ya desesperados y perdiendo la ilusión. No obstante, un milagro apareció ante nosotros. Era tu antepasada Rocksy. Una bruja que tuvo una visión de la derrota ante el gobernador y nos pidió que la ayudásemos porque vio a Rose ahí. Yo me negaba porque nos podría traicionar, pero la única hembra fénix estaba convencida. Entonces nos pidió que encontrásemos a una sirena, una elfa, una ninfa, una licántropa, una dhampira y una híbrida entre vampiro y licántropo. Las cinco primeras no fueron difíciles, pero las dos últimas nos costaron porque los vampiros no se apareaban con otras especies.
Pero el amor era más fuerte que cazar. Y más aún cuando todas las criaturas menos los humanos hayan experimentado una nueva categoría: daiba y duobus. Era muy poco común que nos mezclásemos con otras, pero ese poder era mucho mayor. Finalmente, las habíamos encontrado dispuestas a colaborar. ¿Y por qué unas chicas? Era la visión de la bruja. Yo nunca lo comprendí hasta que recordé aquella profecía de siglos atrás. Mis ancestros nos dijeron de una profecía que se avecinaba. Esas chicas eran la última esperanza de acabar con el mal utilizando el poder del collar. Y ese día llegó. El enfrentamiento contra el gobernador fue increíble.
Lo derrotaron, pero sacrificando sus vidas; no obstante, el mal nunca se esfumó porque el gobernador tuvo un hijo. Un vampiro a quien todos ustedes lo respetáis: Im-sama. Antes de morir, la bruja Rocksy nos comentó que la profecía aún no ha acabado. Las elegidas renacerán en diferentes cuerpos, en otra generación. Rose resurgió de sus cenizas sin ningún problema y hemos decido viajar, no dejar rastro para que no nos maten. Estuvimos mucho tiempo así, buscando la manera de encontrar a las demás chicas. Rose quería ir hasta ellas, pero yo siempre le decía que no debía apresurarse. Todavía no estaba recuperada del todo ante esa batalla.
El collar se lo entregué a los cristianos para que lo custodiasen. Yo confiaba en ellos hasta que llegara el momento de usarlo. De repente, hubo un vampiro que se le consideraba el verdadero rey de esa raza. Una criatura que le gustaba matar a los mortales por ser inferiores. Todos le temían, incluso Im-sama lo respetaba, pero era demasiado peligroso como para tener un debate contra él. Seguramente que sabréis a quien me refiero. Gold Roger, un vampiro que siempre mantenía una sonrisa de oreja. Nosotros lo observábamos de lejos para que no se percatara de nuestra presencia. Un día estuvo a punto de masacrar una mansión para demostrar a los vampiros que no debían temer a los mortales.
Pero se detuvo por una mujer. La mujer más hermosa que habían visto sus ojos negros. Portgas D. Rouge, la heredera de esa mansión después de que muriese su padre. Roger decidió estar más cerca de ella por el día, gracias al anillo que les concedió aquella bruja. No pudo morderla. Desconocía el porqué. Y comprendió que ella estaba destinada a estar con él. Era su duobus. Nunca tuvo miedo en contarle lo que era él. Un demonio chupasangre dispuesto a acabar con la humanidad, pero que estaría dispuesto a cambiar por ella. Rouge le creyó porque confiaba en él. Le daba igual si no era humano, estaba sumamente enamorada de él. Realizaron el ritual para estar unidos por siempre.
Pero esa felicidad se esfumó cuando un sirviente se enteró de lo que era Roger. Se lo comunicó al obispado y ellos fueron a la mansión para capturarlo, y él no se opuso. Mas bien quería demostrar que los vampiros podían cambiar si amaban a un ser humano u otra criatura. Sin embargo, fue asesinado por el collar que les habíamos entregado. Me sentí culpable y responsable porque vi en ese vampiro esperanza. A Rouge se le partió el alma y decidió coger el collar porque era peligrosa para sus ojos. Además, estaba embarazada producto de ese ritual. Huyó al bosque para que no matasen al bebé cuando nazca.
Ahí es cuando intervenimos. Ella pensó que íbamos a arrebatarle el bebé y no era así. Queríamos ayudarla y, para ello, le tuvimos que explicar lo que éramos. Le costó mucho en confiar en nosotros, pero aceptó finalmente. Entre Rose y Marco estuvimos con ella durante el embarazo. Una gestación bastante dura para ellas porque le pedimos que resistiera, que no era el momento para dar al bebé. Pero el agotamiento la ganó y, antes de morir, nos pidió que cuidásemos del bebé que resultó ser un varón. Eras tú, Ace. Rose quería criarte, pero yo la convencí para llevarte a una familia honrada. No obstante, nos sorprendimos mucho en tener delante a quien te crio como si fueras su nieto. Monkey D. Garp, un humano corriente, pero amigo y enemigo de tu padre.
Él era un caza-vampiros, pero él no podía matar a tu padre porque veía en él un gran cambio. Confiábamos en él para que te criase hasta que muriese. Pero tú decidiste marcharte en la adolescencia porque notaste que algo en ti estaba cambiando. Eres un dhampiro y es muy difícil convivir en un mundo que no perteneces. Y toda tu vida has llevado consigo el collar que te entregó tu madre a la hora de morir y nosotros lo hemos cogido porque era buena idea que lo tuvieras contigo. Bueno, ese punto lo explicaré más adelante porque quisiera contar lo ocurrido después de entregarte a Garp.
Yo estaba enamorada de Rose. Éramos los únicos fénix que quedaban en ese planeta. Yo le pedía siempre a ella de concebir hijos, pero ella me lo negaba porque yo no era su daiba y no quería sufrir. Hasta que llegó esa desgracia que provocó en mí una rabia y que decidiera hacer algo que nunca me lo perdonaba. Tú, Smoker. Tú eras un humano normal y corriente que estabas interesado en Rose. No te importaba cómo era su físico. Había atracción entre ustedes, pero no estabais destinados a estar juntos. No obstante, todo eso cambió cuando te mordieron. Yo le pedí a ella que te dejase morir, pero ella se negó rotundamente.
Se encargó de sanar tus heridas y ahí fue cuando descubristeis que en realidad estabais destinados. ¡Si no te hubieran convertido en vampiro, ella seguiría estando conmigo! Entonces lo hice. Borré vuestros recuerdos y maté a Rose para que renaciese de nuevo sin recordar nada y que, en un futuro, se enamorase de mí. En cambio, a ti te condené, entregándote a los cristianos para que te torturasen. Y yo pensaba que vuestra unión se iba a acabar, pero el karma me la devolvía. ¿Sabéis cuantas veces os reunisteis de forma natural y yo que intenté todo mi esfuerzo para que no os enamoraseis? ¡Veintitrés veces! Y está claro que ahora estáis unidos y no puedo hacer nada perfectamente.
Entonces mi sexto sentido me indicaba que la profecía estaba a punto de cumplirse. Cerca de los años 90 iba a ocurrir esa esperanza. En mi búsqueda de las elegidas, presentí una magia muy conocida. Era idéntica a esa bruja que conocí hacia mucho tiempo. Eras tú, Golzy. Tu abuela era una bruja, pero tu madre no lo heredó y tú sí. Tu poder de magia era tan inmenso que eras la indicada perfecta. Ahí me di cuenta que todas tenían que crecer en la misma ciudad y conoceros en persona. En la vigésima cuarta reencarnación, a ti te dejé en una familia decente, Rose. Aún tenía esperanzas de estar contigo.
Viajé a Chile en busca de la última superviviente de sirenas de tu especie, Tais. Era tu madre. Se le notaba cansada y sin fuerzas, como si estuviera escondiendo algo. Ella me dijo que estaba cuidando de ti, protegiéndote mediante una ostra gigante. Yo le pedí amablemente que tú estarías segura en el mundo humano porque estabas destinada a salvar este mundo. Finalmente, confió en mí, pero antes realizó un hechizo en ti para que no despertaras tu poder de sirena hasta que encontrases el amor verdadero. El amor de una madre no se podía diferenciar en otros.
En Grecia, fui al bosque de Khrysí en busca de una gran flor que protegía a una ninfa. Los vampiros acabaron con la vida de esas criaturas maravillosas y todas ellas decidieron proteger a una. La última esperanza de su estirpe. No me costó encontrarla. Una gran rosa que aún no abrió sus pétalos. Los animales estaban ahí, atentos a mis movimientos por si era una amenaza; no obstante, la flor percibió mi aura averiguando qué yo era un fénix que desea la paz. Y ahí apareciste, Amélie. Y me disculpo si el mundo humano ha sido cruel contigo. No son capaces de comprender tu situación porque las ninfas eran así: criaturas frágiles que solo desean que la fauna y la flora prospere.
Luego fui a los países escandinavos porque oí rumores que los elfos huyeron al norte. Ellos eran inmortales, pero envejecen y mueren. Los bosques de Noruega eran espesas y hacía frío, pero yo era un fénix que emanaba calor en mi cuerpo. El frío no era un impedimento para seguir con mi búsqueda. Una cabaña vi a lo lejos por lo que me aproximé lentamente y me encontré a una elfa con una bebé en brazos. Lloraba desconsoladamente. Era como si hubiera cometido un error, pero se tranquilizó al verme. Me dijo que me estaba esperando para llevarme a su hija porque era una semielfa. Una Peredhil. Una raza que no le gustaba para nada los elfos. Tu madre lo hizo por tu bien, Bibianne.
A ti Menku te rescaté junto con tu madre. Cuando me enteré que la Legión la entregó ante Kaido para sacarle información, nunca me imaginé que la violase y te utilizara como un arma. Los dhampiros os consideráis como monstruos a la hora de matar a los vampiros. Y más aún viniendo de ti por tener el cabello rojizo porque tu madre no era la duobus de Kaido. Eras una maldición. Por eso, oculté todo rastro de ti para que no te encontrase ese demonio sin corazón.
Yumel tu familia, los licántropos, estaban bien ocultos en la ciudad, así que no me costó encontrarlos. No les gustaba la idea de que te criaras con los humanos porque perderías la esencia de ser una verdadera loba. Eran tozudos, sobre todo el alfa del clan. Pero mi desesperación era tan mayor que lo notaron en mi mirada y sabían con certeza que los vampiros los matarán. Por ello, decidieron entregarte por el bien de su especie.
Y, por último, no me costó encontrarte Len. Hija de una vampira y de un licántropo. Un híbrido mucho más poderoso que el dhampiro o el propio vampiro. Tú tuviste suerte en tener a tu madre hasta cierta edad de tu infancia cuando murió. Fuiste entregada al orfanato, donde creciste y aprendiste a ser independiente de ti misma. Es por eso que tienes esa personalidad tan explosiva. Y fui yo quien os juntó a todas desde que erais niñas. Os convertisteis en buenas amigas y eso me alegraba un montón. Vosotras estáis destinadas a derrotar a Im-sama para que el mal se destruya por completo y la paz renazca de nuevo.
Sois la última esperanza.
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Seducción vampírica (One Piece x OC)
FanficNadie puede escapar ante las garras de los vampiros. Criaturas con un gran poder y casi inmortales. Enemigos del hombre por naturaleza. No se sacian con beber sangre de una persona sino de muchas víctimas. Sin embargo, hay una adicción que no pueden...