Behind the scenes; David Castañeda y tú

cap 28: going back

TN POV
Abrí los ojos para encontrarme a David viendo su celular, desde hace rato al parecer. —hola— dijo él sin despegar la vista de la pantalla —hola— dije riéndome, hundiendo mi cabeza en su cuello.

—En un rato más vendrán por nosotros para volver a la ciudad— declaró mientras apagaba su celular para verme a mí —que bien— respondí, estirandome —extraño mi hogar— David abrió los ojos ante lo que dije, por lo que me confundí.

—De eso te quería hablar, _____.. ahora que somos pareja.. ¿Qué haremos?— preguntó con su voz ronca. Me tensé. Ya llevamos casi un año siendo pareja, pero yo vivo en el extranjero y no estoy segura de si quiero volver a México.

Me senté en la cama y él se sentó enfrente mío —David, seré completamente honesta contigo. Mi hogar está en México, pero me gustaría pasar más tiempo aquí. Literalmente, entre grabación y grabación, no he tenido el tiempo de conocer realmente la ciudad— guardé silencio y después continué.

—Me quedaré un tiempo aquí y veremos cómo va nuestra relación, ¿Sí?— terminé lo que iba a decir y nos quedamos en silencio —todo esto me hace pensar que realmente no hay nadie importante para tí en México— dijo David con un tono que me pareció burlón. Fruncí el seño. Me golpeó donde más me dolía.

Dejé de verlo para ver la ventana detrás de nosotros —no tengo a nadie, David— dije, sintiendo como se iba formando el nudo en mi garganta, pero no dije nada. Mis ojos se humedecieron. Dolía admitir que toda mi familia está dispersa por el mundo gracias a dramas familiares que al final son puras estupideces.

Antes de que David dijera algo, me levanté de la cama y me fui a bañar. No quería continuar con la conversación, por lo que lo mejor era distraerme.

•••••

Salí de bañarme para encontrarme a David con su ropa ya puesta. No dije nada y fui empacando las pocas cosas que había traído.

—Perdón— murmuró David, viendo a la nada y de espaldas hacía mí —Perdón.. ¿Porqué?— me confundí por un momento —no debí de haber dicho eso— dejé lo que estaba haciendo y me senté al lado de él. Entrelazé su mano con la mía —está bien, no sabías— respondí, tratando de calmar la situación, pero más calmarme a mí misma.

—Toda mi familia está dispersa por el mundo y literalmente no hay nadie esperando por mí en México. Lo único que tengo allá son mis pertenencias y una casa que heredé de mi padre. Nada más— expliqué, no quería que hubieran confusiones futuras.

Me dejó un corto beso en los labios —amor, no me tienes que explicar nada, te creo. Pero deberíamos irnos ya, el autobús llegará en cualquier momento— sonreí y nos salimos del cuarto tomados de la mano.

En el elevador recargué mi cabeza en su pecho, mientras me abrazaba por la cintura. Sonreí pensando en el futuro que tendremos juntos y así me la pasé imaginando, hasta que el autobús llegara.