Behind the scenes; David Castañeda y tú

Epílogo; marry me!

Los meses pasaron y podría jurar que nuestro amor no se debilitó. Pero aún así tuvimos nuestras dificultades y pudimos atravesar cada una de ellas. Por ejemplo, David tenía que ir a viajar por motivo de negocios y grabaciones y yo volvía a México cada cierto tiempo solamente para recordar mi tierra o por algún que otro trámite sobre mis papeles.

Pero eso no importa. Llevamos dos años juntos casi tres y sorpresa, ¡Hoy es mi cumpleaños número veintidós!

Y no tengo la menor idea de que voy a hacer.

Será mejor que me levante de la cama y me vaya a desayunar antes de hacer cualquier cosa. Sin embargo, unas personitas interrumpen mis maravillosos planes, pues comienzan a cantar a coro feliz cumpleaños en español con un horrible acento americano.

—¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños querida ______! ¡Feliz cumpleaños a ti!

Estallé en carcajadas. Eran Robert, Emily y los demás miembros del cast con diversos regalos en mano, mientras que Robert sostenía el pastel con una sonrisa de oreja a oreja. Después de haber terminado de grabar diversas temporadas para TUA, nos mantuvimos inseparables yo y mis compañeros del cast, por lo que nos teníamos mucha confianza.

—¡Gracias mis amores!—sonreí.

—¿Alguien sabe dónde está David?— pregunté a todos, sintiendo su ausencia en el cuarto. Cada uno de ellos se miraron entre sí con complicidad ante mi pregunta.

—Te está preparando una sorpresa para la noche, por lo que nos dijo que te dieramos los regalos que preparamos nosotros y él— respondió Emily, quien me tomó del brazo.

—¡Ahora, a celebrar!— sonrió victoriosa.

—Quiero desayunar primero— dije con un puchero.

—Okay okay, cambiate, nosotros te llevaremos a desayunar— respondió Emily para que después mis compañeros me dejaran sola en mi habitación.

Sonreí y me cambié, para después bajar a encontrarme con mis amigos.

••••••••

El día se pasó rápido, que casi me olvidé de mis obligaciones. Estaba tranquila, pensando que después de todo un día de desmadre regresaría a la casa que compartía con David, hasta que me fijo que Robert se desvía del camino.

—¿A dónde vamos?— pregunté, pero la respuesta vino a mi mente. La sorpresa de David.

—David te tiene una sorpresa. Eso es lo único que diré.— respondió con las manos al volante.

Me conformé con su respuesta y nos la pasamos bromeando el resto del camino, hasta que llegué a nuestro destino. Era un precioso edificio con un balcón hasta el último piso.

Robert me guío hasta el balcón y me dejó ahí. La ansiedad llenaba mi cuerpo. ¿Qué era tan importante que David me quería aqui?

Subí las últimas escaleras que daban hacia el balcón para encontrarme a David con sus brazos reposando en el barandal metálico del lugar. Por la luz de la luna pude ver que sonreía.

—_____..

—¡David!— salté a sus brazos y él me correspondió el abrazo, pero algo estaba distinto en el. Estaba.. ¿Nervioso?

—¿Para que me querías ver, amor?

—Y-yo..— trató de hablar pero los pensamientos se le conglomeraron en la mente. Respiró y volvió a iniciar, pero esta vez se hincó en el suelo, sacando una cajita de terciopelo rojo de su bolsillo y abriéndola frente a mí.

—¿_____ ______, te casarías conmigo?

El mundo se congeló en ese momento. Las mariposas en mi estómago aparecieron tal y como la primera vez que lo ví y las lágrimas amenazaban con estallar en mis ojos.

—¡Sí!— grité a todo pulmón. Estaba llorando, pero de manera borrosa podía ver cómo una sonrisa se formaba en los labios de David, que también estaba llorando también.

Se paró, y puso el anillo en mi dedo, para después envolverme en sus brazos y embriagarme en el perfume que tantas veces habia pasado por mi nariz.

—Te amo, David.

—Yo también te amo, _______.