cap 22: hours

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TN POV
Por más amor y diversión que me pudiese dar David, el viaje era sencillamente aburrido, pero me entretuvo estar viendo por la ventana la mayor parte del tiempo, hasta que escuché el flash de una cámara.

O un celular en este caso.

Volteé buscando a la persona que había tomado la foto era nada más y nadie menos que David. Me sonrojé -¿Porqué tomaste una foto?- pregunté -te veías hermosa mirando la ventana y no pude contenerme- dijo con una risita burlona -para tus fans- ahora las "risitas" eran risas que amenazaban en despertar a todo ser viviente en el camión.

-¡Cállate!- traté de quitarle el celular, pero el desgraciado me esquivaba muy bien -¿Pero por qué la quieres eliminar? ¡Si te ves hermosa!- dijo con una sonrisa y me enseñó la foto. Era yo con mi manta encima mirando la carretera por la que pasábamos.

Bueno, si me veía bien, pero quería seguir molestando a David.

-....- me descuidé un momento y el ahora me estaba haciendo cosquillas, tapándome la boca para que no se escuchara nada. Tuve que golpearle el estómago por "accidente" para que me soltara.

Iba a volver a mi lugar, hasta que me tomó de la cintura y me sentó en sus piernas. -quédate un ratito más conmigo, ¿Sí _____?- nuevamente, me sentía vulnerable contra este hombre y no pude decir que no. Me quedé sentada en sus piernas.

Su mano estaba en mi cintura, apretándola fuerte para que no me cayera, mientras que con la otra mano miraba su celular, hasta que en uno de los topes, el conductor lo perdió, haciéndome saltar encima de David.

Y dios mío que David se calienta rápido.

Él estaba avergonzado con una erección prominente debajo de su pantalón, mirando para todos lados rezando que nadie se haya dado cuenta, hasta que me vió a mí y mi mirada socarrona. -¿Necesitas una ayudita?- susurré en su oído a la par que mi mano bajaba por sus pantalones y comencé a masturbarlo sin piedad.

Él mismo se tapó la boca, mientras yo besaba su cuello, hasta que pude sentir el líquido blanco empapar mi mano que estaba debajo de su pantalón.

No tuve más remedio que lamerlo todo, lentamente, mientras lo miraba a los ojos.

-Espera a qué llegemos allá para hacerte mía- susurró en mi oído y me besó desesperadamente. -no puedo esperar- respondí besándolo con la misma desesperación con la que me besaba él.

Gracias a dios que estábamos en la esquina del camión y que estábamos alejados de los demás, de otra forma, quién sabe que hubiera pasado.

Behind the scenes; David Castañeda y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora