Tercera parte de "Viviendo con los Alfas" y "La Hija de los Alfas" las cuales se encuentran completas en mi perfil. Te recomiendo leerlas para que entiendas los sucesos de este libro.
Por dieciocho años, he sido Abigail Moore, la hija del alfa, la...
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Sin sorprenderme en absoluto, a los engendros se unen las gemelas, Jeremy, Scarlett y Kendall, quien termina por traerse a un muy revoltoso Thor en el maletero de Nora. Mentiría si dijera que el tenerlos a todos juntos y a mi cargo no me trae muchos recuerdos, algunos mejores que otros por supuesto. Chloe no estaba para nada de acuerdo en dejar a sus hijos conmigo de nuevo, pero es bastante difícil decirle que no a la terquedad Moore. Y sobre todo, al voto de confianza de mi tío Travis.
Con una sonrisa divertida en su rostro, Tyler nos espera en la puerta de casa después de enviarle un mensaje de que tenia una sorpresa para él. Apenas apago el motor de Nora, los engendros salen disparados hacia él, haciendo una carrera con Thor a ver quien llega primero hasta mi esposo. Los engendros se cuelgan de su cuerpo cual monos y el perro ladra emocionado corriendo a su alrededor.
Verlo con ellos riendo y haciendo bromas, me hace imaginarlo con nuestros hijos. Tener a un pequeño Tyler corriendo por los pasillos de esta enorme casa es una idea que me emociona mucho, pero con el lunático de Cedric respirándonos en la nuca lo mejor es dejar esos planes para más adelante.
—Oigan, oigan, déjenlo en una sola pieza, ¿quieren? —me rio, acercándome a ellos para darle un beso a Tyler.
—Puaj, eso es asqueroso —se queja Kol, haciéndonos reír.
—Espero que repitas eso dentro de unos años, pequeño Moore.
Se burla Tyler, revolviendo el cabello rubio del más pequeño de los Moore.
Al cabo de una hora llegan Tiffany, Tristán y Violet, junto con Peyton y todos se van al patio trasero, a disfrutar del estupendo sol que hace hoy y del lago.
—¿Qué puedes decirme de Colin Harris? —le pregunto a Tyler en voz baja mientras veo a Scarlett teclear en su teléfono con frenesí, con una sonrisa bobalicona decorando sus labios. Desde que los engendros insistieron en meterse al lago, la pelirroja se fue a una de las tumbonas con la excusa de que estaría al pendiente de ellos, pero es lo menos que ha hecho.
Tyler ríe y toma una botella de agua del minibar.
—Solo cosas buenas. ¿Es la razón por la que Scarlett no deja de ver su teléfono?
—¡Tú lo sabías! —grito en un susurro y lo golpeo en el hombro.
—No lo sabía, lo juro —murmura divertido, levantando sus manos en señal de rendición—. Creí que se llevarían bien, solo eso.
—Se llevan más que bien, son mates.
—¿En serio? —Alza sus cejas en señal de sorpresa—, creo que comenzaré a prestarle atención a mis corazonadas más seguido.
—¿Ningún tipo de historial delictivo? ¿Malas amistades? Y lo más importante, ¿no es un idiota? Juro que si lo es, lo golpearé.
—No, no y no, que yo sepa. Guarda tus puños para alguien que los merezca, Rubia—ríe, tomándome de la cintura—. Colin es mi mejor amigo desde el preescolar y puedo asegurarte que es la versión masculina de Scarlett. Creo que dará miedo verlos juntos.
