Una inesperada llamada causa que Aaliyah Cooper tome el primer vuelo al pequeño y fantasmal pueblo de Forks. Inmediatamente se ve rodeada de extraños misterios y antiguas leyendas que rodean las calles del pueblo, dispusta a hallar la verdad tras la...
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Aaliyah.
Sus ojos negros se encontraron con los míos. La furia que brotaba de ellos, de pronto se apagaba como fuego al agua. El aliento desapareció de mi, y sentí mi corazón volar, mis pies dejaron de pisar el suelo y solo eramos el y yo. Todo lo que alguna vez no tuvo sentido, todo el dolor sufrido, todas las preguntas, y todos los caminos, todo me llevaba a él. La muerte de Jules, mi viaje a Forks, el abandono de mis padres, mi nueva vida, mi nuevo yo. Todo lo que carecía de lógica ahora cobraba importancia al ver sus ojos negros. Esas largas noches de llanto, por fin tenían valor.
Ví como todo desaparecía a mi alrededor, como un brillante universo se extendía ante mí, como la gravedad dejaba de sostenerme y flotaba a la deriva. Mis amigos, mi familia, mi hogar, mi pasado, todo lo que alguna vez me importo, a lo que alguna vez estuve unida, todo se rompía y salían volando. Y justo cuando crei que todo se estaba perdiendo, un nuevo lazo se formó entre el chico de ojos negros y yo, uno que volvía a unir cada cosa y se unía a él. Todo lo que me importaba, estaba ligado a él. Esas preguntas del "porque" dejaron de tener significado, ese rincón vacío y solitario que me había perseguido por años, ahora brillaba y latía con fuerza.
Ahora, ya no flotaba a la ligera, la gravedad tenía un nuevo dueño. Uno con nombre y apellido.
Cómo si volviera nuevamente a la realidad, mis pies tocaron el suelo. Las imágenes a mi alrededor cobraron nitidez, y reconocí a Sam, Emily, Embry, Paul, y Seth en el living. Suspiré, todo dentro de mí se revolvía con inquietud, todo subía y bajaba acelerando mi corazón.
— Estás herido— murmuré al ver una gota de sangre recorrer su frente, desde su ceja. Parecía ser un rasguño. Me acerqué a él... Un paso tras otro. Y extendí mi mano, el la tomo — y pum, descubrí una nueva sensación–¿Quien era este chico? Parecía ser un sueño, como si en algún punto desconocido de mi vida, lo haya conocido y ahora nos reencontramos. Era tan extraño... Y mágico.
Lo senté en el sillón y mire a Sam, que se encontraba observandonos con una mirada que no supe desifrar.
—¿Me prestas el botiquín? — le dije causando que saliera de sus propios pensamientos. El asintió y rápidamente fue en busca de ello. Al volver me dió la mediana caja en las manos y me miró con una media sonrisa. Me senté en el sillón y comenze a curar la herida. El no apartó sus ojos de mi y sonreí por debajo. En ese momento vi a Embry golpearlo y el reaccionó inmediatamente.
—¿¡Que mierda?!— exclamó mirando a Embry con la ceja ligeramente fruncida. Embry río. Y yo lo miré mal.
