Abro mis ojos y la luz del sol me golpea las pupilas. Intento tapar la luz con mi mano. Me levanto y sigilosamente me asomo a la habitación de Liam, veo su cama tendida y apenas son las 7, la señora de la limpieza no ha llegado aún. Voy a baño y me lavo la cara, mientras me echo agua, escucho la puerta de la estancia cerrarse. Tomo una toalla que está colgada junto al espejo, me seco y salgo de prisa. Es Liam, está en la cocina y parece estar preparando un batido de frutas. Lleva ropa deportiva, una camiseta sin mangas, un short y unos zapatos de correr, posiblemente viene de ejercitar en Central Park. No me ha visto, quisiera hablarle, pero después de lo que paso ayer, no sé cómo hacerlo hasta que un impulso incontrolable me obliga a saludarle.
— Buenos días Liam — digo en voz baja.
— Que hay amigo? Oye, quiero hablar contigo.
Ay no, ¿Sera que quiere hablar de anoche?, si bien no fue nada importante, sin duda es algo de lo que habría que tener una conversación. Me pone los pelos de puntas y abro mis ojos como platos. Sale de la cocina y se sienta en el sillón y yo me siento a su orilla.
— Disculpa por, por cómo me viste ayer. Usualmente no soy así, es decir...si tengo algunos problemas con la bebida, pero... muy pocas veces me puse como lo hice ayer y quiero agradecerte por quedarte. — me dice con tono avergonzado.
— No es nada Liam, todos tenemos nuestras debilidades.
— Me siento como un imbécil. No sé qué me pasó.
Creo que yo le pase, mi imprudencia y la pregunta del elevador fueron los detonantes de su actitud.
Pone los codos sobre sus piernas y tapa su rostro con ambas manos en señal de vergüenza.
— Ya basta Liam, no tienes que ponerte así, enserio.
Algunas lágrimas empiezan a salir de esos ardientes ojos verdes.
— No es la primera vez que me pasa esto , Tyler, estoy harto, harto de todo esto.
Lo rodeo con el brazo, agacha la cabeza y se tira contra mis piernas. Intenta sofocar las lágrimas pero se le hace difícil. Es eso llega Liz, al verla se levanta y se echa a sus brazos a llorar. Parece que es la única que puede controlarlo y lidiar con él, son muy cercanos, mucho más de lo que yo jamás seré.
Me dirijo a mi apartamento. Parece que Katherine ya no está. Me deja una nota en el desayunador.
'' Suerte en tu encuentro sexual con Liam'' con Amor, Katherine.
Volteo los ojos pero luego recuerdo ese momento donde su mirada se perdió en la mía, donde acaricio mi labio, donde empezó a jadear al tocar mi rostro. No estoy seguro de que fue eso pero jamás lo olvidare. No me dijo nada al respecto, seguro lo ha de haber olvidado y honestamente, eso espero.
Por la tarde salgo a caminar por las hermosas y verdosas calles de Central Park. Me siento en una banca a la orilla del lago e intento relajarme bajo la fresca brisa de aire que corre de vez en cuando. Las imágenes de ayer se me vienen a la mente una y otra vez, incluso si intento alejarlas, ellas regresan y cada vez más intensamente. ¿Acaso fue el Whisky?, me parece lo más lógico pero..., inmediatamente recuerdo la pregunta que me hice el primer día que lo conocí cuando lo vi platicando con otro chico atractivo en la cocina, ¿Sera gay?, de repente la idea no me parece tan descabellada, por ahí dicen que los más guapos siempre son gay, ahora empiezo a creerlo fervientemente. Apenas empiezo a familiarizarme con mi repentino despertar sexual y tan pronto como eso pasa, mi vecino casi me hace suyo hace algunas horas.
Regreso al edificio. Cuando voy caminado para entrar a mi casa, Liz sale de la puerta de Liam.
— Tyler, que tal?
ESTÁS LEYENDO
Encantado por tu mirada
RomanceTe Imaginas iniciar desde cero en una nueva ciudad?. Tyler viaja a la ciudad que nunca duerme para hacer realidad sus sueños, pero el curso de su vida cambia cuando conoce a Liam, un joven extrovertido, divertido pero con un gran pasado tras de el...