Entre cuentos y estrellas

Con ganas de nada

¿Alguna vez en su vida han sentido "nada"?

Ese dulce y amargo punto en donde tu miseria y propia repugnancia te orilla a un punto donde "nada" es lo único que sientes.

No hay voluntad, tu cuerpo actúa por mero instinto (costumbre me atrevería a decir) mientras tus pensamientos vagan y vagan entre las fauces de tu mente sin saber a dónde ir, sin tener rumbo. Es entonces cuando ante tus ojos solo hay visiones borrosas de lo que pasa frente a ti y no eres consciente de "nada".

Pienso que podría ser una especie de bloque espiritual en donde, al llegar a cierto punto límite de contingencia, protege de manera que bloquea todo lo que se involucra entorno a ti, un mecanismo defensa incluso, y ese tiempo en el que te encuentras suspendido sea mientras se repara el daño.

No hay sentimientos.

No hay sentidos.

No hay dolor.

No hay conciencia misma.

Ni lógica ni razonamiento.

Simplemente hay "nada".

Y en ese trance casi hipnótico que nos alberga, todo parece tan insulso, tan vacío.

¿Que si un hombre te coge en un callejón, comienza a penetrarte y desgarrarte la carne? Bah, de eso y "nada".

¿Que las brasas comienzan a destrozarte la piel y te explotan los pulmones? De eso y "nada".

¿Que la traga pollas de tu novia corta contigo? Zorra y "nada".

« Ese dulce punto donde "nada" te sabe a "al carajo con todo". »

Ese placentero punto donde "da igual" estalla cual orgasmo en el cuerpo.

Y da igual si el cuchillo tiene filo. Da igual una bala en el cráneo.

Oh, pero entonces...

Oh, joder, entonces las voces en tu cabeza vuelven con más fuerza.

El dolor comienza a tomar forma y color en tu cuerpo.

La tristeza, la rabia y la agonía se vuelven a incrustar en lo más profundo del pecho.

Las visiones borrosas del mundo pasan frente a ti como película a alta velocidad.

La muerte una vez más es una aterradora predicción junto a la idea de desaparecer.

En cambio antes, "nada" la habría hecho sentirse como seda al cuerpo.

Y te quedas... con ganas de "nada".

−Lili