La mañana siguiente a su llegada, Brad Davis se despertó en atípico ambiente primaveral pues una lluvia torrencial se aproximaba desde el norte. La noche anterior se había levantado un viento del norte que no dejaba de soplar y parecía desplazar la noche, tiñendo el amanecer de un gris oscuro que desvirtuaba la imagen de la magnífica Kiev, que se preparaba para otro rutinario jueves. El día prometía cielos grises y vientos borrascosos, desde tempranas horas las temperaturas descendieron obligando a los citadinos a usar gabardinas e ir acompañados de sus paraguas.
Los cinco hombres se hallaban en un rascacielos de casi treinta pisos, se les fue otorgada una habitación para que pasaran la noche, ya que se les programó a las once horas en punto, una visita al consultorio radiológico que se hallaba en el cuarto piso. Esa mañana lluviosa y fresca bajaron a desayunar al restaurante de aquella infraestructura, los cinco habían recibido una tarjeta donde rezaban sus nombres y en la parte trasera sus datos personales, funcionaban como pases para obtener comida y permanecer de huéspedes en lo que parecía ser un hotel. Recorrieron el sitio, juntos, notando una abundancia de militares y personal de la guardia nacional, médicos, personal de la salud y quizá científicos. Clarck no podía asegurarlo, pero creía que en ese lugar escaseaban civiles, incluso, con una baja probabilidad a equivocarse, podía decir que eran los únicos civiles en el edificio. La noche anterior se les otorgó vestimenta adecuada para aquel día grisáceo.
Desde la noche anterior no comentaron nada entre ellos, se dedicaron a destensarse, a descansar y a recuperarse. Los mismos oficiales que los dirigieron ahí les dijeron que de acuerdo con los resultados de sus pruebas de sangre, se les daría libertad, pero por el momento debían permanecer en el edificio. Bernardo había decidido volver a España, llevarse consigo a Brad y confesarle todo. Pero estar ahí detenía sus planes.
Puntuales se presentaron en el cuarto piso, preguntando por Bialas Green. Uno de los militares vigilantes del piso los dirigió hacia aquel desconocido hombre. Paredes blancas, pasillos angostos y lámparas con una iluminación perfecta les daba la sensación de estar en un hospital. Enfermeros y doctores con estetoscopios que les rodeaban los cuellos pasaban a su lado desapercibidos, platicando entre sí o apresurados como si se estuvieran dirigiendo a una emergencia.
Se sentían nerviosos, indefensos y atemorizados. El hecho de pensar que les harían pruebas de sangre les causaba escalofrío, sobre todo a los tres jóvenes. Bernardo, al ser médico estaba más calmado, con un semblante serio, pero atento al panorama, observaba letreros, a la gente, a los militares, consultorios y todo lo que sus ojos podían captar, trataba de guardarlos como una memoria fotográfica. Clarck Richardson iba aún más alerta, observando los detalles de aquel piso, contaba las veces que dieron vuelta y ponía especial atención a las puertas custodiadas por soldados.
Se adentraron a una habitación sin número, dentro únicamente se hallaban una puerta y dos grandes sofás donde aguardaron unos minutos más. La puerta principal se abrió de manera súbita y todos miraron alternativamente al hombre caucásico frente a ellos. Con un poco de canas y arrugas y pelo apelmazado. Delgado y a primera vista, altivo.
— ¡Bienvenidos a Kiev! —Saludó esbozando una sonrisa de oreja a oreja, vestía unos jeans y su torso y brazos estaban cubiertos completamente por la bata que le llegaba hasta las rodillas—. Están en el centro de investigaciones científicas —comentó mientras ingresaba a la habitación, un soldado que iba tras él se le adelantó para abrir introducir un código que abría la otra puerta. Clarck mantuvo la mirada gacha llena de ambigüedad y de alguna manera demasiado curioso por las palabras del hombre.
Un momento después otro hombre de bata blanca se apareció por la puerta principal, éste estaba más desaliñado, era alto y desgarbado, con más canas y arrugas que el primero. De nuevo, todos enfocaron su atención en el nuevo.
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Radioactivos III: Radiación.
Mistero / ThrillerLa era radioactiva se extiende y los sobrevivientes deben resistir a la Pripyat postapocalíptica enfrentándose a cualquier adversidad y a los radioactivos que han ido ganando terreno, se han fortalecido y han formado un ejército con el fin de proteg...