*Narra Dako*
Sentí luz y abrí lentamente los ojos.
Un verde oscuro apareció en mi campo de visión.
- Hola idiota - me saludó Ashton abrazándome muy fuerte, como si en algún momento fuese a desaparecer.
- ¿Qué... qué ha pasado? - pregunté intentando recordar algo.
- ¿No te acuerdas de nada? - abrió los ojos como platos.
- Sólo hasta cuando Bri estaba intentando ayudarme, ahí todo se vuelve oscuro - le miré buscando una respuesta.
- La corriente era tan fuerte que te arrastró río abajo, salté de la canoa, nadé río abajo hasta ver un salvavidas amarillo y pensé que... - me miró encontrando mis ojos - pero luego te vi en la orilla, me acerqué y noté que no estabas despierta, hice lo que nos enseñaron cuando fuimos a aquel campamento y tu empezaste a escupir agua, luego despertaste y te desmayaste - me explicó dejándome totalmente anonadada.
¿Lo que nos enseñaron cuando... ¡AY DIOS MÍO!, exclamé en mi mente.
- ¿Me estás diciendo que me hiciste el boca a boca? - le miré estrechando los ojos dejando a un lado mi sorpresa.
- Y ahora estás sana y salva - sonrió felizmente confirmando mis sospechas.
Le di un puñetazo fuerte y su gesto cambió a uno de dolor.
- ¡Eh! ¡Qué te he salvado la vida! - replicó molesto pero divertido.
- Seguro que Bri te dijo que te tiraras al agua a por mí - cerré los ojos.
La cabeza me daba vueltas. No quería saber la respuesta, pero... me podía la curiosidad.
- No - su voz sonaba convencida.
Abrí los ojos rápidamente.
- No - volvió a repetir justo cuando nuestras miradas se cruzaron.
- ¿No? - pregunté con miles de emociones recorriendo mi cuerpo.
- No. Me tiré al agua y nadé porque imaginar que tan siquiera pudiese pasarte algo... - hizo una pausa -Necesitaba ayudarte, salvarte, lo que fuese para saber que estabas bien - cada palabra era confirmada por la intensidad con la que sus ojos se clavaban en los míos.
Sus manos encontraron las mías y empezó a jugar con ellas.
No sabía que decir.
Eso me dejó totalmente conmocionada. No me lo esperaba.
- Es más, cuando solo encontré tu salvavidas, yo... - apartó su mirada verde de mis manos.
Le cogí del mentón.
Sus ojos volvieron a cruzarse con los míos dejándome ver un rastro de preocupación en ellos.
- Pero estoy aquí, sana y salva gracias a ti estoy aquí Ash - susurré mirándole a los ojos.
Se tranquilizó y sus ojos, por fin, mostraron felicidad.
Noté que estábamos muy cerca y quité mi mano de su mentón tan rápido que cualquiera hubiera dicho que su roce me quemaba.
Él me miró interrogante y bajé la mirada sintiendo calor en mis mejillas. Empezó a acercarse más y más, hasta que mi nariz y la suya se rozaron.
Su mirada bajó a mis labios y la mía se posó en los suyos. Seguían siendo igual de tentadores. Y en un segundo, sus labios y los míos estaban unidos, disfrutando de ese roce que tanto había deseado. Primero probamos nuestros labios lentamente y después, nuestras lenguas se encontraron y nos besamos con más intensidad aún. Mis manos acariciaban su pelo y sus manos rozaban mis mejillas lentamente.
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La música y la rivalidad
RomanceBrianna Collewe y Daniel McFare. Dos adolescentes que forman parte de dos grupos de música muy distintos. Se conocieron hace 5 años y desde entonces no se soportan. Bromas de muy mal gusto, insultos hirientes, miradas llenas de odio, gritos plagados...