Una noticia y un chico inesperados

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*Narra Bri*

Después de que el recreo acabase, volvimos a clase.

Las siguientes clases se me pasaron muy rápido. Al ser el primer día solo explicaban algo que ya sabíamos o nos dejaban tiempo para hablar.

Nos pasamos las clases que nos dejaban hablar dando ideas para cómo ir al bosque, qué hacer allí, qué llevar... Por fin sonó la campana que nos indicaba el final de las clases por hoy.

- Hasta mañana alumnos - se despidió nuestro profesor de tecnología.

- Hasta mañana - respondimos algunos alumnos, otros ya habían recogido todo y se levantaban para irse.

Recogí y al salir por la puerta vi que todos estaban en un círculo hablando, me acerqué y les dije:

- Adiós chicos, hasta mañana.

- Hasta mañana Bri - se despidieron todos sonriendo.

Al salir por la puerta principal, vi el coche de mis padres y corrí para montarme en él. Siempre venían a buscarme, eran increíbles.

- Hola, mamá - le di un beso.

- Hola, cariño - sonrió - ¿Qué tal el primer día? - me preguntó.

- Bien, ha venido una chica nueva de Finlandia, se llama Andrada y es muy agradable - le respondí sonriente.

Me sonrió. Arrancó y no me preguntó nada más. Qué raro, siempre me pregunta: ¿no te castigaron ya? ¿No tienes deberes? Además, le había hablado de una chica nueva, ¡de Finlandia! Estaba muy rara, tanto que se hizo un silencio extraño, así que puse la radio, al menos escucharíamos algo.

En la radio 5SOS cantaban Amnesia. Una de mis canciones favoritas.

Cuando terminó y dejé de tararearla, se me ocurrió sacar un gran tema para hablar:

- Mamá - esperé a que me prestara atención - ¿cuándo me voy a sacar el carné de conducir? - le pregunté interesada.

Frenó de golpe. Menos mal que no había casi ningún coche, vi que tragaba y dijo:

- Cariño, eso se lo tienes que preguntar a tu padre, por mí puede ser cuando quieras, ya lo sabes, pero es tu padre el que te lo va a pagar - puso el coche en marcha otra vez.

- Lo sé, lo sé, pero... ¿y si no me lo quiere pagar? ¿O me dice que soy muy pequeña? Sabes que quiero ser la primera de mis amigas que tenga carné - puse cara de no haber roto un plato nunca.

- Entonces cuando llegues a casa tienes que hacer la cena, los deberes y ser una chica buena y después, le preguntas a tu padre - me sonrió.

- ¿¡Por qué tendría que hacer eso!? - me quejé cruzándome de brazos.

- Porque soy tu madre y tienes que obedecerme, y porque si quieres sacarte el carné, tienes que demostrarnos que eres responsable, así que lo harás - dijo tajante. A veces parecía más adulta de lo que era. Yo gruñí en respuesta.

Llegamos a casa e hice lo que me dijo. Me puse a hacer los deberes, después bajé a la cocina y me puse manos a la obra. Acabé, puse la mesa y llamé a mis padres.

- ¡A cenar, papá, mamá! - grité.

Vinieron y se sentaron esperando para ver qué había preparado. Saqué la comida y la serví. Se quedaron boquiabiertos.

- ¿Has hecho lasaña casera? - preguntaron mis padres a la vez sorprendidos.

- Sí, para vosotros - sonreí.

- ¿Para nosotros? ¿Y tú qué comes? - preguntó mi padre.

- Como sé que os encanta la lasaña casera y he tardado mucho en cocinarla, he pedido una pizza - le respondí.

La música y la rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora