*Narra Bri*
Después de que el imbécil se fuese me quedé un rato observando las estrellas.
Eso siempre me calmaba, no sabía mucho de constelaciones, pero recuerdo que mi madre de pequeña me dijo:
"Las estrellas no son simples puntitos lejanos que hay en el espacio. El espíritu de cada persona que ha vivido aquí, en la Tierra, es una estrella. Por eso hay millones de estrellas porque ellas nos miran, nos protegen y nos guían, a cada uno de nosotros."
Lo recordaba muy bien y siempre he creido en ello.
Ojalá supiera cuál es la estrella que me guía.
Cuando pasó un rato empecé a tener más frío, así que tuve que entrar a la casa.
Fui andando hasta las escaleras y cuando puse el pie derecho en el primer escalón sin hacer ruido para no despertar a nadie, alguien me agarró del brazo y tiró de mi tapándome la boca.
Ahogé un gritó en mi garganta.
Cuando me soltó y me giré para ver quién era pude respirar hondo.
- ¿Qué crees que haces? - le susurré enfadada.
- Puedo hacer lo que quiera soy un invitado - casi podía ver su sonrisa.
- Genial entonces pillarme por sorpresa y taparme la boca entra en las cosas que puedes hacer porque te da la gana - asentí y me solté de su agarre - adiós imbécil - estaba cansándome de esto.
- ¡No! - elevó su voz.
Le miré entrecerrando los ojos.
- ¿Por qué?
- Tienes... tenemos que dormir juntos - soltó de repente.
Intenté no reírme muy alto y olvidarme de ese extraño sentimiento que acelero mis latidos.
Este chico, aparte de imbécil, está loco.
- ¿Y eso por qué? - me limpié una lágrima de la risa.
- Porque el sofá-cama no es nada cómodo, además acaba de cerrarse y no sé como se abre - me dijo... ¿nervioso?
- Vamos a ver.
Fui al salón y pude ver lo que me dijo. Si lo intentábamos abrir haríamos mucho ruido y todos se despertarían.
Miré al imbécil quien apartó su mirada de mí.
¿Qué bicho le ha picado?, me pregunté.
- Vale, pero duermes en el suelo - sentencié antes de salir del salón y empezar a subir las escaleras.
Ya en mi habitación cogí dos mantas y se las di.
- Hay mucho suelo para elegir, así que donde quieras - le guiñé un ojo sabiendo que me veía.
- Eres muy graciosa a veces gatita - dijo seriamente.
- Lo sé - dije metiéndome en la cama.
Colocó las mantas en el lado derecho de mi cama. Una sobre el suelo para poder dormir encima y otra sobre él para dormir tapado.
- Hasta... mañana - noté su voz confudida.
- Hasta mañana pesado - le respondí.
No tardé en caer en un profundo sueño.
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*Narra Dani*
- ¡Dani! - escuché que alguien gritaba detrás de mí.
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La música y la rivalidad
Storie d'amoreBrianna Collewe y Daniel McFare. Dos adolescentes que forman parte de dos grupos de música muy distintos. Se conocieron hace 5 años y desde entonces no se soportan. Bromas de muy mal gusto, insultos hirientes, miradas llenas de odio, gritos plagados...