*Narra Bri*
Cuando le vi, dejé de hablar.
¿Qué hacía aquí? ¿Por qué no me ha pedido perdón aún?
Me levanté.
- ¿Por qué te has puesto en mi camino? - le pregunté resaltando el mi.
Si las miradas matasen, esa mirada me habría matado.
- ¿Yo? Perdona, creída pero eres tú la que se ha puesto en mi camino - escupió las palabras.
- ¿Creída? Que yo sepa si buscas creído en el diccionario sale tu foto, y no, has sido tú el que ni me ha visto - le dije empezando a enfadarme, ¿de qué iba?
- ¡Oh, sí! Acuérdate tú que si buscas lerda con cara de pan sale tu foto en el diccionario, creída - dijo mientras sonreía creídamente - y no es mi culpa que seas invisible para todos - dijo mirándome mientras sonreía más.
Esto si que no.
- Querido, si buscamos imbécil que se cree alguien sale tu foto y debajo pone el tío que intentaba llegar a ser alguien y no lo consiguió - dije y dejó de sonreír al instante - además, si soy invisible no entiendo como hablas con alguien invisible, eso afirma que eres un completo gilipollas - sonreí.
- Mentira - dijo muy serio - estoy muy seguro de que eres la mayor mentirosa que he conocido en mi vida, además de la más fea y la más creída - dijo duramente, no, a mi no me iba a insultar, él no - ah, y si eres invisible y estoy hablando contigo es porque quería ir a buscar algo a clase, pero si te tiras encima de mí, no puedo hacer nada - dijo sonriendo otra vez.
- Ya es suficiente - dije acercándome a él y amenazándole - me parece que no quieres verme enfadada, y no quiero peder mi tiempo en ti precisamente porque odio a la gente tan irritante como tú, con la que no se puede tratar, es más, no sé como te soportan tus amigos, seguramente fijan serlo - dije, ahora sí, enfadada y haciéndole callar - así que adiós idiota - dije cogiendo mi monedero del suelo y yéndome.
A veces ese chico era más que insoportable y me ponía de los nervios, es increíble a los niveles de idiotez que puede llegar...
Espera.
¡Tenía que ir fuera! Había quedado con Andra y llegaría tarde, ¡maldito idiota!
Me puse a correr cuando de reprente, me choqué, otra vez con alguien.
¿Hoy era el día internacional de chocate con Brianna y te daremos 100€ por ello? Como fuese él, se iba a enterar, pero escuché la voz de alguien que conocía, me sonaba mucho y entonces al levantar la mirada.
¡Era Ronald! Menos mal que no era ese imbécil.
Ronald, o Ron, como le gusta que le llamemos, es el segundo cantante de nuestra banda.
Es rubio, su pelo siempre está despeinado, lo que le da un toque rebelde que vuelve locas a la mayoría de las chicas de nuestro instituto, tiene ojos marrones y es uno de mis mejores amigos, por eso y otras tantas cosas más, se nos ocurrió a todos formar una banda.
- Lo siento Bri, ¿estás bien? - me tendió su mano.
Se la cogí y me ayudo a levantarme.
- Gracias Ron, sí, estoy bien, no te preocupes - le sonreí.
- Es que venía rápido y estaba buscando a los chicos y...
- Vale Ron - le corté sonriendo - parece mentira que seas el chico más duro del instituto - le dije arqueando una ceja, me miró y nos reímos.
- ¿Vamos con los demás? - me guiñó un ojo.
- Claro - asentí mientras empezamos a andar.
Ron es un gran chico, todos creen que es el más duro y que es un mujeriego, pero no es así, le conozco desde hace mucho tiempo, y sé que eso es sólo lo que aparenta, en realidad no es así.
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La música y la rivalidad
RomanceBrianna Collewe y Daniel McFare. Dos adolescentes que forman parte de dos grupos de música muy distintos. Se conocieron hace 5 años y desde entonces no se soportan. Bromas de muy mal gusto, insultos hirientes, miradas llenas de odio, gritos plagados...