Con sed de ti.

Capítulo 4

Narrador omnisciente.
La luna Parisina estaba en todo su esplendor, dos figuras se encontraban en una de los edificios más altos, en al azotea.

Las alas rojas de una de las figuras eran las que mas sobresalían sobre el reflejo de la luna llena.

-Al paso que vamos, necesitaremos la ayuda de él - murmuró uno de los acompañantes a aquel ángel imponente.

-Paciencia, recuerda que las piezas solas se irán acomodando solas -Raguel se caracterizaba con esa calma inquietante según la mayoría de sus adversarios, la mayoría derrotados cuando desenvaina la espada que portada en su armadura bronce.

-Vámonos antes de que noten nuestra ausencia el consejo- ambos ángeles fueron de ahí, Raguel miraba por última vez a aquella chica pelirroja, que conversaba animadamente con su novio.

La veía con cierto resentimiento y dolor, no podía creer que Conah haya hecho eso hace tanto tiempo... si el plan iba absolutamente bien. "Ella no debió haber hecho" se recriminaba una y otra vez, era una de las cosas que más le pesaban.

Narra Sol.

-Nena, entonces vas a volver estas vacaciones con tu familia? - Decía Dimitri mientras me acariciaba la mejilla, ambos estábamos cenando en su departamento.

-Si Dimitri- suspiro y lo veo a los ojos- creo que es tiempo de volver - murmuro, hacia tiempo que no veía a mis hermanos, la manada de mi padre, hace 4 años precisamente.

Tengo 20 años casi 21, cursando mi tercer año de universidad, estaba estudiando arquitectura en Paris.

INICIO DE FLASH BACK

Aproveche que mis hermanos fueron al segundo piso y lo jale a la alacena para poder hablar.

-¿Qué está pasando Kyile? - cerrando la puerta -¿Por que te estás comportando así? - Lo veo a los ojos, él me miraba vacilante - ¡dime algo por el amor de Dios! -acercándome a él - ¿no se supone que tú y yo hemos sido mejores amigos desde siempre? Creí que había confianza, dije algo o hice algo que te molesto, dímelo de una buena vez, extraño a mi mejor amigo.

-Se supone - murmuro por debajo y no entendí a qué se refería - no está pasando nada Solanche - seguía con su frialdad - las personas cambian y estás semanas yo lo hice -Lo mire con los ojos cristalinos, me estaba doliendo esto - es momento de tener nuevas amistades, no te estoy dejando de lado, solo estoy conociendo nuevas cosas.

-Entiendo- murmuro aguantándome las lágrimas, me quito el collar que siempre traía escondido, eran un cuarzo morado que él me había dado cuando tenía 16 -ten - con una lágrima y él me miró pasmado, observando el collar que le puse en su mano.

-¿Cómo es que todavía lo conservas ? - con cierta sorpresa mirándome intrigado - Imposible, creí que lo habías tirado cuan- Lo interrumpí viéndolo a los ojos.

-Tu me lo diste Kyile, si mal no recuerdo, fue cuando cumplí 16 años que estábamos en la azotea de la casa, viendo la luna y me lo diste ¿por qué habría de tirarlo?- Me limpio las lágrimas - ya no le veo el caso de seguir usándolo, ya no hay confianza y la amistad que teníamos de años creo que acaba de terminar.

Al verlo totalmente serio, guardando el collar que él me había dado, no me estaba viendo a los ojos.

-Otra cosa antes de irme - murmuro y me acerco a él, me acerco con cuidado y lo obligo a verme a los ojos, lo abrazo por el cuello tomando el valor, ante aquellos ojos que ya casi no reconocía - tú me empezaste a gustar mucho Kyliean, no se cuanto tiempo llevo sintiendo esto -sin dejarlo hablar o responder, ya que se veía mas que sorprendido aunque tuviera esa máscara de frialdad, lo besé.

Al tocar sus labios cerré los ojos, sintiendo aquellos labios, sentí como él comenzó a corresponderme a aquel beso al mismo tiempo que me tomaba de la cintura acercándome más a él, era mi primer beso.

Kylie abrió los ojos, aquellos ojos grises por un momento podría haber jurado verlos completamente rojos borgoña, quizás vi mal.

-Nos vemos Kyliean- Lo veo por última vez, era mi despedida, sabia que no lo iba a volver a ver, al menos en un buen tiempo. Algo en el fondo de mi corazón, me decía que no estábamos destinados a estar juntos.

FIN DEL FLASH BACK

Después de eso me mudé a Paris aprovechando la beca que me ofrecieron en Paris, mis hermanos no dudaron en mandarme acá, ya que representaba mejor seguridad para mí.

Claro entendiendo la lógica de ellos mandar a tu hermana de casi 17 años en ese entonces a un país desconocido. Era más seguro, que quedarse ahí con la familia.

Para mi suerte me encontré con Dimitri, era mi vecino de departamento, que me ayudo a acoplarme a Paris. Él es un piloto, recién egresado de la escuela, empezamos a salir oficialmente cuando yo tenia 18, desde entonces llevamos 3 años de ser novios.

-¿Estás hablando enserio? ¿Quieres conocer a mis hermanos? -riéndome estábamos bailando en su departamento.

-Quiero conocer a los famosos Aaron y Sander, mis cuñados -besando mi cuello, mientras me abrazaba por detrás - ¿ya te he dicho que me encanta tu tatuaje? - Me susurra en el oído.

-Si me lo has dicho -con una sonrisita traviesa mientras me acomodo en su cintura - ya te he dicho que me encantan tus ojos? -sus ojos color azul claros, dándole un beso acercándolo a mi. Acariciando su collar, el que siempre estaba abajo de su camisa, tenía una cruz que yo le había regalado.

-Si me lo has dicho -murmuró bajando el tirante de mi vestido, sonreí quitándole la camisa.

Más tarde.

Abro los ojos, todavía era temprano observo a Dimitri a mi lado desnudo tomándome de la cintura, me levanto, sin despertarlo, me pongo su playera.
Eran las 4 de la mañana, Paris todavía estaba bajo la luz de la luna, la oscuridad y calma de la noche.

Me hice un té y me fui a recargar en el balcón. No sabía si estaba lista para volver, volver a un ambiente donde soy excluida por el simple hecho que soy una humana.

-Tengo que volver - murmuro bebiendo mi té, observando mi cuaderno de dibujos, había estado dibujando últimamente mucho unas alas, se veían tan reales, estaban mi mente clavadas como si las hubiera visto, eran blancas, exquisitas "¿dónde?" fue lo único que se me venía a la mente.

Al cambiar la página vi otro dibujo, era la silueta de un hombre con alas hermosas, esas mismas alas, recargado en un tronco viejo, no le podía distinguir el rostro, pero su cabello era oscuro como la noche, su cuerpo estaba lo suficientemente trabajado, me dolía la cabeza el tratar de recordar si lo vi en alguna película o algo.

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AQUÍ TERMINA EL CAPÍTULO 4

Les traigo buenas noticias, ya tenemos portadaaaaa!!! Quiero agradecer a @crystalarMalfoy por su colaboración tiempo, creatividad, me encantaron las portadas amiga, eres una maestra en esto.

La trilogía cambia de imagen con las portadas que ella hizo. Si como lo escucharon, "Mi mate, mi luna" "¡¿Mi profesor es un hombre lobo?! ¡¿Qué?!" Tienen nueva portada también hecha por ella.

Nos vemos en el siguiente capítulo lectores, no se olviden de comentar, amo leerlos y ver que les gusta lo que escribo.