Capítulo 14

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Capítulo 14
Narra Marshall
Estaba observándola dormir tranquilamente, la habían operado esta mañana, estuvo 3 horas en el quirófano, 2 horas en terapia intensiva, a las 3:45 pm subió a piso, ahí estuvo otras 2 horas y media inconsciente, se había despertado a las 6 de la tarde murmurando palabras como "¿dónde esta mi jugo de manzana?" 

Eran las 3 am, el francés estaba dormido en un sillón, desde hace unas 4 horas cosa que no me interesa, seguía viendo a ella, tez visiblemente más pálida, apariencia demacrada.

"Acaba con ella, ahora que está débil" "Hazlo Marshall" "Nadie lo notará" me recargó en la pared cerrando los ojos , seguían atormentándome, decidí salirme del cuarto rápidamente.

-Vamos hermanito - viendo a mi hermano frente a mi - Sabes que lo debes hacer - murmuraba en mi oído -es momento que saques los dotes de la familia.

En eso mi cuerpo mortal, comenzó a cambiar de forma, esto dolía demasiado - ¡Ahhh! - una fuerza se estaba apoderando de mi.

Narra Solanche

Me empecé a remover me empezaba a arder la espalda, abrí los ojos gracias al sonido de la máquina que registraba mis latidos, eran las 3:30 am. Observe a Dimitri dormido en el sillón.

Empecé a escuchar ruidos, en el pasillo a como pude desconecte me desconecté el electrocardiógrafo, con dolor me empecé a levantar de la cama, me acomodé la bata de hospital para cubrirme lo más posible y con el suero conectado a mi vena, me lo lleve en esas cosas útiles donde las enfermeras ponen las soluciones IV.

El suelo estaba muy frío, estaba mareada, me dolía todo el vientre, pero esos ruidos me estaban perturbando.

Camine por el pasillo, quizás no fue tan buena idea, me estaba matando el dolor, me senté unos segundos en uno de esas sillas de la sala de espera, que estaba vacía.

Recargue mi brazo en los sillones y me puse a ver los infomerciales que estaban en la televisión de la sala de espera.

Hasta que escucho otra ves esos ruidos perturbadores, observando una cosa, que no sabría describir qué era, no tenía forma, era gigante de dos metros, ojos rojos.

-¡Joder! -murmuraba mientras trataba de levantarme, tomando el suero, no debí salir, no debí salir. Solo sentí como esa cosa, me empujaba terminando en el piso.

Me queje instantáneamente, me habían arrancado la sonda, mi mano izquierda intentó cubrir la sangre que brotaba en el pliegue del codo del brazo contrario.

Observe la sangre en el piso, esa cosa avanzando hacia mí, quería gritar pero no podía.

Hasta que estuvo arriba de mí, casi no podía respirar, hasta que veo esos ojos, iris rojo con algunos puntos celestes.

No dude dos veces en pronunciar el nombre - ¿Marshall? - inmediatamente la cosa esa gruñó, levante mis manos que estaban llenas de sangre, este se separó rápidamente.

Trate de levantarme, me acorralo contra la pared.

-Marshall - murmuro observándolo detenidamente, la intensidad de su mirada y su respiración entrecortada - No se, que ocurrió contigo en estos 4 años, pero este no eres tú o al menos el Marshall que recuerdo.

Cerré los ojos rápidamente y en eso sentí una caricia en mi mejilla, se me escapó un suspiro, ahí estaba él, su piel lucia pálida y sus ojos seguían siendo rojos.

-¿Me recuerdas? - murmuraba el azabache con una sonrisa triunfante - Yo no he podido olvidarte en todo este tiempo -observe como su iris se volvió celeste - creo que tú eres la que calma mis demonios interiores, Solanche Morgan.

Mi corazón comenzó a acelerarse, sentí mis mejillas arder, estaba temblando, él me seguía sosteniendo contra la pared y después de todo ese miedo, me sentí inmensamente feliz.

Nuestras respiraciones comenzaron a mezclarse, cerré los ojos instantáneamente al sentir sus labios sobre los míos, de pronto todo a mi alrededor dejo de importarme, solo me concentre en él.

Semanas después

-Hemos vuelto a casa Mon Rouge -decía Dimitri, yo solo deje la maleta en el piso, traía muchos sentimientos encontrados - te veo mañana, descansa cariño -dándome un beso en la frente, asentí sin prestarle atención.

Cuando se fue, me senté en el piso las lágrimas que había guardado en el aeropuerto con mis hermanos, Angy, Oriana, comenzaron a salir libremente.

-Solo un año-murmuraba tratando de calmarme - un año- murmuro tocándome los labios con las mejillas rojas, recordando aquel beso en el hospital que dieron Marshall y ella.

Ese beso había despertado una vieja conexión con él, por un momento, me sentí completa. Como si él hubiera sido una pieza pérdida del rompecabezas de mi vida.

Una pieza que había sido borrada de mi mente por mucho tiempo.

Mi primera noche de vuelta en Francia, fue pesada, casi no pude conciliar el sueño y tuve un sueño muy peculiar.

Era una edificación antigua, muchas velas blancas, una especie de luz, lo único que podía recordar era la voz inquietante de una mujer sus palabras "Eres la siguiente" seguían en mi mente dando vueltas.

Normalmente no haría caso a este tipo de sueños "pesadillas", pero viendo lo que he vivido en mi viaje a casa, de lo que me he enterado.

Iba caminando a la universidad cuando una peculiar pluma roja, impulsada por el aire se detuvo a varios metros de mi, la recogí con cierta incredulidad.

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Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora