Capítulo 21

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Narra Solanche

Me desperté con cierto dolor de cabeza esa noche, fue un sueño quizás, porque amanecí en la cama de Angy.

Pasaron los días y notaba como estaba más cansada de lo usual, necesitaba más tiempo para volver a tomar la compostura en los entrenamientos con mis hermanos, batallaba para hacer las poses que detenían a lobos, vampiros, demonios, me entorpecí. Necesitaba comer cosas específicas que no fueran tan olorosas, porque sino iba directamente a vomitarlas y mantenerme bien hidratada siempre.

No quería preocupar a Aarón y a Sander, siempre para ellos estaba bien... miraba la noche, otro día más, sin saber de mi Marshall. "¿Dónde estás, mi amor?" Pensaba preocupada observando las estrellas, hoy iba a ser mi día, hoy me presentarían a la manada.

Me abrí paso con la manada a lado de mis hermanos, ellos convertidos en lobos, Zira solo se hizo presente en mis ojos como siempre. Angy insistió que fuera súper bien, así que fui en una falda roja y una blusa blanca, le guiñe el ojo a la loba de mi mejor amiga.

Podía escuchar los murmullos, que gracias a Zira pude entender de esos lobos <Es idéntica a Clarissa> <¿Por que hasta ahora?>  llegamos a la ceremonia, mis hermanos tomaron el lugar del Alpha, Beta y vi que llegó Kylean tomando su lugar de Omega.

En eso el concejal de la manada, el mayor de acerco a mí, que estaba en su forma humana.

-Ella es Solanche Morgan - le decía a los demás lobos que escuchaban atentos - la última de la descendencia Morgan, de nuestro ex Alpha Terrance y Clarisse Morgan- se escuchó mucho murmullo - ¡Silencio! Véanla ustedes mismo.

Señalando mis ojos -su lobo interno esta ahí, aunque no pueda estar físicamente con nosotros, esta ahí con ella.

Aaron salto a donde estaba toda su manada <Es mi hermana, quien este conmigo estará con ella, y él que esté en contra de ella, estará en mi contra> soltando un aullido, Sander se unió a su aullido.

Todos los lobos se postraron ante el Alpha <Ya nos aceptaron, Sol> me decía Zira aullando en mi mente.

Llegaron unos lobos con un antiguo libro, el concejal lo abrió en las primeras páginas y habló

-Desde hace casi 50 años, la 5ta generación de los Morgan había tenido su nueva pagina, el nombre de Aaron y Sander Morgan - enseñándome el nombre de mis hermanos -Aquí vas a estar, a lado de tus hermanos, pequeña.

Tomo una antigua pluma, literal era la pluma de un ave y la mancho con tinta escribiendo mi nombre.

-Se los dije a tus hermanos cuando ya tuvieron la edad necesaria, en este libro estás haciendo historia en la manada y no solo tú, tus hijos y los hijos de tus hijos estarán siempre acogidos en la manada.

"¿Acogidos por la manada? ¿Tendré hijos lobo?" Creo que el concejal adivino mi expresión, porque se apresuró a aclararme - siglos y siglos de generaciones lobunas, no van a desaparecer Solanche. Tú eres parte de esa cadena, sigues conservando tu lado licántropo.

Trague en seco, no había pensado en un futuro, mucho menos en hijos, vaya necesito un trago.

Cuando concluyó la ceremonia, vi a mi amiga Angy con dos bebidas.

-Supuse que lo necesitabas- dándome una copa, asentí tomando un poco. En eso se acercaron mis hermanos junto con Kylean.

-Bienvenida a la competencia hermanita - decía Aaron dándome un beso en la mejilla.

-¿De qué competencia estamos hablando? - preguntaba alzando la ceja, sentía la mirada de Kylean a lado de él.

-El concejal ya esta viendo quién iba a traer hijos al mundo si Aaron o yo, quieren ya ver la sexta generación Morgan en caso de que faltemos- decía Sander - pero ahora que estás ya reconocida, entras ya a la competencia.

Escupí todo el mojito que estaba tomando, me atraganté un poco - ¿disculpa? Yo ¿hijos? No está en mis planes -Kylean me da una servilleta - Gracias Kylean.

-No está en los planes de nadie, pero esperan eso los del concejo- decía Sander con una sonrisita, para después abrazar a Angy por la cintura.

-Lo que si, es que ahora varios lobos estarán tras de ti, prepárate para la fila de pretendientes - decía Aarón señalando a varios lobos que me veían.

Escuchamos un ruido en seco, de un cristal romperse en mil pedacitos, era Kylean, había roto el vaso de vino que traía.

-Lo lamentó, estaba distraído y no tomé el  vaso bien - decía Kylean disculpándose, sin dejar de verme a los ojos.

Cuando acabo la reunión, Kylean me llevo a su casa.

-Gracias por traerme de vuelta a casa- murmuraba entrando a la casa, esta situación me apenaba ya que técnicamente allané su casa vacía- prometo mudarme enseguida.

-No te preocupes Solanche, puedes quedarte el tiempo que desees - con una sonrisa de lado, que se me hacía familiar.

-De acuerdo Kylean -me volví a sentir débil, creo que necesito descansar subí las escaleras para ir al segundo piso con algo de pesar, al llegar al cuarto me encerré.

Contemplaba detrás de ese maquillaje, mi aspecto demacrado, mi piel blanca sin brillo, mis ojeras pronunciadas, ya casi no escuchaba a Zira.

Narra Marshall

Me causaba conflicto, tener que seguir con mi faceta de Kylean Peyton, ya que no me podía acercar a ella como quería darle un abrazo, rodearla respirar su esencia.

Pero por el momento no podía dejar a Kylean Peyton, no estoy seguro el cómo reaccionará ella cuando sepa que tome el cuerpo de su "amigo"

Me acerqué cuando pasó suficiente tiempo, para suponer que ya estaba dormida. Había algo distinto, ya no tenía la misma energía azul que emanaba de ella, ya casi no emanaba energía azul.

Su aspecto lucia demacrado, como de una flor marchitándose poco a poco "maldita sea" enojado, traté de controlarme.

-Estarás bien, mi amor - mis demonios internos querían salir para tomar lo que quedaba de esa energía. No podía tocarla, ya que está más susceptible.

Desaparecí, sabía de alguien que me podía ayudar, sonreí al verlo, me acerqué al ángel.

-Me alegra que me hayas hecho caso y vieras con tus propios ojos la verdad, Dereck.

El susodicho seguía concentrado viendo a su hijo, el pequeño Zaid, de 5 años, que dormía tranquilamente, él le acariciaba la mejilla al Niño.

-¿Qué quieres? - hablo por fin, rodé los ojos y me recargue en la pared , jugando con uno de los muñecos de peluche.

-Tu ayuda - seriamente -Mi mujer esta mal, alguien le quito la gran parte de la energía pura que te platiqué la vez pasada.

-¿Cómo se que lo que me dices es verdad y no una trampa?

-Porque piénsalo Dereck, si realmente fuera tu enemigo no te hubiera contado lo que ocurrió el día que naciste como ángel, lo de tu familia. Además si mi mejor amiga dio su vida para salvarte, es porque algo vio en ti y ya viste que no soy tan malo.

-Bien iré a revisar lo que ocurre con ella.

-Perfecto- decía dejando el peluche en su lugar, vi como el ángel le daba un beso en la frente a su hijo.

No pude evitar recordar lo que estaba hablando mi pelirroja favorita con sus hermanos, unos pelirrojos y pelirrojas mini corriendo.

Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora