Narrador omniscienteAl ver cómo estaban conteniendo Los Ángeles el portal de la ciudad Deiley, Raguel estaba fastidiado. Observando al líder de la cuadrilla A6, Dereck Weisz, el lobo que se convirtió en ángel. Él cuál tenía suficiente coraje y valentía, para seguir insistiendo en esa lucha, siguiendo sus convicciones.
-Weisz - con repudio, no dudaba que sería uno de los que tenía que enfrentar, no dejaba de maldecir a Karin por haberle dado su energía.
-Un pasó a la vez - decía el fiel consejero de Raguel -Él ya esta a nada de abrir ese portal.
Mientras tanto en el inframundo, donde todo ya estaba teniendo un equilibro.
Marshall yacía con su apariencia física normal, ya regenerado, con una elegancia y porte, los demonios habían hecho todo el trabajo.
-Paciencia - ya no era él, el que hablaba, eran ellos hablando -los Ángeles no duran mucho conteniéndonos.
El heredero del trono de Mein, ya estaba teniendo su hegemonía, aunque no era máxima aún existían ciertos sentimientos presos en el corazón de Marshall.
-Hemos encontrado una pequeña salida, my Lord - decía uno de los demonios a Marshall, este sonrió.
-¿Que estamos esperando? Comencemos a salir - hablándole a todo su séquito - ¡Hagamos que nos escuchen!
Todos comenzaron a desaparecer y salir en forma de cortinas de humo negra.
-Hasta que mi hijo hizo algo bien - murmuraba Raguel, observando desde el cielo a Marshall, no le remordió la consciencia haber utilizado a su propia sangre así.
Mientras tanto el otro demonio que había propiciado todo esto, lo observaba con cierta furia desaprecio entre las sombras para buscar su próximo objetivo.
Mientras tanto en la ciudad que se encontraba próxima a Deiley, donde se asentaba la manada Red Moon, la menor de las Morgan, estaba en el centro de la ciudad, iba a a mandar unos trabajos, unos planos, por correo para sus clientes.
Se había escapado de su hermano y Angy, necesitaba un tiempo a solas, observo el cielo y esos destellos de humo negro en el cielo azul claro que le llamaban la atención.
Había recibido mensajes de Greta, Roxan y otros cazadores amigos de ella, estaban todos en Deiley tratando de contener la salida de demonios, sus amigas le mandaron mensaje diciéndole terminantemente que no viniera.
<Algo malo esta pasando Sol> decía Zira en mi mente - un pasaje para Deiley.
Estaban en una central de autobús, cuando compró el boleto, comenzó a andar tranquilamente por al estación, esperando a que sea la hora de salida, iba todo tranquilo cuando siente como alguien toma su silla de ruedas, del manubrio - ¿disculpe? - se sentía inútil y prepotente, estaba gritando, estaban conduciendo rápidamente su silla de ruedas.
Hasta que llegaron un área donde había equipaje no reclamado, era una zona sin personal del lugar cerca, Solanche fue lanzada al piso.
-Ahh- trataba de moverse en el piso, aunque sea con las manos se estaba impulsando, no había visto a su "captor" hasta que la hacen voltear.
-Hola linda- con una sonrisa, Solanche lo vio no olvidaba aquel rostro, un escalofrío la recorrió en su espalda, era ese demonio.
-Suéltame- decía desesperada, al ver como algunas cajas y maletas se han hecho polvo e iba con toda la intención de tocarle el rostro a la pelirroja.
-Súplica piedad zorra, así como tú Lord no la tuvo con mis hermanos - con una mirada sombría, "¿Cuál Lord?" Pensaba la pelirroja, tratando de evitar el contacto de las manos del demonio con un paraguas que se encontraba ahí tirado.
El demonio desintegró el paraguas y la tomo de la blusa, volviéndola a lanzar en los aires.
Sol se sentía prepotente, soltó un quejido al darse cuenta que cayó en una varilla de un equipaje y se le encajó en el abdomen.
-Otra vez no- murmuraba ya cansada y tratando de contener la hemorragia, estaba tosiendo sangre.
-¿Te han dicho que a una mujer no se le golpea ni se le trata de la peor forma? - era Nathaniel, el vampiro mejor amigo de Greta. Él cuál estaba siguiéndole la pista a ese demonio en específico.
Éste gruño al sentir como le detenían la mano, si bien la piel del vampiro era un poco más gruesa, necesitaba un poco más de tiempo para ser convertida en polvo, Tomo una barra de acero e hizo una pequeña prisión alrededor del demonio que lo contendría lo suficiente.
-¿Eres Solanche Morgan? - preguntaba Nathaniel reconociendo la foto que tenía Greta en la sala donde estaba la pelirroja cargando al pequeño Zaid, con todos - mucho gusto soy Nathaniel, amigo de Greta.
-Lo que queda de ella, Nathaniel -murmuraba ella sintiendo un rayo de esperanza,el vampiro analizó la situación -no puedo mover mis piernas y necesitamos acabar con ese demonio - seguía con poco aire, tenía toda su blusa manchada, señalando débilmente su equipaje- por favor ayúdame a acabar con él... yo puedo aguantar, pero no podremos tener esta oportunidad otra vez.
Solanche no sabía lo que estaba haciendo, pero los gritos de desesperación del demonio la hicieron pensar rápido en que primero hay que acabar con él.
Nathaniel la tomo en brazos y ella le estaba indicó como hay que moverse, iban a hacer que el demonio quedara inconsciente.
-Me siento como Greta, ¿también eres cazadora? -la pequeña de los Morgan asentía con la poca consciencia - ¡Ey! Solanche - al verla pálida y él con toda su ropa manchada de sangre, se apresuró a encajarle una de las espadas que la pelirroja traía en su mochila haciendo que el demonio se hiciera polvo.
Ella con lágrimas en los ojos alcanzaba a pronunciar - dile que siempre lo amaré y a mi familia que lo lamento,
Entregando su última bocanada de aire, fue con los últimos rayos de Sol que quedaban ese día.
En otro lado en la ciudad de Deiley, Marshall se encontraba peleando con algunos lobos y ángeles, hasta que se detuvo al sentir que ese corazón se detuvo.
-¡AHHHHH! - gritó de dolor, una parte de él se rompió a la vez todos los demonios salían de su cuerpo, lo estaba consumiendo, ya no tenía esa barrera que lo detenía, lo que quedaba del antiguo Marshall alcanzó - mi Solanche, no tú no te vayas hermosa.
Gruesas lágrimas negras corrían por sus mejillas, cayendo al piso de rodillas.
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Con sed de ti.
WerewolfToda la vida he estado oculta para mi manada "Red Moon" ser la última de la descendía del Alpha Terrance Morgan, murió meses después de que yo nací en batalla. Tengo 20 años, fui la última de 2 hermanos Aaron y Sander, el Alpha y Beta de la manada...