Capítulo 16

2.7K 281 9
                                    

Capítulo 16
Narrador omnisciente.

Una brisa helada, despertó de un sueño profundo a la pelirroja, abriendo los ojos con cierto pesar, sabía a quien se iba a encontrar a su lado. Ahí estaba el Francés abrazándola, esta vez era diferente para ella.

El sentimiento que compartía con Dimitri iba apagándose, poco a poco. Anoche ella misma lo comprobó las caricias que compartieron no encendieron su piel, se sentía diferente.

Limpiándose las lágrimas Solanche se puso su pijama, dejando reposando al Francés en su cuarto "Es un buen hombre, ha estado conmigo siempre, no quiero ser malagradecida ¿por qué me esta pasando esto?" Pensaba con cierto dolor observando el anillo que le había dado Dimitri, el anillo de promesa.

Se sentó en la terraza observando la luna que aún seguía resplandeciendo, sin decir nada, comenzó a llorar en silencio, necesitaba un consejo, una voz, algo.

<Tranquila Sol, sabes que no estás sola, nunca lo estarás, siempre he estado aquí> esa voz en la mente de la pelirroja la hizo alzar la cabeza.

"¿Quién eres?" Preocupada la pelirroja, ¿Qué tal si era un demonio?

<No temas, no soy un demonio, me llamo Zira soy tu loba> la pelirroja enmudeció, se observó en el espejo, su apariencia seguía normal a excepción de sus ojos, su iris avellana, se quedó en un color miel amarilloso.

Solanche sabía identificar ese color de ojos, lo tenían sus hermanos cuando la luna estaba en su fase completa.

"Creí que estabas muerta" seguía sin salir de su impresión con una sonrisa en los labios, sintiendo una felicidad desbordar a la pelirroja, no lo creía posible.

<Corrimos con suerte esa noche chica, ya estaba a nada de despedirme de este mundo, cuando una energía pura, me hizo quedarme, al menos en tu mente, no podré salir nunca como mis hermanos, pero estaremos juntas Sol> la pelirroja comenzó a llorar, quería abrazar a su loba.

"¿Porque hasta ahorita apareciste? Has estado conmigo 20 años y nunca has hablado o algo"

<¿Cuando has estado frente a la Diosa Luna rindiéndole tributo?>

"Tienes razón, lo lamento" sintiéndose completa, aunque no pudiera nunca ser una loba, se sentía bien teniendo a Zira en su mente.

<¿Por qué nos seguimos acostando con él? Ya no me atrae nada a comparación de Marshall. ¡Dios! Me calienta peor que el sol de verano> El nombre que la pelirroja no quería escuchar.

"¡Cállate Zira!" Toda roja la chica.

<Es la verdad, yo quiero todo con él y tú también, no me lo niegues Solanche Morgan...si pudiera tener mate, seria él>

Narra Sol

Ya habían pasado 4 meses desde que estoy en Francia, no pude practicar clavados este semestre, por mis cuidados post operacionales. Mi entrenador no me quiso arriesgar, así que tome de actividad extracurricular la clase de música.

-Bien Morgan, creo que vamos progresando con las lecciones de piano - decía mi maestra con una sonrisa - es todo por hoy, me tengo que ir rápido al edificio C.

-Si maestra, gracias - estaba guardando las partituras en mi mochila cuando la maestra se fue, en eso las luces comenzaron a parpadear, iba a irme ya cuando cierran la puerta de repente y escucho unos gruñidos.

<¡Ay no! ¿Tenemos imán para estas cosas?> decía Zira, observando que se estaba formando una cosa gigante, era un demonio.

Trataba de abrir la puerta, pero no podía, en eso abren la puerta de una patada era Dimitri.

-¿Dimitri? - al verlo todo de negro, sacando una espada observando a la cosa que estaba enfrente de nosotros.

-Hola cariño - decía el sonriéndome antes de comenzar a pelear con el demonio, estaba totalmente paralizada observando esto.

En eso observó el piano una extraña energía comenzó a emanar de sus teclas, comencé a tocarlas de golpe.

Era una melodía distinta a las que había escuchado, nunca la había tocado, pero el demonio comenzó a gritar quedando paralizado.

Dimitri aprovechó eso para darle la estocada final al demonio en el pecho.

-¿Qué está pasando Dimitri? - entrando en shock, el guardó su espada y se acercó a mi.

-¿Donde has escuchado esa canción, Nena? - tomándome del rostro acariciandome las mejillas, con una sonrisa.

-No la había escuchado nunca - con sinceridad mi voz estaba temblando - Solo vi una rara energía en las teclas y comencé a oprimirlas, ni siquiera se tocar el piano.

Dimitri me abrazo, tratando de calmarme.

-Esta bien Sol, te creo -mirándome a los ojos - creo que ha llegado el momento de comenzar a entrenarte...soy un cazador, digamos que cazo este tipo de cosas.

Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora