Capítulo 15

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Narrador omnisciente

-No puedo permitir que hagas esto Raguel - una voz a sus espaldas, el ángel se giró y observó a la Ángel a sus espaldas, su favorita - ¿Qué ganarás con esto? Todo lo que tú has jurado proteger dar la vida, lo quieres destruir.

-Creí que tú querías esto también Conah - murmuraba el ángel de alas rojas arrinconadola contra la pared, él la amaba con todo su ser, pero su amor era enfermizo, era una obsesión.

-Nunca estaré de acuerdo, en esto y lo sabes bien -la rubia no tenía miedo en enfrentarlo - Ya no te reconozco Raguel, ya no eres ese amigo que yo solía confiar.

-¿Temes por la vida de tu noviecito lobo? - murmuraba con cierta ironía, ya tenia preparada la mejor venganza para aquel que posó los ojos en el amor de su vida.

-No metas a Aaron en esto-en eso los llantos inconsolables de un bebé, la hicieron salir de sus pensamientos, reconocía claramente ese llanto.

La rubia observó donde se encontraban, unas antiguas ruinas, la Ángel voló hacia donde se escuchaban los llantos para encontrarse con una horrible escena.

Una mesa de piedra de sacrificios, varios demonios alrededor rindiéndole culto al líder que estaba a nada de completar el ritual.

-Te has aliado con los demonios - murmuraba asqueada a Raguel - Acabas de firmar tu sentencia de muerte ¡TODO EL CONSEJO LO SABRÁ! - mientras veía a la bebé que iban a sacrificar... era la hermana menor de Aaron- acabas de condenar a una inocente.

La Ángel comenzó a pelear con todos los demonios a su alrededor, observando que la bebé estaba muy débil, ya no tenía su parte lobuna, le quedaba unos segundos de vida.

Con su espada apuñalo al demonio mayor, desprendiéndolo del cuerpo humano que poseía.

Conah cargo a la bebé - Sol pequeña, perdóname- murmuraba abrazándola con tanto dolor pensando en su lobo, seguramente quedara destrozado al ver esto.

En eso siente una fría espada atravesar su abdomen, Raguel había apuñalado a su ángel, que tanto quería con él.

-Me obligaste a hacer algo que no quería hacer Conah - bajando la mirada - No puedo dejar que arruines mis planes, amor.

-Nunca he sido tu amor y nunca lo seré...siempre le perteneceré al Alpha de la manada Red Moon, Aaron Morgan- murmuraba débil evitando que aquel ángel la besara, no le quedaba tanto y a la hermana de Aaron tampoco.

Raguel miró por última vez esto, le dolía dejarla, no podía estar involucrado en esta escena, desapareció endureciendo sus alas, quedando en una tonalidad roja borgoña, sus manos estaban manchadas con la sangre de ella. "No hay vuelta atrás"

-Tu no vas a morir - murmuraba cargando a la bebé apretándola contra ella con sus últimos minutos de vida, puso sus manos en la cabeza de la bebé, pensando en su amor, le entregó su energía.

-Si tú vives, Aarón vivirá - besando la frente de la pequeña, antes de dejar este mundo - sé que van a detener a Raguel -murmuraba mientras que los demonios que estaban rindiendo un culto, se levantaban.

En eso tres lobos llegaron, para rescatar a la bebé.

-¿Amor?- murmuraba Aarón haciéndose humano, al ver que Sander y Kylie tenían la situación controlada, al ver a su ángel sin vida y su hermana llorando a todo pulmón en sus brazos, protegiéndola con sus alas. -Conah, no me puedes hacer esto - llorando Aaron acunándola en sus brazos acariciando su rostro, sintiendo como su corazón se detenía, su lobo interior estaba destrozado con él.

Sander tomo a su hermanita tratando de calmarla.

El mayor de los Morgan, estaba destrozado, el amor de su vida yacía en sus brazos sin vida y no entendía el porqué el seguía aun con vida.

-Estamos contigo, hermano - decía Sander ya con su hermana dormida en sus brazos, mientras veía como el cuerpo de Conah desaparecía poco a poco.

-La amaba hermano, era mi vida -con lágrimas en los ojos, abrazando a su hermano menor - era mi mate, la nueva Luna de la manada Red Moon.

Volviendo a la actualidad, Aarón observaba el lago donde se encontraba con Conah, dejando una rosa blanca en el agua  como cada mes, recordándola.

Sin percatarse, que una figura se encontraba en las alturas, maldiciéndolo, lo odiaba. Ya quería enterrar su espada en el corazón del mayor de los Morgan, él fue la perdición del amor de su vida.
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Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora