Narrador omnisciente
Se escuchaban los gritos desesperados de Nathaniel, los restos de la esencia del demonio mayor lo querían poseer, a pesar de que él no era un extraño al sufrimiento.
-Tranquilo estarás mejor, solo necesito que resistas- decía Marshall al mismo tiempo que trataba de sacarle la esencia de su hermano.
Ese mes que estuvo secuestrado por el mismo demonio mayor, solo tenía en mente a una persona, esa persona que lo hizo querer ver la luz una vez más, con tal de ver esos destellos café claros en sus ojos, Greta Porttman. La amaba, era la única persona que hizo que su inmortalidad tuviera sentido.
Marshall pudo sacar esos restos de la esencia del demonio mayor, sonrió. Esto significaba más que aliviar el dolor del vampiro, sino también su liberación, colocó la esencia en un frasco pequeño, no era mucho.
-No quiero que te asustes Solanche, con lo que vas a ver -le decía a la pelirroja, que estaba ayudando a levantar al vampiro.
-¿De qué estás hablando Marshall? - preocupada por el tono en el que estaba hablando, se le podían escuchar las miles de voces, Nathaniel se repuso rápidamente y sostuvo a la pelirroja, ella no podía interceder en esto.
Tan pronto el azabache selló el frasco, cayó al suelo sintiendo como todos los demonios, salían de su cuerpo aligerando la carga que sentía en su ser, dejando a su paso cansancio.
La pelirroja se refugiaba en los brazos del castaño, tratando de no salir corriendo a ayudar al amor de su vida, porque volvieron a perturbar el lugar con gritos de dolor, desesperados.
Marshall totalmente cansado, se arrastró como pudo a donde ahora se encontraban los demonios. -Ahora yo los voy a controlar - murmuraba sacando la daga, cortándose un poco la palma vertiéndolo donde se encontraba aquel frasco.
Los demonios ahora si, podían ser controlados por él, sin necesidad de tenerlos en su ser, ahora él era un alma libre, el podía decidir si regresar al camino del mal o el bien.
Solanche se acercó a él, acariciando su mejilla - aquí estaré siempre contigo -Marshall la abrazo, perdiéndose en la esencia que tanto le encantaba - donde decidas - murmuraba la pelirroja refugiándose en los brazos de él.
-Donde sea tu lugar, ahí estaré yo Solanche -sonríe, tenia una idea.
Estaba cayendo la noche en la ciudad de Deiley, Los Ángeles y demonios estaban inspeccionando el portal.
-Aún no aparecen - decía Sander observando el portal, mientras que Angy estaba preocupada por su mejor amiga.
De pronto las puertas del inframundo se rompieron, Aaron estaba preparado para lo que venia, su manada junto con la manada Silver Moon estaban preparado.
Dereck ya tenía preparado a su escuadrón en caso de un ataque. Greta había levantado el escudo mágico para proteger a la ciudad, todos se llevaron una sorpresa al ver llegar solamente tres personas caminando tranquilamente.El inframundo estaba teniendo de nuevo ese control, que se había perdido por tantos años, el frasco con la esencia del demonio mayor contaminado con los miles de demonio, estaba ejerciendo un control sobre todas las criaturas de ahí.
El control de esas criaturas esta a cargo de Marshall, que tenía un dije con un poco de la esencia del demonio mayor.
El primero que se acercó fue Dereck Weisz, observándolos analizando a cada uno, hasta que se detuvo en el azabache.
-Me alegra tenerte de nuevo con nosotros, Marshall - al ver que estaba limpio de la esencia de demonios, este bajo su espada y automáticamente su escuadrón bajo su espada.
El castaño buscó entre todos lados a esa chica, hasta que la encontró se acercó con una sonrisa - Youngblood - decía al mismo tiempo que la abraza sintiendo por fin esa calma, que ella lograba ofrecerle.
-Colmillitos, unos cuantos días en el inframundo y ya me extrañabas - decía Greta con una sonrisa, le alegraba ver a su amigo bien - Me alegra que estes bien - al separarse, inspeccionándolo.
-¡Claro que si! Extrañaba ver esos rizos incontrolables -despeinandola- Sabes que hierba mala, nunca muere - decía Nathaniel riéndose, volviendo a sentirse vivo, vaya que necesitaba verla.
-¡Padrino! -una vocecita a sus espaldas, era Zaid Weisz, Nathaniel bajo a su altura y lo alza llenándolo de besitos en las mejillas.
-Amiguito - abrazandolo - te extrañe Zaid, demasiado - picándole la nariz - ¿Mami jugo contigo a los dinosaurios? - el pregunto acomodándole la camiseta, acariciandole el cabello rubio rizado, el pequeño se había ganado un lugar en su corazón.
Greta se ríe al observar esta escena, pero ciertos ojos azules reclamaron su atención, se acercó a Dereck.
-Supongo que tendrás que volver a tu puesto, en el cielo - decía Greta mirandolo con cierta tristeza, no quería admitir que se le estaba quebrando la voz.
Dereck la tomo con cuidado del mentón y haciendo que lo vea a los ojos. - Sabes que siempre estaré contigo Greta - abrazandola por la cintura, envolviéndola en sus alas-te amo, mi luna.
-Yo también te amo y demasiado Dereck - dándole un beso en los labios - eso nada ni nadie lo va a cambiar.
-Sabes que volveré a inspeccionar que el portal siga en orden -alzando la ceja - todos los días si es necesario -ambos se rieron, Dereck observó a su hijo a lo lejos jugando con el vampiro- por favor cuida a mi hijo Greta - acariciando su cintura - No sabes, lo que me encantaría escuchar que me dijera papá, pero en conformó con que me diga pájaro gigante.
Zaid al darse cuenta que Dereck estaba con su mamá, se bajo de los brazos de su padrino -Pájaro gigante - con una sonrisa el rubio, Dereck bajo a su altura y lo abrazo.
-Hijo -acariciandole las mejillas - tienes que cuidar a tu mami, mientras que yo no estoy, ¿entendido? -ofreciéndole su sonrisa marca Dereck Weisz y Zaid, demostrándonos claramente que la genética es sabia, le regresó la misma sonrisa.
Nathaniel observaba esta escena con algo de nostalgia, lo regreso a la realidad. La mujer que amaba y el hijo de esta, siempre iban a pertenecerle a un solo hombre, Dereck Weisz.
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Con sed de ti.
WerewolfToda la vida he estado oculta para mi manada "Red Moon" ser la última de la descendía del Alpha Terrance Morgan, murió meses después de que yo nací en batalla. Tengo 20 años, fui la última de 2 hermanos Aaron y Sander, el Alpha y Beta de la manada...