Capítulo 19

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Narra Marshall

Han pasado unos meses desde que ocurrió lo de España, desde entonces he estado con Solanche, apoyándola y también entrenándola para que mejore sus habilidades de cazadora. En la manada "Kylean" le dijo a Aaron que necesitaba hacer un viaje para reencontrarse consigo mismo, cosa que en parte es verdad.

"En esta final se va exigir el máximo de los competidores... viene, Solanche Morgan ejecutando un clavado con tres y media vueltas al frente" estaba en su última competencia de clavados. Es junio le falta poco más de un mes para graduarse.

La observé desde el momento que subió el trampolín, hasta que ejecutó ese clavado "Extraordinario clavado, con gran habilidad y gran experiencia, con gran capacidad de manejar la tabla, la altura y la velocidad y después controlar la entrada. El clavado puede valer entre 8 y medios hasta 9 de calificación"

Había sido testigo como unos meses antes de la competencia se la pasaba entrenando al doble de lo que la ponía su entrenadora, ya que había estado inactiva el semestre pasado por lo de su cirugía, ahora la veía recibir su medalla de oro. Ella se quería despedir bien de estas competencias universitarias.

Me acerque con una sonrisa, ella al verme saltó a mis brazos, sintiendo su esencia la abracé mas a mí, dándole vueltas en el aire.

-Lo hiciste Solanche, estoy tan orgulloso de ti -con una sonrisa, ella se separó rápidamente al ver que sus piernas están enrolladas en mi cintura. Me reí al verla toda roja.

-No sabía que ibas a venir, me alegra verte aquí Marshall-la ayude con su maleta, saliendo de esas instalaciones.

-Te dije que iba a estar en los momentos importantes para ti y este fue uno de ellos- No supe en que momento nos tomamos de la mano, sonreí al entrelazar nuestros dedos. Mi sonrisa se ensanchó aún más al escuchar su corazón latir un poco más rápido.

-Si pude ver ese par de ojos rojos en la audiencia - baje mis lentes de sol un poco y le guiñe el ojo, ella se rió y me dio un beso en la mejilla.

-Sabes que son los ojos rojos de la suerte.

Estaba más que tranquilo, los demonios en mi mente los podía calmar más fácil, sin embargo, he estado pensando en que algo está tras de nosotros, alguien más quiere que abra las puertas del inframundo "¿Para qué?"

Solo traerán destrucción y muerte a su paso, beneficiando solo a los demonios.

Observaba a Solanche dormida plácidamente en su cama, eso me relajaba demasiado, con un halo de energía azul a su alrededor. Tarde semanas en descubrir el porqué de esa energía, resulta que esa es energía pura, de un ángel, que le dió Conah.

Me acerque al verla removerse de la cama, estaba teniendo una pesadilla, traté de calmarla.

-Calma Sol, aquí estoy linda.

Abrió los ojos con un montón de lágrimas, toda roja, seguía llorando y me abrazo.

-Marshall tuve una pesadilla horrible- murmuraba en mi cuello, traté de calmarla acariciandole la espalda, la llevé a su terraza para que se calmara, cuando dejo de llorar pude preguntar.

-¿Te dolió tu marca?- con preocupación seguia en busca de esos tres demonios se me escaparon aquella noche.

Ella negó rápidamente - soñé que te perdía nuevamente - Me veía a los ojos - Qué me borraban la memoria nuevamente y que te perdía, sentí como si perdiera algo importante en mi vida,

Mi corazón se estrujó al verla así -No me vas a perder Solanche, no voy a dejar que te aparten de mi lado, nunca más.

Teníamos nuestras frentes pegadas, observando sus ojos avellana, limpiando los restos de sus lágrimas que corrían en sus mejillas.

Nuestros labios comenzaron a acercarse poco a poco, desde aquella noche en su cumpleaños fue la última vez que los había probado.

Ahí estaba ese exquisito sabor, me aferré a sus labios tomándola de la cintura acercándola más a mí.

-Eres mía Solanche Morgan- besando sus mejillas bajando por su cuello su esencia me estaba volviendo loco- No importa lo que pase, siempre lo serás.

-Siempre lo seré- murmuraba mi pelirroja favorita con una sonrisa acariciando mi nuca dándome besos en la mejilla.

-Así como yo siempre seré tuyo -besando de nuevo esos labios, alzándola poniendo sus piernas en mi cintura.

La conduje de nuevo a su habitación, cerrando las puertas de su terraza, para amarla como es debido.

Esa noche descubrí que había más que placer y lujuria en un acto tan intimo, sino también ternura, inocencia y sobretodo amor... algo que mi alma había necesitado durante tanto tiempo, sin saber que Solanche comenzó a darme indirectamente eso desde que la conocí, ahora sabía que era la mujer de mi vida.

-Te amo Solanche Morgan - besándola acomodándola a mi lado.

-Te amo Marshall -Esas tres palabras me hicieron volar, sin necesidad de tener alas.

Me levanté temprano al día siguiente para hacerle el desayuno, iba a cerrar las cortinas que daban a la terraza cuando observo una pluma roja.

"Raguel" fue todo lo que pensé, salí a la terraza para buscar señales del Ángel sin éxito, no podía evitar pensar en mis amigas Karin y Conah.

Me hicieron recordar la última ocasión que tuve mi encuentro con el consejal de la cuadrilla de ángeles.

"Estas desterrado de la ciudad y del ejército celestial" esas duras palabras del mismo Raguel antes de sentir el peor dolor de mi vida cuando me arrancaron las alas y las quemaron frente a mis ojos.

Sentía una furia incontrolable en mi interior, las últimas palabras que me dijo Karin "No todos los demonios buscan almas, ni todos Los Ángeles buscan cuidar" antes de verla entregar su energía a un lobo.

-¿Marshall? - escuché su voz a mis espaldas, sintiendo los brazos de ella rodearme.

-Hola Solanche- murmuraba abrazandola hundiendo mi cabeza en su hombro, ella lograba calmarme.

Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora