Capítulo 24

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Capítulo 24
Narrador omnisciente
-¡No Aaron! - el grito ahogado de la menor de los Morgan. Al ver al Alpha que iba atacar al demonio, se había descubierto la fachada de Kylean Peyton había desaparecido, materializándose Marshall frente a todos.

El lobo color arena hizo caso omiso, observando al azabache que tenía una sonrisa cínica atacando a todos los lobos que se le abalanzaban a él.

"Mataste a mi mejor amigo" con enojo y rabia el Alpha, Solanche no entendía que estaba pasando, sentía mucha impentencia de que lado se ponía.

Sentía como el aire se le hacía más pesado, se quería morir al escuchar el grito desgarrador de su hermano Sander en el piso y como Aaron era derrumbado en el piso.

-¡Marshall! Tú no eres así amor - llorando mientras trataba de separarse de los lobos que no se le despegaban. La estaban cuidando, cayó de rodillas al ver a sus hermanos lastimados, una parte de ella se rompió totalmente, la hizo volver a la realidad.

Tomo el coraje suficiente para sacar su espada, la espada de cazador, una de las cosas más difíciles no es enfrentar a los demonios u otras criaturas desconocidas, sino enfrentar a los suyos.

Estuvo toda su vida evitando el enfrentamiento por lo que le pertenecía  con sus hermanos, ahora tenía que reunir el coraje para empezar a pelear con el amor de su vida.

"Es ahora o nunca" comenzando a pelear con él, no sabía cómo reuniría el coraje, pero lo estaba intentando.

Mientras tanto a lo lejos, Raguel contemplaba este caos con una sonrisa, apareciendo por detrás del demonio que también contemplaba esto.

-Te dije que esto iba a funcionar - decía con una sonrisa de lado el ángel, el demonio se giró para ver al ángel. En su mano tenía una pluma blanca, era una de las cuantas plumas que quedaron de las alas de Marshall, hasta donde el demonio sabía.

Era uno de esos tres demonios que se le escaparon a Marshall, esa noche que se llevaron a Sol, el que tenía la capacidad de convertir polvo todo lo que toque.

-Prepárate para lo que ocurrirá - decía el ángel mirando a Marshall con cierta pizca de culpa, le había tocado la peor parte de su plan al azabache.

La pelirroja luchaba con los demonios que se desprendía Marshall, mientras trataba de alejarlo de sus hermanos.

La pelirroja trataba de arrastrar a su hermano Sander que era el que se veía peor, pero estaba demasiado pesado para ella.

-Yo me encargo de Sander, tú ve con Aaron - decía Angy que de ser una loba pasó a ser humana para tomar a su novio - estará bien.

La pelirroja corrió como pudo esquivando torpemente las peleas que había entre los lobos de la manda Red Moon con los demonios que salían del cuerpo de Marshall.

-¡Aaron! - corriendo trato de ayudar a su hermano a que se levantara - por favor - llorando refugiándose en el pelaje del lobo.

El azabache caminaba entre sus demonios abriéndose mismos que evitaban que cualquier lobo se acercara a él, ya no era Marshall, eran ellos.

El sello lo estaba llamando, tomo a la pelirroja del cuello.

-El sello - murmuraba muchas voces distorsionadas, que le hicieron helar la piel a Sol.

No podía luchar, ellos manipulando el cuerpo de Marshall, lanzaron a la pelirroja dejándola inconsciente.

Los demonios la prepararon, observando el sello en esa espalda baja, harían algo mejor que tomar a su sacrificio no querían volver a tener un sello que los contuviera, nunca.

Los gritos de dolor  de la pelirroja, hizo que el lobo arena, hasta que escucho un ruido en seco, ya no se escucharon los gritos de Solanche Morgan, el cielo se nubló y lluvia comenzó a caer en la batalla, los demonios no necesitaban más el sello.

Yacía la pelirroja en el suelo debatiéndose entre la vida y muerte, habían quemado su piel, hasta el punto que no hubiera más marca.

Los demonios iban a dar su última estocada, hasta que Aarón los atacó mordiendo el cuello de Marshall arrancándole bien parte de él, consiguiendo evitar que terminaran ese trabajo.

Los demonios desaparecieron, dejando un desastre en la manada Red Moon. Raguel apareció en el portal de Deiley, había mandando a Dereck y su escuadrón a otra misión, observó el cuerpo de Kylean Peyton destrozado en el suelo, sin vida.

-No es nada personal Marshall - decía Raguel antes de emprender vuelo.

Marshall había vuelto al inframundo, ya no tenía el cuerpo humano que necesitaba para quedarse, también tenía que alistar sus tropas, querían que salieran los demonios, pues saldrán.

Mientras tanto en Buldiston donde la manada Red Moon se asentaba, un helicóptero llegó rápidamente

-Los signos vitales están muy débiles- decían algunos de la manda, mientras trataban de no moverla por cómo estaba inconsciente, Sander estaba perdiendo la cabeza, estaba desesperado no sabía que hacer.

-Sáquenlo de aquí - ordenó Aaron mientras trataba de percibir el pulso de su hermana.

Un grupo de personas se hicieron pasó, los lobos los reconocieron y los dejaron pasar hasta donde estaba el Alpha tratando de brindarle el soporte vital a su hermana.

-Necesitamos una camilla - habló una voz dulce a las espaldas de Aarón, él susodicho se giró para encontrarse con una castaña de piel pálida y una sonrisa blanca - Soy Roxan Decanini, luna de la manda Moon Green, permíteme ayudarte, soy médico.

La semi vampira se acerco a la chica antes de que el Alpha pudiera decir algo, su esposo Hafner observó al hijo viejo amigo Terrance y ordenó a algunos de los lobos que los acompañaron, ayudar a restablecer la manada Red Moon.

-Tiene rota la cadera, está perdiendo demasiada sangre - habló para todos, mientras Evan traía una camilla donde la deposito - tengo que intervenirla quirúrgicamente ya, no podemos perder el tiempo.

Solanche estaba inconsciente, podía escuchar a lo lejos el ruido de una camilla, las hélices de un helicóptero, se estaba sintiendo más débil, le costaba más trabajo.

Aaron junto con Oriana se tuvo que ir en el helicóptero donde estaban con los Decanini. Sander se tuvo que quedar para ayudar a la manada, se tenía que quedar un Morgan siempre con la manada.

-No te puedes ir Solanche - decía Roxan observando marcaba esa línea donde el corazón dejaba de latir, el ruidito odioso para los enfermos, doctores y familiares.  - Hafner apresúrate para llegar a casa - Le gritaba la semi vampiro a su marido que conducía el helicóptero.
La semi vampira comenzó a hacer maniobras para la reanimación cardiorrespiratoria.

-Déjala que ella haga el trabajo - trataba de contener la lagrimas Oriana, retienendo a Aaron. Este solo observaba a su hermana.

-No te puedes ir Sol, se que eres fuerte - murmuraba el Alpha mientras apretaba la mano de Oriana, buscando apoyo tragándose las lágrimas que tenía en sus ojos.

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Con sed de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora